Medidas presidenciales no abonaron a generar un contexto más seguro. Militarización de la seguridad pública no es la solución
El investigador del CONAHCYT en Aguascalientes, Edgar Guerra Blanco, compartió su evaluación de lo que fue la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador; respecto al rubro de Seguridad Pública -su especialidad-, señaló- que “dejo mucho que desear”, por ello será uno de los grandes pendientes que heredará a su predecesora en la silla presidencial.
A consideración del sociólogo, las medidas que fueron tomadas desde la presidencia de la República no abonaron a generar un contexto más seguro para la población del país, como debería prevalecer en un Estado de Derecho.
“Tan solo el hecho que la Guardia Nacional esté a punto de integrarse al Ejército, al poder militar, habla de una estrategia de militarización de la seguridad pública, en todo caso pudiéramos decir, vamos a evaluarla, pero por los números, tampoco funcionó”, expresó el especialista en la temática de Seguridad Pública.
Explicó que aunque las cifras podrían reflejar una reducción en la incidencia de homicidios dolosos, el país prevalece en una situación crítica en materia de seguridad.
En el último informe del Ejecutivo Federal de este domingo, López Obrador señaló una reducción en la tasa de homicidios diarios del 18%, al pasar de 101 a 83 registros, desde el inicio de su sexenio en 2018, a pesar de que en esta administración se ha superado los 180 mil asesinatos. Los datos anteriores reflejan, a decir del investigador, un estancamiento respecto a la situación de seguridad.
Destacó como interesante el que haya una correspondencia en términos de la percepción que tienen la ciudadanía sobre la inseguridad, pues en la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) 2023, también hay una reducción en cuanto a si la ciudadanía se siente segura o insegura, “en términos generales, insisto, esto no significa que en realidad estemos en una situación muchísimo mejor de como empezó el sexenio, seguimos en una situación totalmente crítica”, subrayó.
Para el sociólogo, es además necesario analizar la relación entre las cifras de reducción de asesinatos y el incremento de personas desaparecidas en el país, ya que se presenta a suspicacias.
“Bueno, el tema del aumento de los desaparecidos es que, finalmente, el reflejo de estos números que decían ¿no? que al final del día pareciera ser que hay un descenso en los números de desaparecidos, muchos analistas han sido muy escépticos al respecto, y se han preguntado si en realidad el descenso en el número de homicidios no significa también un ascenso en el número de personas desaparecidas y que eventualmente se esté ahí haciendo de manera intencional o no intencional pero que eventualmente haya por ahí alguna confusión en la manera en la que se están registrando estos datos”, expresó Guerra Blanco.