Teología de la Liberación de Gustavo Gutiérrez: Salvar la vida de los pobres | Memoria y Esperanza por: Jesús Antonio de la Torre Rangel - LJA Aguascalientes
23/11/2024

Memoria y Esperanza

Teología de la Liberación de Gustavo Gutiérrez: Salvar la vida de los pobres

(Primera de tres partes)

El pasado  22 de octubre de 2024, murió en Lima, Perú, el teólogo e intelectual católico Gustavo Gutiérrez. Por la enorme importancia y trascendencia de su pensamiento teológico, me propuse publicar las siguientes líneas.

Gustavo Gutiérrez Merino (1928) es considerado el “padre de la Teología de la Liberación”, por haber sido el primer autor que trata el tema de manera sistemática y haber utilizado, también por primera vez, expresamente la locución. Gutiérrez nació en Lima, Perú, el 8 de junio de 1928; se ordenó sacerdote en 1959; estudió en las Universidades de Lovaina y Lyon; es licenciado en psicología y doctor en teología. Ha sido profesor de teología y ciencias sociales en la Universidad Católica de Lima y asesor de la Unión Nacional de Estudiantes Católicos (UNEC). Desde hace algunos años es religioso dominico, ya que ingresó a la Orden de Predicadores de Santo Domingo de Guzmán. En el año 2003 fue galardonado con el premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades. En el Acta del Jurado, suscrita en Oviedo el 30 de abril de 2003, se resalta la labor de Gutiérrez y la importancia social de la TL:

“El teólogo peruano Gustavo Gutiérrez es el iniciador de la renovadora corriente espiritual conocida como teología de la liberación, que propugna una atención especial al mundo de los desfavorecidos, entendiendo que la liberación preconizada por el mensaje cristiano no es aplicable únicamente a la faceta espiritual del ser humano, sino también a sus condiciones sociales y materiales. Con ello, esta propuesta de la teología de la liberación no se reduce a un planteamiento teórico, sino que constituye una práctica que, de modo especial en los países menos desarrollados, ha estimulado una dignificación de las condiciones de vida de millones de seres humanos.” (1)

  1. ¿Qué es y cómo comienza la Teología de la Liberación?

La Teología de la Liberación (TL), no sólo es producto de la situación socio-política y económica de América Latina, marcada por la injusticia y la violación sistemática de los derechos humanos; situación a la que se une el Pensamiento de Liberación, sociológico, económico, filosófico, político, pedagógico jurídico y geográfico. Sino que la TL puede surgir, gracias a que a lo anterior se unen también circunstancias eclesiales. Tales como los documentos dados con motivo de la celebración del Concilio Vaticano II, que se abrió a la problemática realidad del mundo y fomentó la creatividad teológica; y la realización de la II Conferencia del Episcopado Latinoamericano (CELAM) celebrada en 1968, en Medellín, Colombia, que produjo documentos pastorales muy importantes enraizados en la realidad latinoamericana y convocando a la justicia y a la paz.

Aunque en los llamados Documentos de Medellín -Conclusiones de la Conferencia Episcopal- predomina todavía la locución utilizada por el Papa Paulo VI en su encíclica Populorum Progressio, de desarrollo integral al que debe aspirar y alcanzar todo ser humano; en esos Documentos ya se utiliza como “término oficial”, la noción y la palabra liberación, y, desde entonces, como dice Segundo Galilea, “quedó acuñada como propia de la reflexión y de la tarea de los cristianos en el continente.” (2)

El propio teólogo  chileno, nos proporciona unos rasgos definitorios de este quehacer teológico, al decir que la TL es una “reflexión teológica sobre el sentido del compromiso de la Iglesia y sus cristianos en la justicia, en la liberación de sus pueblos en el orden de la evangelización.” (3)


Para completar lo que se entiende por TL, a continuación citamos lo que escribe el jesuita mexicano Arnaldo Zenteno, en uno de los primeros artículos publicados en México que se asumen como de TL:

