Bajo presión
Ajustes
Días después de que se le bajó la presión, como a cualquier persona, y faltó a una votación, como ya muchos habían anticipado, la senadora priísta Cynthia López Castrose pasó formalmente a la bancada de Morena. Oficialmente el Partido Acción Nacional expulsa a Miguel Ángel Yunes Márquez y a su padre Miguel Ángel Yunes Linares por haber votado a favor de la reforma al Poder Judicial. Al día siguiente de que los senadores le regalaron la reelección a Rosario Piedra Ibarra, se reúnen en torno a la presidenta Claudia Sheinbaum a ratificar la coordinación entre los poderes Ejecutivo y Legislativo. Los actos políticos como un espectáculo mediocre que tiende cortinas de humo para ocultar las luchas internas por el poder y distraer del análisis de lo importante.
La senadora Lilly Téllez le lanzó unas monedas a la senadora expriísta, con el mismo discurso impulsado por el oficialismo la acusó de traidora y vendida; ya, eso va a ser todo, Alejandro Moreno, dirigente nacional del PRI, se rasgará las vestiduras al hablar de la traición, mientras Cynthia López se pasea del brazo con el morenaje, acusando al Revolucionario Institucional de cerrarse a cualquier diferencia.
El breve comunicado con que el PAN informa sobre la expulsión de los Yunes, indica que se realizó para “mantener la integridad y los valores que caracterizan a Acción Nacional, así como de garantizar el respeto a las decisiones que fortalecen nuestra unidad y compromiso con la ciudadanía”, los veracruzanos ya adelantaron que impugnarán la decisión del partido, el padre dijo que a él no lo corre nadie y cuando decida irse se irá por la “puerta grande”; impugnación inútil pues Adán Augusto López Hernández ya aseguró que Yunes Márquez “forma parte del grupo parlamentario en el Senado, somos 87 senadoras y senadores en este momento”, después de reunirse en Palacio Nacional con la presidenta, cita a la que acudió el senador expulsado y evadió a la prensa para que el morenaje hablara por él.
El elogio a la mediocridad que es la ratificación de Rosario Piedra al frente de la CNDH y la lisonja de los senadores morenitas con López Obrador para mantener a su empleada en el cargo antes que a la preferida de la presidenta son un pataleo ante el ejercicio del verdadero poder, el que detenta Claudia Sheinbaum, si en un primer momento sólo dedicó unos cuantos segundos al nombramiento, sin pregunta de por medio, en su conferencia ridiculizó a quienes teorizan sobre lo que López Obrador quiere o no y señaló que en el Senado ya están grandecitos como para saber por quién votar; acto seguido, los legisladores morenitas son convocados a una reunión en Palacio Nacional.
Adán Augusto y Ricardo Monreal, coordinadores de senadores y diputados morenitas, salieron de la reunión en Palacio Nacional apuradísimos en calificar el encuentro de bueno, amable, que no se discutió ninguna controversia y que todo había sido miel sobre hojuelas. Una vez que la doctora Sheinbaum minimizó la reelección de la titular de la CNDH y la intervención de López Obrador en el asunto, queda claro quién manda. Si la autoridad de la presidenta estuviera en riesgo, de lo que estaríamos hablando sería una rebelión de los legisladores oficialistas para aprobar el Paquete Económico 2025, que será presentado este viernes y con el que ya se han comprometido para aprobarlo en su totalidad, ¿quién manda?.
En un artículo reciente, Luis Castro Obregón establece que “En Occidente, cada país tiene la mejor democracia posible en cada momento histórico, a partir de la correlación prevaleciente de fuerzas políticas que luchan por el poder; de la fortaleza de sus sociedades y de sus formas de participación colectiva; de sus valores socioculturales imperantes (más o menos reflejados en sus normas); y de la visión de la coalición de sus élites hegemónicas”; agradezco a Ricardo Heredia la recomendación de esta benevolente mirada sobre la reconfiguración de la República en México, antes de calificar cualquier cosa como democracia a través la comparación con lo que ocurre en otros países, tras el triunfo del movimiento lopezobradorista y sus reformas, es indispensable hacer un análisis profundo acerca de lo que entendemos del modelo que el oficialismo intenta imponer y del que la oposición no ha entendido nada porque le basta calificarlo como dictadura.
Antes de la serie de reformas que rompen el equilibrio entre los tres poderes, a la pregunta de ¿en qué consiste la democracia en México?, sin duda lo primero que se hubiera respondido es que en el voto. Hoy, sin entender del todo cómo nos va a afectar la elección por voto popular a las personas juzgadoras, la desaparición de los organismos autónomos y la supremacía constitucional, por mencionar sólo tres asuntos de actualidad, estoy convencido de que debemos contar con más herramientas para saber en qué democracia vivimos o cuál es el modelo del oficialismo intenta imponer; no sólo se trata de votar, la democracia está directamente relacionada con la participación ciudadana, esa que tiene que ver con la organización entre pares con causas comunes y a la que tanto partidos como gobierno siempre le han temido.
Luis Obregón en el artículo citado señala que “Nos dirimimos entre la defensa del statu quo y el diseño de la democracia del futuro…”, lo dudo, la suma de espectáculos de la clase política muestra que el statu quo le conviene a quienes a los que se fueron y a los que están, no hay apuesta alguna por un diseño, sólo se trata de un cambio de personajes, no de libreto.
Coda. “En la actualidad, los principios estratégicos de los que tienen el poder son el escape, la evasión y la retirada, y su estado ideal es la invisibilidad”, Zygmunt Bauman, en Modernidad líquida, la opacidad del pan y circo.
@aldan