- El contexto. El lunes de esta semana que culmina, estábamos ya en víspera de que ocurriera la votación del Senado, cargada de malos presagios contra el Poder Judicial, -prevalente todavía a nivel Constitucional del Estado Mexicano-, pero que persistentemente era impugnada por todo el personal vivo e integrante de dicho poder y ciudadanos conscientes de esta peligrosa deriva. La implacable cargada del oficialismo para imponer su espuria ‘mayoría constitucional’, apostaba todavía a su incompleto fatídico número de 86 senadores, para ejecutarla.
Tan delgada era la línea roja divisoria entre la permanencia del régimen tripartito republicano del poder político del Estado Mexicano y la irrupción de un poder Ejecutivo hiperinflado, centralista y autoritario que, al no percibirse viable su transposición por la vía legítima de la deliberación parlamentaria auténticamente libre, autónoma y soberana, se transgredió su delicado punto límite, desde un poder Ejecutivo ensoberbecido y desquiciado por su venganza, recurriendo a la mediación extrema de la amenaza y extorsión implacable a senadores específicos, haciendo recurso a los instrumentos de un ajusticiamiento vicario y lascivamente opresor.
Cancelado el imperativo axiológico de una deliberación parlamentaria libre y soberana, se exhibió el vulgar poder de la mafia, haciendo: “una proposición que no se puede negar”. De manera que se exaltó en la bancada disfrazada de mayoritaria, la personificación de representantes -no del pueblo- sino unos con patentes de corzo, para aplastar a “los adversarios”. La dignidad del supremo parlamento constitucional, degradada en vil piratería de poder decisorio.
Triunfo en el cual no hay gloria, pero sí el envilecimiento extremo de las instituciones públicas. Intervención que, con toda razón, suscita una clásica pregunta: Unde hoc malum? – ¿De dónde viene tanto mal?
Previamente, a la fatídica ocurrencia de los eventos reseñados, junto con un gran contingente de ciudadanas y ciudadanos abiertamente defensores de la vía plenamente democrática que aún no se transgredía, respiré junto con todo ese vigoroso colectivo un hálito de esperanza, en que aún era tiempo de poner freno a tan lesiva deriva. No fue así. Los senadores revestidos de corsarios revirtieron el fatídico número de 43 votos opositores, para reducirlo a 41 opciones nugatorias, y así cantar su “triunfante” 86 votos a favor; de lo que la Ministra Norma Piña Presidenta de la SCJN calificó de: “La demolición del poder judicial no es la vía” (Fuente: El País. Beatriz Guillén.https://shorturl.at/KtFHw).
- Aquel ‘respiro de un hálito de esperanza’, a pesar de todo (malgré tout! De nuestro aguascalentense, Jesús Fructuoso Contreras)) aún persiste. Borró mi desazón. Puesto que, sobrevive la voluntad ciudadana irresistible de trascender esta ominosa destrucción. Aspiración de futuro que nos aporta el oxígeno vital para transformar esta lacerante acometida. La que, ofrezco modular a partir de una voz profética imperecedera. Atendamos su discurso.
Existen pocas narrativas -a nivel universal- que aluden a la esperanza, con tan refinado simbolismo y tono más dramático, que ésta del llamado primer cántico del Siervo de Yahvé.
Isaías II, 42. V.1 Mirad a mi siervo, a quien sostengo; mi elegido, a quien prefiero; (…) 3. La caña cascada no la quebrará, el pabilo vacilante no lo apagará. (Fuente: Versión Nueva Biblia Española, Trad. Luis Alonso Schökel y Juan Mateos. Madrid 1975).
- 4. Promoverá fielmente el derecho, no vacilará ni se quebrará, hasta implantar el derecho en la tierra y sus leyes que esperan las islas.
Dramatismo que, en la versión escriturista de la Biblia de Jerusalén, Desclée de Brouwer, Bilbao. 1975. Declara: Is. II, 42. V 3. Caña quebrada no partirá, y mecha mortecina no apagará. V. 4. No desmayará ni se quebrará hasta implantar en la tierra el derecho, y su instrucción atenderán las islas.
