Bitácora del navegante / De los suicidas - LJA Aguascalientes
16/11/2024

Hace poco leí en la prensa local que las autoridades de salud del Estado están preocupadas por el notable aumento de suicidios, especialmente de jóvenes, que se han dado a lo largo de este año. Cuando escuchamos o leemos la noticia de que alguna persona se suicidó, no faltan los lugares comunes, frecuentemente prejuiciosos, tales como “escapó por la puerta falsa” o “no tuvo el valor de enfrentar la vida”, pero muy poco o nada sabemos de la persona que cometió suicidio y de las circunstancias que lo orillaron.

No cabe duda que  el suicidio es  un tema que suele causar opiniones encontradas y en muchos casos apasionadas, producto sobretodo de la angustia y el temor que a todos nos provoca.  Más allá de las consideraciones  que para la salud pública  encierra esta realidad, valdría la pena intentar un acercamiento desde diversos puntos de vista a un fenómeno tan complejo que permitiera desmitificarlo y, de paso, quitar la carga de culpabilidad que en demasiadas ocasiones es depositada en los suicidas, fallidos o logrados, y sus familiares.

Por mano propia es un libro escrito por una filósofa argentina, Diana Cohen Agrest, (1) en el que se realiza una revisión del tema del suicidio desde un punto de vista histórico-filosófico con el fin intentar establecer una postura actualizada y más cercana a la realidad del suicida y su entorno.

Puede ser que el punto neurálgico de esta revisión sea el de la libertad del hombre.

A este respecto la lectura me ha provocado varios cuestionamientos: ¿nos pertenece nuestra vida?; ¿qué derecho tenemos sobre ella?; ¿es lícito terminar con ella cuando sentimos que no vale la pena?; en este acto, ¿mostramos un mayor aprecio o un desprecio por ella?; ¿es el suicidio un acto de cobardía o, por el contrario, una demostración de valor?; ¿ debe prevalecer nuestro derecho sobre el de los demás, especialmente nuestros familiares y dependientes?; ¿puede ser una salida válida cuando se ha perdido la salud, el honor o la libertad?; dado el caso, ¿podría ser una forma de liberar a nuestra familia o a la sociedad de una carga demasiado pesada?; y hablando de los profesionales de la salud,  ¿qué tan objetiva puede ser la evaluación de la salud mental  de un potencial suicida?, ¿tienen derecho de tratarlo o tratarla  como un menor y forzar su internamiento en una institución?

No existen respuestas sencillas y mucho menos únicas a estas y otras tantas preguntas.  Las circunstancias y la propia situación de cada persona son muy particulares, por lo que sólo podemos lograr cierta claridad caso por caso, historia por historia.   Creo que de cualquier forma , aún investigando las circunstancias, analizándolas y  tratando de entender las motivaciones de un suicida particular, ese suicidio no dejará de ser en última instancia un misterio, un enigma y, desgraciadamente, quien lo comete ya no nos  lo podrá descifrar, si es  que él o ella misma pudo en algún momento hacerlo.
(1) Cohen Agrest, Diana. Por mano propia. Fondo de Cultura Económica de Argentina. Buenos Aires, 2010.


Show Full Content
Previous 60 millones de pobres en México al término del sexenio: Fundación Colosio
Next DE POLITICA, UNA OPINION / La nueva estatura política del presidente Calderón II.
Close

NEXT STORY

Close

Recibe el IEE las boletas electorales para la elección del 5 de junio

19/05/2016
Close