Es tiempo de los ciudadanos… | Cosas Veredes por: Gilberto Carlos Ornelas - LJA Aguascalientes
19/11/2024

Cosas Veredes

Es tiempo de los ciudadanos…

El triunfo del Movimiento de Regeneración Nacional y Andrés Manuel López Obrador en 2018 fue una victoria del México profundo agraviado y marginado que exigía cambios políticos para buscar justicia y bienestar social. Esa orientación ha sido ratificada sin cortapisas en las elecciones intermedias de 2021 y en las generales de 2024. Nadie puede dudar que el mandato popular que recibió la dra. Claudia Sheinbaum Pardo ha sido continuar el proceso de transformaciones y remodelación del Estado mexicano, así como el nuevo modelo de la economía nacional.

El país transita en ese proceso de transformaciones que se ha dado a través de profundos reacomodos políticos; los liderazgos redefinen sus lealtades y alineamientos, los grupos de interés político o económico pactan nuevas alianzas y compromisos. El frente político gobernante agrupado en la divisa de “Cuarta Transformación” va modelando día con día, mes a mes, reforma a reforma, algunos rasgos del modelo político del país para las próximas décadas.

Sin embargo, la ciencia política y la historia nos han enseñado que la evolución de las sociedades y las naciones no se lleva a cabo solo por casualidades o por determinaciones preconcebidas, sino también por la acción de los individuos y grupos sociales que logran modificar con su actividad el rumbo del desarrollo de sus propias comunidades y países.

Las fuerzas políticas tradicionales han entrado en crisis al no entender los cambios que vive el país, y las organizaciones partidistas que no entiendan el proceso, desaparecerán por la incapacidad de insertarse en la nueva realidad. El propio Movimiento de Regeneración Nacional tiene el reto de diseñar su organización política como una fuerza contendiente democrática y no limitarse al papel de brazo electoral del gobierno. Lo peor que le puede suceder al proceso de transformación sería que quedara solo en manos de cúpulas dirigentes y facciones de poder.

La esencia de una transformación política y social verdadera radica en la participación de la gente, y más aún cuando ésta se hace con plena conciencia de los cambios y objetivos que se persiguen. Para muchos estudiosos, las personas actúan o debieran actuar como agrupamientos de clase social pugnando por sus reivindicaciones específicas, y otros consideran que la participación de la gente se debe expresar como “pueblo”, como el conglomerado de la gente que se conduce con determinada orientación política. Sin embargo, hay muchos elementos de la realidad que nos están mostrando que los intereses específicos de los sectores sociales que viven de su trabajo y los intereses de lo que se conceptualiza como “pueblo de México”, al fin de cuentas son las aspiraciones de la gran mayoría de las personas que son la base política de la nación: los ciudadanos; la personas que son sujetos de responsabilidades y obligaciones, derechos y libertades, y que podemos decir que desean un país mejor, más justo, democrático y próspero.

Esos millones de personas, conscientes de su papel en la sociedad, que se saben ciudadanos -entes activos-, capaces de ejercer sus derechos y obligaciones, y participar con sus pares y ante los gobiernos, al fin de cuentas serán quienes, por las vías de la acción social, política y electoral, orientarán los cambios e irán moldeando los nuevos alcances de la realidad política, los nuevos derechos y los nuevos límites de sus autoridades e instituciones políticas.

La vida pública del país necesita ciudadanos activos, conscientes, informados, participativos, y organizados.


Las formas de participación de los ciudadanos pueden ser múltiples, y lo más importante de ello radicará en la conciencia y el impacto de sus decisiones y actos, ya sea desde la militancia política, desde la acción de las organizaciones sociales, sindicatos, asociaciones civiles, comités de vecinos, clubes de servicio, observatorios, comités de lucha, agrupaciones de ayuda mutua, y hasta la acción individual.

Un ciudadano es la persona que actúa y reclama un derecho, protesta contra una arbitrariedad, que individualmente presenta una queja o una denuncia por un abuso o acto ilegal, el que propone, el que se opone, el que exige mejores salarios y condiciones de trabajo, el que busca la mejora de su vecindario, el que promueve una acción legal para el bien de su comunidad, municipio, estado o país, el que exige trabajo a sus representantes políticos el que pide y busca información de los asuntos públicos, el que exige cuentas y resultados a sus gobernantes.

El proceso de cambio y transformación política que está en marcha necesita “que surjan miles de iniciativas y acciones ciudadanas” para que logremos en corto plazo un país más justo, más democrático y más próspero.

Es tiempo de los ciudadanos. Para avanzar con democracia, justicia y bienestar, la transformación del país tendrá que ser orientada por los ciudadanos, o no será.


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