VIHDHA AC y Mexicanas en Acción Positiva AC
Hace años que el 1 de diciembre se ha conmemorado lo que al principio fue llamado Día mundial del combate al Sida, luego se identificó la distancia que hay entre el VIH y el sida, así que se incluían ambos términos, pero también se observó que la palabra combate era bélica y se cambió por “respuesta”, sin embargo, este año, en el boletín especial de Censida aparece como el “Día mundial del Sida” con el lema “Sigamos el camino de los derechos”. Esta simple acción deja de manifiesto el poco interés que hay desde el gobierno federal y el estatal por atender esta pandemia, sumado a la falta de un evento conmemorativo, como se hacía cada año.
Hace más de un sexenio que se perdió el camino por los derechos en materia de VIH y del sida, pues se eliminaron los subsidios al trabajo de las organizaciones de la sociedad civil, con lo que se cortaron programas exitosos de atención a la pandemia. Si alguna asociación tenía algo que al gobierno le pareciera irregular deberían haberla llamado a rendir cuentas, pero fue más fácil ponerlas a todas “en el mismo costal” y por lo que desaparecieron la mayoría de la intervenciones comunitarias de prevención, incluso en horarios nocturnos, días de asueto o en sitios a los que usualmente no llegaba el personal de salud.
Los COESIDAS de casi todo el país entraron en una etapa de desdibujamiento y de los pocos que estaban operando como el caso de Aguascalientes ya desde mayo de 2023 no tuvieron las sesiones ordinarias que deberían tener, en parte por los continuos cambios de los responsables de programas de VIH lo que se vio reflejado en no haber tenido el evento masivo de prevención que se realizaba en la exedra año con año. En su lugar, se limitaron a ofrecer pláticas en algunas universidades, olvidando que sus estrategias deberían estar enfocadas principalmente en las poblaciones que se encuentran en situación de vulnerabilidad.
Así en Aguascalientes el panorama en la atención del VIH y el sida es desafiante, entre el debilitamiento de las organizaciones de la sociedad civil, el poco compromiso del programa estatal de VIH y de la UNEME CAPASITS, y el burocrático acceso al PEP y al PREP.
De acuerdo a los datos de CENSIDA en México se cuenta con 385,604 casos acumulados de los cuales 316,505 son hombres y 69,099 son mujeres, 4 de cada 1000 personas viven con VIH. En el boletín especial que publicó CENSIDA con motivo del 1º de diciembre omitió la información de Aguascalientes, pero en su boletín de julio a septiembre de 2024 tiene registradas a 800 personas que se encuentran en tratamiento en Aguascalientes de las cuales 99 son mujeres y 701 hombres, de ellos 7 son menores de 14 años, 153 se encuentran en el rango de 15 a 29 años, 340 entre 30 a 44 años, 245 entre 45 y 59 años, 55 son mayores de 60 años, lo cual deje en evidencia que afecta a las personas sobre todo en su etapa reproductiva y cuando son económicamente activas, sin pasar por alto a 7 menores de 14 años de edad, lo que deja en evidencia la necesidad de que las y los jóvenes accedan a la educación sexual, antes de que comiencen a tener relaciones sexuales y por otro lado, que las acciones para evitar la transmisión materna no han tenido el impacto esperado pues a estas alturas ya no deberíamos tener en el estado niños que nazcan con VIH.
Con lo anterior y ante el llamado de Censida de reflexionar sobre su lema sobre “Sigamos el camino de los derechos”. Este debería decir retomemos el camino de los derechos porque mientras no se fortalezcan las acciones de la mano de las organizaciones civiles, mientras tengamos sólo un Capasits que atiende únicamente por las mañanas de lunes a viernes, mientras no se cuente en todo momento el acceso sin restricciones al PEP y al PREP, mientras en el Estado de Aguascalientes no se retome la rectoría del Programa de VIH, mientras se sigan detectando nuevos casos y peor aún que muchos de esos casos sean en menores de edad, mientras se criminalice a las personas con VIH, mientras todavía llega a existir desabasto ocasional en el tratamiento antirretroviral, no se puede decir que las personas acceden a su derecho más amplio de protección de la salud, y con ello se pone en riesgo el derecho básico a la vida.
En palabras de CENSIDA: “Las desigualdades que enfrentan las personas viviendo con VIH son múltiples y complejas; desde el acceso desigual a servicios de salud hasta la discriminación y el estigma que rodean a esta infección, estas barreras impiden que muchas personas reciban el tratamiento y la atención que necesitan. Para avanzar hacia la erradicación del sida, es fundamental trabajar en las desigualdades que persisten en nuestra sociedad, lo cual exige un enfoque integral centrado en el respeto de los derechos de todas las personas; esto implica promover información precisa sobre el VIH y el sida en todas las comunidades, especialmente en aquellas que han sido más afectadas por esta epidemia, y garantizar que cada individuo, sin importar su origen o situación económica, tenga acceso equitativo a pruebas diagnósticas, tratamientos y recursos de prevención”.
Activistas, personas voluntarias y directivos de VIHDHA AC y de Mexicanas en Acción Positiva AC