Después de que el Tribunal Electoral del Estado tuviera que corregir al Congreso local y ordenara que Alejandra Peña Curiel ocupara finalmente su escaño como diputada, el Poder Legislativo emitió un comunicado en el que, con una elegancia digna de un maestro del “No es mi culpa”, insistieron que el problema no fue de ellos. ¡Qué sorpresa! La culpa, según ellos, recae nuevamente sobre la autoridad electoral, que no cumplió con la notificación formal a tiempo. La justificación es que todo se debió a un asunto legal que claramente estaba fuera de su control. A pesar de este pequeño inconveniente, el Congreso del Estado subrayó su firme postura de rechazar cualquier acción que vulnere los derechos electorales de los ciudadanos, como si no estuvieran contribuyendo a la confusión. Para rematar, afirmaron que la resolución del Tribunal ya era esperada, y que, como se había acordado la semana pasada, en la próxima sesión de la Comisión Permanente le tomarían la protesta a Peña Curiel, dejando claro que este episodio es solo un pequeño anticipo de lo que se avecina: una legislatura que promete ser tan tranquila como un torbellino.
Manteles largos
Este fin de semana, el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, visitó Aguascalientes, acompañado de su usual comitiva y una agenda que incluía una reunión con la gobernadora Tere Jiménez. Oficialmente, su visita fue para afinar detalles del Plan Nacional de Desarrollo; sin embargo, como en toda buena obra de política, donde la forma es tan importante como el fondo, la visita de Ebrard no pasó desapercibida, especialmente porque se suma a la ya notable presencia en la entidad de Claudia Sheinbaum y los dirigentes nacionales del oficialismo. Todo esto, claro, en la antesala del relevo presidencial en Aguascalientes. No es difícil deducir que el timing de estas visitas no es mera casualidad.
En cuanto a lo que realmente se discutió, Ebrard aprovechó su estancia para destacar el buen entorno económico de la entidad, señalando que Aguascalientes es uno de los primeros estados en exportación per cápita y resaltando su crecimiento en los últimos años. Esta es la misma entidad que, según él, es clave para el desarrollo económico del país. Y, por supuesto, no olvidó comentar sobre la política migratoria de Donald Trump, asegurando que México está preparado para recibir a los connacionales deportados, aunque el récord de deportaciones más alto sigue siendo del mandato de Barack Obama.
No da ni una
A veces, el silencio es la mejor respuesta, especialmente cuando lo que se tiene para decir es una opinión que, además de ser incoherente, contradice lo que se supone representamos. Esto se vuelve aún más pertinente cuando quien opina ocupa una posición clave a nivel nacional, cuya designación -o mejor dicho, reelección- fue muy cuestionada debido a que no cumplía con los requisitos necesarios para el cargo. Tal es el caso de Rosario Piedra Ibarra, presidenta de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), quien en lugar de esforzarse por limpiar su imagen y legitimar su controvertido nombramiento, ha hecho todo lo contrario.
A través de un comunicado, Piedra Ibarra manifestó su apoyo a la reforma publicada a finales del año pasado en materia de prisión preventiva, una medida que es ampliamente considerada como una violación a los derechos humanos. Cabe destacar que esta postura ha sido rechazada por organismos internacionales, incluida la propia Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Resulta lamentable que la titular de la CNDH, cuyo deber es proteger y defender los derechos humanos en el país, se pronuncie a favor de políticas que van en contra de esta misión. Sin duda, esto augura otro sexenio complicado en la materia, sobre todo para los cientos de colectivos que luchan por garantizar los derechos fundamentales en México, ¿acaso la prioridad de la CNDH es la defensa de los derechos humanos o simplemente ser un sello de aprobación para las decisiones del gobierno?
No money no encuestas
Este año se tenía planeado realizar la Encuesta Intercensal por parte del INEGI, sin embargo, el organismo ha decidido no llevarla a cabo debido a temas presupuestales. Así que, en lugar de obtener datos frescos y relevantes sobre el crecimiento poblacional y las necesidades de cada región del país, tendremos que seguir conformándonos con la última cifra disponible del censo, que ya tiene cinco años de antigüedad, ¡qué conveniente!, ¿verdad?
Estas encuestas no son solo números fríos; son herramientas esenciales para entender la dinámica social, económica y demográfica de las regiones, así como para evaluar las áreas de oportunidad y medir el progreso en la resolución de los problemas que enfrentan las familias, los negocios y las empresas. Pero claro, parece que, a la hora de la verdad, los indicadores no son tan importantes. Quizás lo realmente crucial es la proyección de los números, no la realidad en sí misma.
Lo irónico es que el INEGI, precisamente la institución encargada de recopilar y analizar estos datos, parece no tomar en serio ni su propio trabajo. Al final, ¿quién necesita datos confiables cuando se puede seguir con lo mismo de siempre, verdad?
¡Fuerza, Aníbal!
Aprovechamos este espacio para expresar nuestra solidaridad y respaldo a nuestro colega Aníbal Salazar, quien, al igual que millones de familias en el país, tuvo que enfrentarse a las maravillas de nuestro sistema de salud que, como todos sabemos, rivaliza con el de países como Dinamarca, pero por razones que escapan a la lógica y la decencia. En su caso, los obstáculos vinieron en forma de temas presupuestarios, burocráticos y administrativos, que provocaron que su experiencia con el IMSS fuera tan fluida como un laberinto sin salida.
Desde este espacio, le enviamos un sincero saludo y los mejores deseos. Ojalá que, después de esta experiencia, Aníbal tenga una historia que contar, pero más importante aún, que no tenga que enfrentarse nuevamente a las bondades de un sistema que, en lugar de curar, a veces parece empeorar el mal, ¡fuerza, Aníbal!