Memoria y Esperanza
Teología de la Liberación de Gustavo Gutiérrez: Salvar la vida de los pobres
Tercera y última parte
Los derechos humanos, individuales, sociales y de los pueblos, están implícitos en los tres niveles de significación del proceso de liberación. Los derechos humanos aparecen así como realidades a conseguir, estableciendo condiciones necesarias y quitando obstáculos para ello.
Gustavo Gutiérrez concluye su obra reafirmando que la TL intenta partir del “compromiso por abolir la actual situación de injusticia y por construir una nueva sociedad”; y, si esto es así, “debe ser verificada por la práctica de ese compromiso; por la participación activa y eficaz en la lucha que las clases sociales explotadas han emprendido contra sus opresores.” (1) Se trata de una lucha por la vigencia real de los derechos humanos.
2.4. Derechos humanos desde los pobres
Gustavo Gutiérrez dedica dos obras a la teología y la práctica defensora de los derechos humanos de los empobrecidos de las Indias que hace Fray Bartolomé de Las Casas (1474-1566): Dios o el oro en las Indias, Siglo XVI y En busca de los pobres de Jesucristo. Gutiérrez trata del pensamiento lascasiano desde la TL. Esto significa que el teólogo limeño liga el Pensamiento de Liberación con la Tradición Iberoamericana de Derechos Humanos, pues Las Casas es uno de los iniciadores de esta tradición teórica y práctica, de postulación y defensa de derechos humanos. (2)
En especial, por lo que a nuestro tema se refiere, comento la parte en que Gutiérrez trata de lo que llama “el derecho de los pobres”. Esto tiene su fundamento en la acción profética de Las Casas -y de aquellos que actuaban y pensaban como él- que combatió desde los pobres y anunció el Evangelio “en una sociedad que se estableció sobre el despojo y la injusticia” (3) De tal modo que denuncia la idolatría de quienes se dicen son cristianos, que adoran no a Dios sino el oro depositado en las entrañas de estas tierras de Indias; dice Gutiérrez que “resultó una paradoja insoportable para sus contemporáneos que consideraban, obviamente, que la idolatría era lo propio de los naturales de estas tierras.” (4)
Comenta el teólogo limeño:
“Si la óptica de Las Casas es distinta, ello se debe a que su acercamiento al asunto toma una vía inédita en su tiempo. Para comprender lo que sucede en las Indias busca adoptar el punto de vista indio, del pobre y oprimido. Esta perspectiva se basa en su conocimiento de la realidad indiana. En efecto, lo que da fuerza profética -y perspicacia teológica- a la tarea misionera y al pensamiento de Las Casas es que habla por experiencia. Su teoría viene de la práctica, su discurso sobre la fe se arraiga en su acción evangelizadora.” (5)
Esta perspectiva de Las Casas, y de los defensores de los derechos de los indios en general, como aquella comunidad de frailes dominicos establecidos en La Española que fueron los primeros que denunciaron la injusticia sobre los indios en el Adviento de 1511, encabezados por Fray Pedro de Córdova y por voz de Antón de Montesinos; esta perspectiva, digo, es la que hace surgir una concepción de los derechos humanos desde los pobres, unos derechos de los pobres. Así lo destaca Gutiérrez desde la mirada de la liberación:
“En la protesta y compromiso de los frailes hay, ciertamente, la afirmación de la igualdad fundamental de todos los seres humanos, y esto nos autoriza para entender su actitud y defensa como la postulación de un derecho humano y natural. Pero detrás de esto, y más profundamente está la percepción del indio o, para ser más exactos todavía, de la nación, como un oprimido, como un pobre, como el prójimo por excelencia al que hay que amar.”. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
“En una palabra, derechos humanos sin duda, pero no en una perspectiva liberal y formalmente igualitaria, sino en la línea del derecho de los pobres, condenados a la muerte y a la destrucción por el opresor en busca de oro. Del derecho de los pobres nos habla en nuestros días la conferencia episcopal de Medellín. En este sentido parece afirmarse que estamos ante un derecho nuevo, de hondas raíces -como decíamos más arriba- no sólo teológicas sino bíblicas. No hay aquí, en la afirmación del derecho de los pobres, pérdida de universalidad de los principios como algunos parecen temer, lo que hay es verdadera universalidad a través de la garantía en concreción histórica y en realismo evangélico, bases de toda auténtica profecía.” (6)
La Teología de Gustavo Gutiérrez, como en general la TL, la podemos ubicar en esto que se ha denominado la Tradición Iberoamericana de Derechos Humanos. Una tradición de derechos humanos que nace en el siglo XVI, en la defensa concreta de los derechos de los empobrecidos, de los pobres, varones, mujeres y niños, de las Indias. Tiene una visión integral de los derechos humanos y su defensa es en concreto; no como las tradiciones ilustradas, que proclaman la libertad y la igualdad en abstracto y que nacen para la defensa de los derechos de varones, los ricos propietarios y los blancos.
Notas:
1 Gutiérrez, Teología de la Liberación, Op. Cit., p.387.
2 Cfr. Jesús Antonio de la Torre Rangel. El uso alternativo del Derecho por Bartolomé de Las Casas, Ed. Universidad Autónoma de Aguascalientes y Universidad Autónoma de la Ciudad de México, Aguascalientes 2022; y Alejandro Rosillo Martínez, Los inicios de la Tradición Iberoamericana de Derechos Humanos, Ed. Universidad Autónoma de San Luis Potosí y Centro de Estudios Jurídicos y Sociales Mispat, San Luis Potosí-Aguascalientes, 2011.
3 Gustavo Gutiérrez, Dios o el oro de las Indias. Siglo XVI, Ed. Instituto Bartolomé de Las Casas y Centro de Estudios y Publicaciones, Lima, 1989, p. 14.
4 Ibidem, p. 15.
5 Idem
6 Gustavo Gutiérrez, En busca de los pobres de Jesucristo. El pensamiento de Bartolomé de Las Casas, Ed. Instituto Bartolomé de Las Casas y Centro de Estudios y Publicaciones, Lima, 1992, págs. 69-70.