Hace 15 años, Rocío Hernández Olivares, madre de un joven con síndrome de Down, enfrentaba una realidad desoladora: en Aguascalientes no existía un espacio adecuado para la rehabilitación de personas con esta condición. Fue esta necesidad la que la motivó a fundar la asociación Niños por siempre, un lugar que hoy atiende a 45 familias y ofrece desde rehabilitación hasta escolarización para personas con síndrome de Down, sin importar su edad.
Rocío, quien preside la asociación, relató que su hijo, ahora de 21 años, fue la principal inspiración para iniciar este proyecto: “No teníamos en donde poder hacer este trabajo con ellos”, explica sobre las dificultades que enfrentaban muchas familias como la suya.
Con el tiempo, Niños por siempre evolucionó. Inicialmente se centraba en la rehabilitación de los pequeños, la asociación ahora se enfoca también en la educación y preparación para la vida adulta de personas con síndrome de Down. Rocío señaló que llevan ya tres años impulsando el área de aprendizaje: “No hay una oportunidad para ellos de la escolarización en muchos casos”, afirma. Así, desde los seis meses de vida hasta los 50 años, quienes forman parte de la asociación tienen acceso a actividades, cursos y talleres formativos que les brindan las herramientas necesarias para integrarse al campo laboral, social y escolar.
El camino no ha sido fácil. Rocío reconoce que el tabú del rechazo sigue presente en las escuelas. Aunque algunos aceptan a estudiantes con síndrome de Down, la integración real sigue siendo un reto: “Sí los aceptan, pero no hay esa integración”, señala con franqueza.
A lo largo de estos 15 años, Rocío ha presenciado avances significativos. Desde los primeros pasos de los niños hasta aprender a leer y escribir, para ella cada logro es motivo de celebración: “Son pasos gigantes”, comenta emocionada al hablar del progreso que han logrado los niños y adultos que acuden a la asociación.
Actualmente, Niños por siempre se ubica en la colonia Los Sauces. Al llegar, las familias son valoradas para determinar en cuál de los tres programas disponibles pueden integrarse. Desde preescolar y educación básica hasta un taller de repostería laboral que están por iniciar, la asociación busca brindar un espacio donde cada persona encuentre su lugar y desarrolle sus habilidades.
El equipo de profesionales que colabora en Niños por siempre trabaja incansablemente para dar seguimiento a cada terapia y curso. Rocío subraya que la asociación es inclusiva en todos los sentidos, pues los costos son accesibles y ajustados según las condiciones socioeconómicas de cada familia, pues “hay familias que no pagan nada y hay familias que tienen una cuota”, explica.
Finalmente, Rocío comparte que se siente muy feliz y plena del trabajo que han realizado en todos estos años, pues es muy grato ver los progresos, así como verlos caminar y hablar. Para Rocío, cada avance es una prueba de que, con el apoyo adecuado, las personas con síndrome de Down pueden integrarse plenamente a la sociedad y vivir una vida plena.