- México con 107 periodistas muertos en los últimos 10 años, es más peligroso que Irak o Afganistán
- Vulnerabilidad de periodistas cuestiona si vale la pena informar; la gente es indiferente ante las muertes
A 28 años del asesinato del periodista Manuel Buendía Téllezgirón, un grupo de periodistas que se desempeñan en nuestra entidad, marcharon en memoria de este maestro del periodismo, así como en la de los miles de informadores que han caído en el cumplimiento de sus labores.
Esta marcha dio inicio en las afueras del Congreso local, misma en la que se elevó una pancarta que decía: “En memoria de los periodistas y activistas mexicanos caídos y desaparecidos ¡ya no más!”. Asimismo, un par de niñas cargaron un moño negro de gran tamaño en señal de luto por todos los profesionales de la información que han caído a lo largo de los años; la caminata se detuvo en el kiosco del Jardín de San Marcos, lugar en el que se colgaron las consignas y el moño negro.
Ya en este lugar, Antonio Cantú Puente, quien en su momento fue colaborador directo de Manuel Buendía, tomó la palabra para enviar un mensaje con motivo de la conmemoración del 28 aniversario de la muerte del periodista, resaltando las cualidades y entrega de este gran maestro de la información, quien murió tal y como él lo deseó, informando de forma imparcial, fuerte, sin temores, con plena conciencia de lo que podría conllevar la forma en que realizaba su trabajo, “lo que él sostuvo fue que no le importaba lo que estuviera de por medio, él decía que iba a seguir y no iba a parar le costara lo que le costara… pero lamentablemente las cosas han empeorado en México”, ya que los medios especializados a nivel internacional califican a México aún más peligroso para el desarrollo de esta profesión que Irak o Afganistán.
En los últimos diez años han muerto 107 periodistas, número que supera a los que han caído en la guerra de Irak y Afganistán, incluso es una cifra que supera a las que se han desatado últimamente en Líbano y Siria, por lo que se realizó el exhorto a que nos demos cuenta de los niveles de peligrosidad que representa: “esto nos hace preguntarnos si vale la pena informar, cuando la gente es tan indiferente hacia las muertes”, pero se coincidió en que la respuesta debe de ser sí, dado el valor de nuestra nación y el compromiso con que cuentan los periodistas a nivel nacional, a pesar de lo adverso que resulta el ejercicio de esta profesión.