“Por Teología de la Liberación entendemos aquí una reflexión teológica, que toma como dato las realidades contemporáneas sociales (en sentido amplio),  se centra en los hechos y anhelos de ‘Liberación Social’ y pretende valorarlos y discernirlos a la luz de la fe. Además, pretende que estos mismos datos, o mejor, esta realidad de esclavitud-liberación interpele nuestra fe. En resumen, ésta Teología pretende descubrir el nexo e integración de estas realidades con la plena liberación en Cristo.” (4)

Es, entonces, la Conferencia Episcopal de Medellín la que introduce de lleno, oficialmente, el término liberación dentro del lenguaje teológico; se celebró entre el 24 de agosto y el 6 de septiembre de 1968. Pero tanto el uso del vocablo liberación, como las Conclusiones de la Conferencia de Medellín, sobre todo expresadas en los Documentos Paz y Justicia, revelan que antes de la asamblea episcopal ya se hacía TL y que se utilizaba ya también esa locución.

Gustavo Gutiérrez, considerado el “padre” de la TL, a pregunta expresa de Ángel Darío Carrero, en el sentido de cuando empieza a llamarse TL “este nuevo modo de pensar la fe desde la perspectiva del pobre y del excluido”, dice:

“El 22 de julio de 1968, en Chimbote, Perú, me pidieron hablar de ‘teología del desarrollo’ y me negué. Les dije que hablaría de teología de la liberación, que era más pertinente en nuestro contexto…” (5)

En esa misma entrevista el teólogo peruano reconoce que la teología comienza a asumir la realidad de la pobreza y la violencia en América Latina y el Caribe, a partir de marzo de 1964, en virtud de una reunión convocada por Iván Illich en Petrópolis, Brasil, para conversar sobre el trabajo de la teología en el Continente. (6)

Por otro lado, tenemos el testimonio muy valioso de Julio Saquero, que vivió una experiencia como religioso, concretamente como Hermanito del Evangelio de la Fraternidad de Charles de Foucauld, en Fortín Olmos, Provincia de Santa Fe, Argentina, al lado del teólogo Arturo Paoli, a fines de los años sesenta. Saquero escribe:

“Y fue una escuela de esperanza, porque también allí se descubrió de algún modo la espiritualidad y la teología de la liberación. Dialogando con ‘Miguicho’ y los hombres y mujeres de la Cooperativa de Hacheros, Arturo escribió su Diálogo de la Liberación, obra introductoria a la nueva teología latinoamericana.” (7)

A final de cuentas, los tres primeros libros de TL, son precisamente del brasileño Rubem Alves (8), de Gustavo Gutiérrez y de Arturo Paoli. El nacimiento de la TL se liga a la aparición del libro del entonces párroco limeño, el teólogo Gustavo Gutiérrez, Teología de la Liberación, que con el sello de Editorial Universitaria, se publica en Lima, en 1971. En realidad el primer libro de TL es el de Alves y después el del religioso italiano, entonces radicado en Argentina, Arturo Paoli, denominado Dialogo Della Liberazione, publicado en Italia en noviembre de 1969; la Editorial Carlos Lohlé hace la primera edición en castellano en 1970, en Buenos Aires. Paoli reconoce, sin embargo, que la obra de Gustavo Gutiérrez es la primera “sistemática” sobre Teología de la Liberación. (9)

En México, ya dijimos, uno de los primeros textos es el artículo citado de Arnaldo Zenteno, publicado en Christus en abril de 1971. Y seguramente el primer libro editado  en México con la temática de la TL, aunque no se le mencione como tal, es Marx y la Biblia. Crítica a la filosofía de la opresión, del jesuita José Porfirio Miranda, de 1971. (10)

La revista Servir número 38 (11) de marzo-abril de 1972, fue dedicada por sus editores a lo que denominaron “Hacia una Teología Mexicana”, seguramente influenciados por los vientos que soplaban entonces de la Teología Latinoamericana, uno de los nombres de la TL antes de que tomara carta la naturalización. (12)

Del 6 al 14 de mayo de 1968, los Provinciales de la Compañía de Jesús de América Latina, se reunieron con el General de la Orden de los jesuitas, el padre Pedro Arrupe, en Río de Janeiro. Esta reunión produce una Carta a los jesuitas de América Latina de “Orientaciones y Compromisos”. Texto que , junto con los documentos producidos por el Concilio Vaticano II y la encíclica Populorum Progressio de Paulo VI, servirían de base a las Conclusiones de la Conferencia de Medellín que se celebrará unos meses después.

