Opacidad | Bajo presión por: Edilberto Aldán - LJA Aguascalientes
03/12/2024

Bajo presión

Opacidad

A más tardar el 14 de noviembre desaparecerá el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI), tendrá que ser ese día porque el 15, en la Cámara de Diputados, se discutirá el paquete económico, en el que ya están considerados los “ahorros” que se tendrían al eliminar al INAI junto con el Coneval, el IFT, la Comisión Nacional de Mejora Continua de la Educación (MEJOREDU), la Comisión Reguladora de Energía (CRE) y la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH).

Las atribuciones del INAI para promover, respetar, proteger y garantizar los derechos de acceso a la información pública y a la protección de datos personales, se repartirán entre otras dependencias, las relacionadas con la rendición de cuentas y transparencia a la Secretaría Anticorrupción y Buen Gobierno (antes de la Función Pública), mientras que el Instituto Nacional Electoral (INE) será responsable de los temas relativos a la información pública y la protección de datos personales a cargo de los partidos políticos, entre otras asignaciones.

Con la desaparición de los organismos autónomos ocurre lo mismo que con las iniciativas recientes, son aprobadas en fast-track por el Poder Legislativo, sin importar su discusión o que no se establezca con claridad la distribución de obligaciones, en un encuentro con estudiantes universitarios, la comisionada del INAI, Norma Julieta del Río Venegas, expuso que la iniciativa de reforma constitucional no ha establecido cuál autoridad se haría cargo de garantizar el derecho a la protección de datos personales en el sector privado. “La iniciativa no dice quién se hará cargo de los procesos de sustanciación, de las controversias, no dice lo de la mejora regulatoria, no dice lo de la Plataforma Nacional de Transparencia: 700 sujetos obligados son de la Federación, pero 7,000, no. Todo eso le hemos explicado a los senadores y a los diputados. Lo que venga, que venga bien regulado, que no vaya a ser un problema en lugar de un beneficio”.

En días recientes, los comisionados del INAI han ocupado la mayor cantidad de espacios posibles en los medios de comunicación para explicar por qué no es viable la desaparición del Instituto, por qué se requiere que sea un organismo autónomo y especializado; pero esta explicación no es nueva, el INAI y organizaciones de la sociedad civil han establecido las razones por las que esta reforma es regresiva y fomentaría la opacidad, como Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad, que señaló que “el objetivo no debe ser una supuesta austeridad como fin en sí mismo, sino robustecer los derechos humanos de las personas. Bajo los elementos apuntados, la iniciativa que el Ejecutivo propone no se traduce en la ampliación en los derechos humanos de las personas”.

Esta defensa del INAI no es nueva, se realiza desde el momento mismo que Andrés Manuel López Obrador amenazó con eliminarlo, pero las razones de quienes se oponen nunca fueron atendidas durante el sexenio anterior, mientras que en la administración de Claudia Sheinbaum, los comisionados del INAI fueron recibidos en la Secretaría de Gobernación y se les pidió una propuesta de recorte presupuestal, un engaño, porque al final lo que prevaleció fue la declaración de la presidenta, a quien con el altavoz heredado de la conferencia matutina, le basta su palabra para desestimar cualquier duda, la doctora Sheinbaum dijo que con la eliminación del Instituto no se vería afectada la transparencia, y ya.

Al oficialismo le basta la palabra empeñada de la titular del Ejecutivo para poner a funcionar su mayoría y cerrarse al diálogo. Algo similar ocurre con el nombramiento de la titular de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, cuando la comisión legislativa incluyó en la terna a Rosario Piedra Ibarra, dándole la opción de reelegirse, a pesar de que fue la candidata peor evaluada, no sólo eso, el obispo emérito de Saltillo, Raúl Vera, denunció que la actual ombudsperson presentó un documento apócrifo con su firma falsificada como parte de las cartas de recomendación para su registro como candidata. Nada de eso le importa a los legisladores, dejarán a Rosario Piedra porque en su conferencia matutina la presidenta dijo que es un “símbolo para México”, y ya.

La reconfiguración de la administración pública implica la oportunidad de los miembros del oficialismo para repartirse el poder, por eso se acatan las instrucciones que dejó Andrés Manuel López Obrador para estructurar el gobierno de Claudia Sheinbaum Pardo; que diputados y senadores hayan recibido a los consejeros del INAI para después acatar la voluntad presidencial y la inclusión de Rosario Piedra para que se juegue su reelección, son resultado de la batalla por el poder que, tarde o temprano, afectará a Morena.


Lo terrible de todo esto, es que la oposición es omisa en estos asuntos y sólo se escandaliza ante las barbaridades del oficialismo, incapaces de trazar una ruta para defender a los ciudadanos, no vaya a ser que en una de esas, los saquen del juego y ya no puedan seguir royendo las migajas.

Coda. “No les demos a las opiniones estúpidas el placer de escandalizarnos”, un aforismo de Nicolás Gómez Dávila.

@aldan


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