Cuando pensamos en el cáncer en la boca o la garganta, lo primero que se nos viene a la mente son personas mayores, fumadores o bebedores frecuentes. Sin embargo, en los últimos años, algo está cambiando: cada vez más jóvenes están siendo diagnosticados con este tipo de cáncer, y las razones te sorprenderán.
Una nueva tendencia alarmante
En países como España y México, los diagnósticos de cáncer en la boca y garganta entre jóvenes han ido en aumento. Los especialistas han identificado que esto no se debe únicamente al tabaco o al alcohol, sino también al Virus del Papiloma Humano (VPH), una infección que ha cobrado protagonismo debido a ciertos hábitos sexuales comunes entre la población joven.
Este tipo de cáncer, conocido como cáncer orofaríngeo, se encuentra en áreas como las amígdalas y la parte trasera de la garganta. Aunque antes era más común en hombres mayores de 60 años, ahora está afectando a personas de entre 18 y 30 años, lo que ha encendido las alarmas en la comunidad médica.
¿Qué tiene que ver el VPH?
El VPH es una de las infecciones de transmisión sexual más comunes, y su relación con el cáncer está cada vez más documentada. Especialistas han señalado que su principal vía de entrada a la boca y garganta es el sexo oral sin protección. Aunque el virus puede permanecer en el cuerpo durante años sin causar síntomas, en algunos casos evoluciona hasta convertirse en cáncer.
Un estudio reciente encontró que las personas que han tenido múltiples parejas sexuales y practican sexo oral tienen un mayor riesgo de desarrollar este tipo de cáncer, especialmente los hombres. Esto, combinado con el consumo de alcohol y tabaco, eleva significativamente las posibilidades de padecerlo.
Un cambio en el perfil de los pacientes
Antes, este tipo de cáncer se veía casi exclusivamente en hombres mayores que habían fumado y bebido durante décadas. Ahora, según especialistas de la UNAM, los jóvenes que ni siquiera han tenido tiempo suficiente para desarrollar una adicción al tabaco o al alcohol están presentando estos tumores, y la explicación apunta directamente al VPH.
“Los pacientes jóvenes no podrían haber empezado a beber o fumar a los cinco o 10 años. Hemos visto que sus casos se vinculan con el VPH, por las relaciones orogenitales. Este es un cáncer que, así como afecta el cérvix uterino en las mujeres, también daña la cavidad bucal. El virus causante tiene afinidad por los epitelios y la dermis”, explican los expertos.
En otras palabras, este cáncer podría estar relacionado con prácticas sexuales de riesgo, y su incidencia crece conforme estas se vuelven más frecuentes.
Checa estas estadísticas, según el Observatorio Mundial de Cáncer, en los últimos cinco años se sumaron 656 mil 62 casos de cáncer de labio y cavidad oral de hombres en el mundo, y en México se contabilizaron mil 671 casos en ese mismo periodo.
Otros factores de riesgo
Aunque el VPH es un protagonista en esta nueva ola de casos, no es el único culpable. Factores como una mala salud bucal (caries, encías sangrantes o llagas), una dieta poco balanceada y la exposición prolongada al tabaco y al alcohol también influyen. Incluso pequeñas lesiones en la boca pueden facilitar la entrada del virus y otras infecciones.
¿Qué podemos hacer para prevenirlo?
La buena noticia es que este tipo de cáncer se puede prevenir. Toma en cuenta estos consejos y cuida tu salud:
- Vacúnate contra el VPH. Esta vacuna está disponible y puede reducir drásticamente el riesgo de infecciones relacionadas con el virus.
- Usa protección. No sólo en el sexo vaginal o anal, también durante el sexo oral.
- Cuida tu salud bucal. Mantener dientes y encías sanos es fundamental para evitar infecciones que puedan complicarse.
- Evita fumar y beber en exceso. Estos hábitos no sólo afectan tus pulmones o hígado, también tienen un impacto directo en tu boca y garganta.
No ignores las señales
El cáncer en la boca o garganta puede desarrollarse durante años antes de mostrar síntomas claros. Si notas algo fuera de lo normal, como llagas que no sanan, dolor persistente o dificultad para tragar, consulta a un médico de inmediato. Detectarlo a tiempo puede marcar la diferencia. Recuerda: la prevención es clave, y la información, tu mejor aliada.