Tomando como base esta Carta de Río a los jesuitas, Jorge Alonso (1943) escribe un texto notable, fruto ya de la TL, cuyo título se inspira en la antropología teológica de San Ireneo (137?-202?): “La liberación del hombre es la gloria de Dios”. (13)

La construcción teológica de Alonso podemos decir que parte de dos afirmaciones, una de la Carta de Río que establece el compromiso de “La liberación del hombre de cualquier forma de servidumbre que lo oprima” y otra de Ireneo: “La gloria de Dios es el hombre vivo”. El teólogo aguascalentense –hoy muy importante científico social-, escribe:

“El compromiso con lo humano, con cada uno de los hombres, implica una liberación de todo lo que lo ‘minoriza’: liberarlos, de los que los arrojan a planos infra-humanos, de la alienación del no-ser hombre. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ……………………………………………………………………………..

La gloria de Dios es la manifestación plena del hombre. Esta manifestación es la glorificación de su carne. Los diferentes signos de esta gloria se muestran en su ser histórico. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ………………………………………………………………” (14)

En esta antropología teológica están implícitos los derechos humanos, no sólo individuales sino también sociales; está implícita también la justicia, que posibilita la eficacia de los derechos humanos proclamados.

Notas:

1 “Gustavo Gutiérrez Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades”, en Páginas No. 181, Lima, junio de 2003, p. 7.

2 Segundo Galilea, Teología de la Liberación. Ensayo de síntesis, Indo-American Press Service, Bogotá, 1976, p. 19.

3 Ibidem, p. 13

4 Arnaldo Zenteno, S.J., “Algunos Hechos como Punto de Partida Para una Teología de la Liberación”, en Christus No. 425, México, abril de 1971, p. 15.

5 Ángel Darío Carrero, “Cuarenta años de Teología de la Liberación”, entrevista con Gustavo Gutiérrez, en Jornada Semanal No. 706, México, 14 de septiembre de 2008.

6 Cfr. Darío Carrero, Op. Cit., Iván Illich no puede considerarse un teólogo de la liberación, pero sí un cristiano de pensamiento social muy original y crítico.

7 Julio Saquero, “Tiempos Intensos de búsqueda y compromiso”, en En medio de la tempestad. Los Hermanitos del Evangelio en Argentina (1859-1977), Patricio Rice y Luis Torres (compiladores), Editoras Doble Clic, Montevideo, 2007, p. 220.

8 Este teólogo publicó en 1968 Towards a theology of human liberation, que en español se publicó con el título de Teología de la Esperanza; es realmente el padre intelectual de esta teología.

9 Entrevista del autor con Arturo Paoli, en Lucca, Italia, 3 de noviembre de 2009.

10 La edición es del autor. Las autorizaciones eclesiales para imprimir son de septiembre de 1970.

11 Servir. Revista Mexicana de Teología y Pastoral, es su nombre completo; para entonces estaba en su año VIII de edición. Aparece como Director responsable Francisco Soto C. Se edita en Jalapa, y se imprime en la Ciudad de México.

12 Cfr. Luis G. del Valle, S. J., Primero ser hermanos, luego todo lo demás, Memorias, Primera Parte, Ed. Centro de Reflexión Teológica, Comisión de Derechos Humanos de San Luis Potosí y Fomento Cultural y Educativo, México, 2008, p. 257.

13 Cfr. Jorge Alonso, S.J., “La liberación del hombre es la gloria de Dios (Una Fundamentación Teológica)”, en dos partes, Christus 446 y 447, de enero y febrero de 1973, respectivamente.

14 Alonso, Op. Cit., segunda parte, págs. 16 y 17.


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