Esa suma delicadeza, ‘del Siervo’, no extinguirá ni siquiera el fragilísimo y a punto de expirar signo vital de quien está exhausto a causa de su crucial combate. México sí está siendo empujado a la defenestración de su naturaleza republicana democrática. Por más que las melosas y resbalosas palabras de negación del bloque oficialista les hagan salivar su lasciva libido de dominación. Esta indecente muda de ropaje no engaña, ni esconde la verdadera identidad de su querencia, someter bajo su control indiscriminado a un pueblo mexicano todavía azorado e incrédulo; y, hay que decirlo, una oposición enérgica que se manifiesta en las calles; no olvidemos… esa multitud que ya apareció en la Historia, George Rude dixit.
Aliento profético que nos brinda la tonalidad más pura que haga posible interpretar el sentido y alcances, aún no expresada por sí solo, desde el crudo acto de poder político. Es aquí que se hace necesario el recurso a la esfera simbólica de la cultura; es decir, a su trans-significación. Toda vez que se ha quitado la máscara el poder político se rompe y rasga, en el tiempo y circunstancia específicos de los eventos ahora testimoniados. Por todo ello, ha hecho falta trasladarnos al poder de los símbolos; en sentido estricto, a la cultura política y las culturas subalternas tal como aparecen fenomenológicamente, aquí situadas en su historia. En gran sumatoria, la imagen profética del Siervo de Yahvé es un anuncio irrevocable de esperanza.
III. Para una sociología de los actores sociales. La Reforma Constitucional del Poder Judicial Federal implicará el cese inmediato de mil 665 ministros, magistrados y judicaturas; la primera elección de todos estos cargos judiciales se realizaría en junio de 2025. Aparte de cortar de tajo el servicio de carrera judicial para cerca de 55,000 miembros del Poder Judicial de la Federación, que gozan hoy de derechos laborales activos; para ser relevados por decreto. Con ellos se han solidarizado centenas de estudiantes de Derecho de múltiples Universidades, Públicas y Privadas, más un conglomerado de sociedades del Sector Empresarial, amén de un colectivo de la Sociedad Civil que aún estaría por determinar su verdadera magnitud.
Con ese bloque opositor actuante, están siendo enunciados personajes relevantes de la escena pública, en defensa de la institución republicana y constitucional bajo asedio:
- INE. Los consejeros Martín Faz, Jaime Rivera y Claudia Zavala votaron en contra del acuerdo de Sobrerrepresentación de Morena en el Congreso.
- TEPJF.- Los magistrados Janine Otálora y Reyes Rodríguez Mondragón votaron en contra de la Sobrerrepresentación y, además, de la Mayoría Constitucional de Morena en el Congreso.
- 8 ministros de la SCJN. En contra de la Reforma: – La ministra presidenta Norma Piña, y ministros Luis María Aguilar Morales, Jorge Mario Pardo Rebolledo, Ana Margarita Ríos Farjat, Juan Luis González Alcántara Carrrancá, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, Alberto Pérez Dayán, y Javier Laynez Potisek. A favor de la Reforma del Poder Judicial: Yasmín Esquivel, Loretta Ortiz y Lenia Batres.
- La constitucionalista Ana Laura Magaloni Kerpel, profesora investigadora de la División de Estudios Jurídicos, CIDE y pertenece al Sistema Nacional de Investigadores nivel 2. Doctora en Derecho por la Universidad Autónoma de Madrid y licenciada en Derecho por el ITAM. Colaboradora en la Mesa Política de los lunes, en el programa Es la Hora de Opinar, conducido por Leo Zuckermann. Ha expresado su opinión de que, respecto de la Reforma del Poder Judicial, más allá de la pretensión inadmisible de que Morena pueda cambiar “la plataforma política”, es decir, las reglas del juego político del Estado Mexicano, la pregunta de fondo es más sustantiva = es axiológica. Y que ya investida con la “mayoría constitucional” está convertida en hegemonía. A partir de ese límite se cambian las reglas. Lo que no se ha dicho en los debates y evidentemente lo calla Morena, sí hay un límite constitucional de 300 diputados por fracción; es el tope constitucional. Pero, no se ha citado.
Este tipo de actores políticos aunados al largo etcétera de técnicos, científicos, expertos, ministros, magistrados y jueces en retiro, abogados litigantes prestigiosos, clubes y colegios de juristas y académicos, están aportando criterios fundados para no inducir una reforma como la ya votada e impuesta por el oficialismo espuriamente mayoritero. No quedando, ahora, más que la vía contenciosa jurídica para neutralizarla. No se ha cantado el punto de llegada, apenas queda anunciado el verdadero punto de salida. El asunto queda abierto. [email protected]