Ya quedó claro que, sin necesidad de contradecir a su antecesor, la estrategia de seguridad de la administración de Claudia Sheinbaum Pardo no es la de “abrazos, no balazos”, junto con la estrategia general, este gobierno presentó un Plan de Seguridad para los primeros 100 días que, a decir de diversos especialistas, acierta al apostar al fortalecimiento de la Inteligencia e Investigación para así mejorar la prevención de los delitos .
Omar García Harfuch, secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, al presentar la estrategia señaló: “No se trata sólo de reaccionar ante los delitos, sino también de anticiparse a ellos. Inteligencia y recursos tecnológicos avanzados para analizar datos, identificar patrones y comprender las dinámicas en las zonas con mayor incidencia, es cómo podemos desarrollar estrategias más efectivas para combatir a las organizaciones delictivas”. Sí, muy bien, mejor prevenir que lamentar.
El problema más grave es que, en materia de inseguridad, la prevención a través de inteligencia e investigación no ayudarán a resolver la violencia con que el crimen organizado está atacando a la población y asesinando a defensores de los derechos humanos y periodistas, como el crimen del sacerdote Marcelo Pérez Pérez, ocurrido el domingo pasado, cuando tras terminar de oficiar misa de las 7 de la mañana, en la parroquia del barrio de Cuxtitali de San Cristóbal de las Casas, fue balaceado por un sicario y le disparó, al menos, cinco veces.
En la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) del INEGI, Tapachula y Tuxtla Gutiérrez aparecen entre las ciudades con mayor percepción de inseguridad, con 91.9% y 85.9%, respectivamente. Entre los cinco objetivos que se plantea la estrategia de seguridad a 100 días, busca atender la violencia en Chiapas, a través de cuatro acciones:
Atención a las causas a través de programas de bienestar
Prevención mediante la presencia permanente de las fuerzas de seguridad
Establecer acciones de desarrollo comunitario
Despliegues operativos establecidos con inteligencia
Para lo que se eligieron 12 de los 124 municipios de Chiapas, entre los que sí se incluyó a Tapachula y Tuxtla Gutiérrez, no así San Cristobal de las Casas, donde fue asesinado el sacerdote tzotzil.
De acuerdo al cardenal Felipe Arizmendi, obispo emérito de San Cristóbal de las Casas, la crisis de seguridad en Chiapas se recrudeció desde hace tres o cuatro años, es decir durante el segundo tramo de la administración de López Obrador, y se debe a la invasión de cárteles en territorio chiapaneco, que eligió dejar a un lado el negocio de la droga e incrementar la extorsión a los ciudadanos y la extorsión a los migrantes, porque es un negocio que les deja mucho más dinero que el narcotráfico.
El obispo Felipe Arizmendi ha comentado en diversas entrevistas que las autoridades han permitido que el crimen organizado incremente su “beligerancia” y que los chiapanecos no se encuentran a salvo ante las presiones de los delincuentes. El asesinato del sacerdote tzotzil Marcelo Pérez Pérez, ha sido considerado por diversas organizaciones y el obispo de San Cristóbal de las Casas como un crimen que “busca imponer el silencio y el terror” en Chiapas. En una de sus declaraciones Felipe Arizmendi señaló que defensores de los derechos humanos en la entidad, están amenazados por el crimen organizados, por lo que es inútil acudir a la autoridad, que siempre les exige que denuncien, y si los ciudadanos denuncian saben que sufrirán las consecuencias, ser asesinados como el sacerdote tzotzil; no somos enemigos del gobierno, también dijo Felipe Arizmendi, pero tenemos otros datos, diferentes a los del gobierno.
La sombra del caudillo López Obrador, ha dejado al actual gobierno la costumbre de no dialogar, de considerar a quienes no le dan la razón como adversarios, como enemigos. Omar García Harfuch podrá presentar una brillante estrategia de seguridad, plantear la prevención como una salida (a largo plazo), sin embargo, en el discurso, el oficialismo, encabezado por la doctora Claudia Sheinbaum mantiene la táctica de denostar a las víctimas.
La muestra está en la evasión de revisar los temas, cómo al igual que en el sexenio de López Obrador, la maquinaria de tetratransformistas, eligen atacar a quienes no están de acuerdo con el gobierno federal, mientras Culiacán arde, el gobernador de Sinaloa es exhibido por la FGR y planteado como un cómplice del crimen organizado, ante el asesinato del sacerdote Marcelo Pérez, un violento fin de semana con atentados a servidores públicos y el aumento de crímenes… La conferencia del pueblo es empleada para atacar a la jueza federal que ordenó al gobierno federal bajar del Diario Oficial de la Federación (DOF) el decreto de la reforma judicial. La jueza Nancy Juárez fue exhibida por la mañana y, de inmediato, en redes sociales, los vocingleros del régimen replicaron los ataques, desde el diputado Arturo Ávila hasta el senador Gerardo Fernández Noroña, pasando por miles de lopezobradoristas que se fueron contra la jueza porque es más importante dejar en mal a la jueza antes que reconocer las consecuencias del actuar del crimen organizado.
Lamentable, el discurso oficial de López Obrador, el de hacerse la víctima, un embate constante contra quienes no quieren asumir que somos un pueblo feliz, feliz, mejor que Dinamarca.
Coda. Permiso para ponerme personal. Cuando la ocasión lo amerita, un día sí y el otro también, le hago saber a mi hijo que mi pecho se agiganta ante sus logros, que el orgullo que me provoca demanda más espacio, así me sentí ante las felicitaciones y presentes que recibí con motivo de mi cumpleaños, ustedes lectores y amigos saben quiénes son, gracias, ánimo, salud y democracia multiplicados. Gracias.
@aldan