¿Qué fue primero, sadismo o masoquismo? | A Lomo de Palabra por Germán Castro  - LJA Aguascalientes
13/01/2025

El león no es como lo pintan 

… el simbolismo que atribuye la piel al poder y a la belleza. 

Por eso, desde las primeras edades del mundo 

las adoptaron los reyes. 

Severin von Kusiemski 

 

El clérigo y artista barroco Dolynsky Luka pintó el retrato más conocido de Lev Danýlovych, León I de Galitzia. El óleo -parte de la colección de la Biblioteca Científica Nacional ucraniana- presenta a León enfundado en una refinada armadura metálica. Viste una majestuosa capa carmesí, rematada con un borde de piel moteada, quizá de un gran felino. Porta un collar de eslabones ornamentados con brillantes, del que cuelga un crucifijo ingente. La postura garbosa y el rostro adusto y barbado reflejan autoridad. Lleva una corona ornamentada con piedras preciosas. El cetro que sostiene y la espada a la cintura insinúan su liderazgo decidido. ¿Realmente fue esa la apariencia del monarca? Difícilmente: casi medio milenio separa las vidas del retratista (1745–1824) y de León I (c. 1228–1301). 

 

 


La ciudad del león masoquista 

¡Qué placer para mí cuando, arrodillado ante ella, 

me atreví a besar las mismas manos que me habían castigado! 

Severino von Kusiemski 

 

A espaldas del rey, la ciudad medieval. En la parte superior del cuadro, la leyenda: “LEO PRINCIPS RUSSIAE FVNDATOR URBIS LEOPOLIS”. Львів, romanizado Lviv, latinizado Leopolis, está en Ucrania occidental. Llamada así en honor a León I, la ciudad, según iba siendo conquistada, ha ido nombrándose en distintas lenguas durante casi ochocientos años de existencia, siempre con el mismo significado. El origen geográfico del vocablo masoquismo puede ubicarse ahí, en la polis de León. 

Justo en Leópolis, el 27 de enero de 1836, llegó al mundo Leopold Ritter von Sacher-Masoch. Entonces la ciudad era parte del Imperio Austro-Húngaro, al igual que Příbor, la pequeña urbe en la que veinte años después nacería Freud (1856-1939). En 1870, Leopold publicó la novela que más fama le redituaría, Venus im Pelz, y menos de veinte años después, el psiquiatra alemán Richard von Krafft-Ebing (1840-1902), su libro Psychopathia sexualis (1886), en el que por vez primera aparece una palabra acuñada por él: masoquismo. Von Krafft-Ebing creó el vocablo a partir del apellido del escritor leopolitano –Masoch-ismus-; lo hizo considerando la relación de Severino von Kusiemski con Wanda von Dunajew, pareja protagonista de La Venus de las pieles. En la célebre novela, Severino establece un contrato con Wanda, mediante el cual cede a ella toda su voluntad: “El señor Severino von Kusiemski quiere, desde el día de hoy, ser el prometido de la señora Wanda von Dunajew, renunciando a todos sus derechos de amante y obligándose, bajo palabra de honor y caballero, a ser su esclavo…” 

 

Sadismo 

La destrucción, como la creación, 

es uno de los mandamientos de la Naturaleza. 

Marqués de Sade, La filosofía en el tocador

 

Según Richard von Krafft-Ebing, las llamadas desviaciones sexuales tienen que ser entendidas como patologías y podían ser de cuatro tipos: paradoxias, anestesias, hiperestesias y parestesias. En el primer grupo embolsó cualquier expresión de deseos sexuales que se presentan a destiempo, es decir, en etapas de la vida que entonces la moral y la ciencia catalogaban como inadecuadas -en concreto, la infancia y la vejez-. Las anestesias se refieren a la insuficiencia o falta total de deseo sexual, mientras que las hiperestesias son su antípoda: se caracterizan por un deseo excesivo, desenfrenado. Finalmente, en las parestesias, el deseo sexual se dirige hacia objetos o prácticas considerados “equivocados” -el objeto y la meta del deseo distintos de lo tradicionalmente normativo, esto es, heterosexual y reproductiva-, de tal suerte que en esta categoría incluyó la homosexualidad, el fetichismo, y la búsqueda de placer a través del sufrimiento. Si el goce se consigue sometiendo, humillando o causando dolor psicológico o físico a la pareja sexual, el psiquiatra echó mano del término sadismo. Como todos sabemos, la palabra alude a la obra del marqués de Sade, Donatien Alphonse François (1740-1814). El adjetivo sádico tiene el mismo origen y se usaba en Francia desde la primera mitad del siglo XIX. Por ejemplo, 1834 el Dictionnaire Universel de Boiste incorporaba ya el término sadeísmosadisme en francés-, para describir prácticas en las que existe una conexión entre el placer sexual y la crueldad. Incluso, antes de Krafft-Ebing, algunos médicos y psiquiatras franceses usaron sadisme en discusiones sobre conductas sexuales fuera de norma. Con todo, sadismo, como término en el ámbito médico y psicológico, fue incorporado plenamente hasta la publicación del libro de Richard von Krafft-Ebing. 

 

Masoquismo 

 

Si me amas, se cruel para mí. 

Severino von Kusiemski 

 

Para mentar las prácticas sexuales en las que se logra placer a través del sufrimiento propio, Richard von Krafft-Ebing acuñó la palabra masoquismo. ¿Y por qué el psiquiatra no las llamó mejor kusiemskismo, en alusión directa al personaje de La Venus de las pieles? Pudo hacerlo, pero masoquismo no deja de ser acertado, y por vía doble… Ocurre que Leopold von Sacher-Masoch efectivamente había acordado un contrato de absoluta sumisión con su amante Fanny Pistor, una escritora y aristócrata vienesa, al igual que lo haría Severino von Kusiemski con Wanda von Dunajew en la novela. El contrato con Fanny Pistor fue evidente fuente de inspiración de La Venus de las pieles, en la que los temas de poder, deseo y humillación se entrelazan profundamente. La relación de Leopold y Fanny fue intensa, pero no culminaría en matrimonio. Más tarde el novelista se casó con Aurora von Rümelin (1845-1933), quien adoptó el nombre de Baronesa Anna von Sacher-Masoch, y a menudo publicó bajo el pseudónimo Wanda von Dunajew. 

Seguramente cuando León I de Galitzia murió, más que una ciudad, Leópolis era apenas un sueño. En cambio, cuando Leopold von Sacher-Masoch dejó este mundo -falleció el 9 de marzo de 1895 en un asilo psiquiátrico en Lindheim, afectado por algún tipo de demencia-, el término masoquismo se había ya extendido no sólo en alemán. Diez años más tarde, Freud reflexionaría en torno al par sadismo-masoquismo en Tres ensayos sobre la teoría sexual, y en 1924 publicaría el ensayo El problema económico del masoquismo

 

@gcastroibarra 


Show Full Content
Previous ¡Mejor Nadota! Vecinos de Tultitlán rechazan la imposición de la colonia Cuarta Transformación
Next El problema de salud en México | Así es esto por Rubén Díaz López 
Close

NEXT STORY

Close

Las escuelas de Aguascalientes podrían ser centros de vacunación para los niños

22/09/2021
Close