Olimpia Coral Melo, impulsora de la Ley Olimpia, reflexionó sobre la violencia digital como un problema real que afecta profundamente a las mujeres y niñas, y destacó la importancia de no revictimizar a quienes la sufren. Olimpia, quien vivió en carne propia esta violencia, narró su experiencia y la lucha que emprendió para convertir su dolor en un movimiento que ha transformado las leyes en México y América Latina.
“La violencia digital es como una violación sin penetración. No necesitas tocar físicamente el cuerpo de una persona para violarlo, pero el daño es igual de profundo. Lo peor es que no es un solo agresor, sino una masificación: cada persona que comparte, guarda, da ‘like’ o comenta se convierte en cómplice”, señaló Olimpia.
La activista explicó que las víctimas de violencia digital enfrentan un proceso traumático en el que, además del daño causado por la difusión de contenido íntimo sin consentimiento, suelen ser culpabilizadas por su entorno familiar, social e institucional. Esto, aseguró, dificulta que las víctimas denuncien y busquen justicia.
Olimpia compartió que un factor clave para enfrentar su situación fue el apoyo de su familia, especialmente de su madre, quien no la culpó cuando el video que la expuso se hizo público. “Mi madre no hizo lo que hicieron las instituciones, los policías o los vecinos. Ella no me culpó, y eso me salvó. Esa diferencia fue lo que me dio fuerza para entender que yo era víctima de un crimen, no la culpable”.
En contraste, señaló que muchas mujeres que sufren violencia digital no cuentan con ese apoyo, lo que puede llevarlas a decisiones extremas, como el suicidio.
La experiencia de Olimpia la llevó a descubrir que este tipo de violencia no tenía un nombre ni estaba tipificada como delito en México. Así comenzó su lucha por reconocer la violencia digital como un crimen y proteger a las víctimas. Lo que inició como un esfuerzo local en Puebla se transformó en un movimiento nacional que resultó en la aprobación de la Ley Olimpia en todos los estados del país y ha comenzado a influir en América Latina.
“No sabía que esto llegaría tan lejos. Sólo quería que mi pueblo supiera que teníamos razón: nuestros cuerpos desnudos no son el crimen. Los criminales son quienes comparten y difunden ese contenido”, afirmó.
La Ley Olimpia ahora es un modelo legislativo que se expande por países como Panamá y Argentina, y que pronto podría ser adoptada en Colombia. Además, se realizará la Primera Cumbre Mundial de Defensoras Digitales, del 21 al 27 de febrero en la Ciudad de México, donde se presentarán propuestas para combatir los mercados de explotación sexual digital y exigir acciones a empresas y redes sociales.
Olimpia subrayó la importancia de que las familias, las instituciones y la sociedad en general no culpabilicen a las víctimas de violencia digital. “Si alguien en su familia está sufriendo violencia digital, no la juzguen. Creerle y no revictimizarla es el primer paso para salvarla. Muchas veces el silencio y el miedo a ser señaladas son los mayores obstáculos para denunciar y buscar justicia”.
Asimismo, hizo un llamado a reconocer que lo virtual es real y que el daño causado en los espacios digitales tiene consecuencias profundas en la vida de las víctimas. “La violencia digital no es un problema menor. Daña, hiere y mata. Por eso, es vital que como sociedad entendamos que existe, que afecta, y que tenemos leyes para respaldar a quienes la enfrentan”, concluyó Olimpia.
Con su historia y su activismo, Olimpia Coral no solo ha dado voz a miles de víctimas, sino que ha impulsado un cambio cultural y legal que busca erradicar la violencia digital y garantizar justicia para todas las mujeres y niñas.