Ambientalistas
¡Haga algo, no se queje!
El ser humano está acostumbrado a desechar todo aquello que no le sirve o no le satisface, y esto aplica hasta con los animales de compañía, prueba de ello es que hay personas que suelen deshacerse de ellos desconociendo, u omitiendo, que adquieren varias responsabilidades cuando deciden tener un compañero peludo, entre ellas respetar las 5 libertades básicas que son: proveerle alimento, tenerle un lugar adecuado para su descanso y esparcimiento, llevarlo a consulta veterinaria periódicamente, aplicarle vacunas, desparasitaciones y esterilizarlo. En el caso de los perros, se debe sacarlos a pasear (con su respectivo collar y correa) estableciendo un vínculo de acompañamiento con ellos, eso implica hacerse responsable de su conducta y levantar sus excretas para no ocasionar problemas con los vecinos, además de generar problemas de insalubridad. Los gatos también se pueden sacar a pasear bajo la custodia de su humano; sin embargo, para muchos eso les parece tonto y prefieren dejarlos libres, que anden sueltos defecando y apareándose a altas horas de la noche en los techos de los vecinos y se les permita deliberadamente que activen su instinto depredador. Si no se tienen la paciencia, el tiempo ni los accesorios para pasearlos, entonces se les debe ofrecer un hogar con los aditamentos necesarios para que se diviertan y desestresen (en internet puede encontrar mucha información y videos ilustrativos al respecto).
Educarse en materia de bienestar animal es imperativo para toda aquella persona que quiere adoptar un animal de compañía, de lo contrario se corre el riesgo de que, aquello que generaba felicidad y tranquilidad, provoque estrés y desesperación, así que será fácil para algunos abrir puertas y ventanas para que se escape y no regrese, y si regresa, llevarlos a un lugar lejano, esperando que no encuentre el camino de regreso.
Posiblemente esta es una de las razones que ha provocado la presencia de los gatos dentro del campus central de la UAA; no obstante, estos no deberían aparecer “así nomás”, porque son animales con un alto índice reproductivo, provocando que su crecimiento poblacional se salga de control causando incomodidad entre algunos miembros de la comunidad universitaria. Por tal motivo, surgió el proyecto “Michis UAA”, que tiene los siguientes objetivos: proveer alimento a los gatos para que no cacen otras especies, esterilizarlos para que no se sigan reproduciendo, socializarlos en redes para que puedan ser candidatos a ser adoptados de manera responsable. Otras acciones son capturar, esterilizar y soltar (proyecto CES) a los gatos (machos y hembras) ya reconocidos como miembros de la comunidad UAA. Este es un ejercicio que ya se aplica en otras partes del mundo, pero en nuestra entidad nuestra máxima casa de estudios es pionera en este proyecto y se pretende que se implemente a nivel municipal. Con este proyecto se intenta controlar el crecimiento de las colonias felinas, pero el abandono de gatos en el campus central de la UAA es el que provoca las anomalías en su manejo y el control de las comunidades felinas base.
Tener una comunidad felina en la UAA no es algo negativo del todo, ya que se ha observado a miembros de la comunidad universitaria conviviendo, jugando y acariciando a los gatos, lo cual disminuye en los estudiantes su estrés producido por el estudio; por lo tanto, actúan como gatitos de apoyo emocional y pueden ayudar a disminuir los problemas de depresión y ansiedad en algunas personas, más aún, se consigue que la comunidad universitaria sea empática con el bienestar animal, porque todos debemos ser responsables y procurar el bienestar de los animales que están en nuestro entorno.
A manera de conclusión, queremos invitarlos a que reflexionen sobre qué están haciendo para cambiar su metro cuadrado, o si solo son de los que se quejan siendo indiferentes ante la situación de abandono que padecen muchos animales de compañía cotidianamente, hecho que, lamentablemente, se está presentando con regularidad en la UAA