La reciente declaración del líder moral de la 4T, dada en Veracruz, al señalar que “Sheinbaum será la mejor presidenta del mundo” dejó de lado a aquellos que fueron, quisieron o intentaron ser presidentes de México, incluyendo al propio presidente de México; a la solitaria excandidata Xóchitl Gálvez, y de paso al icónico Luis Donaldo Colosio Murrieta.
Sin duda la declaración del presidente, causó revuelo en el gremio político, no resultando nada grato escuchar al mandatario federal aseverar un hecho no ocurrido, es decir, cómo saber que la presidenta electa será la mejor del mundo si no ha iniciado su gestión o lo que es peor, faltan seis años para estar en condiciones de evaluar la totalidad de su mandato, la duda es, ¿quién la evaluará? ¿serán los adultos mayores? ¿los ninis -jóvenes construyendo el futuro-?.
Les diré que México es el único país, en el que todo, sí, todo puede pasar, desde la existencia del chupacabras, hasta vanagloriar el matrimonio de unos pseudo cantantes o analizar un programa televisivo llamado “La casa de los famosos” con características propias de distractores políticos o cortinas de humo, ¡ya en serio! ¿A quién se le ocurre crear esta basura de programas de televisión?. El punto es, no nos extrañe ver un analistas empírico en materia política -de esos abundan por montones- encargado de evaluar el desempeño de la próxima presidenta.
En el caso de Colosio, que lamentablemente quedó fuera del “top one” del presidente, era como cualquier otro político; formaba parte de un partido; ocupó cargos públicos en la administración pública federal; fue candidato presidencial; daba discursos acartonados y conmovedores a los militantes y no militantes del ahora agónico PRI, la única diferencia al resto de los políticos el nombre.
Evaluar anticipadamente la gestión de un presidente sin serlo o que aún no asume el poder, es sinónimo de avaricia política, dicho de otra manera, no se puede afirmar objetivamente un hecho no realizado y menos en temas politiqueros, pues según los políticos de colmillo largo y retorcido en política no hay casualidades.
Solo hay dos opciones para evaluar el desempeño del político mexicano, la primera, conociendo, analizando y cuestionando sus propuestas de campaña; la segunda, ya ocupando los cargos públicos, exigir transparencia y rendición de cuentas, de lo contrario la opacidad será el mejor aliado de la corrupción, y no nada más de México, también de otros países, ¿o ya conocemos las actas electorales de la elección en Venezuela?.
La labor de los próximos gobernantes es vista con optimismo, sin importar los colores, claro, siempre hay dos que tres distraídos que se dicen ser expertos en política internacional, monetaria, deportiva, etc., capaces de evaluar cualquier gobierno, claro no me refiero a esos analistas natos, con habilidades especiales, que aseguran que el evento inaugural de la justa olímpica de París 2024, fue anticonstitucional por violarse su derecho al catolicismo. ¡Carajo! ¿De dónde salen esas mentes brillantes?.
Bueno ya, terminemos con esto, ocupar una Presidencia de la República, una Gubernatura de un Estado o una Presidencia Municipal, tratando de ser los mejores del mundo, no es fácil, pero no imposible, todo dependerá de la voluntad política, las acciones realizadas y los resultados obtenidos, de lo contrario, quedarán excluidos de cualquier romance político o bien, pueden ser recompensados como embajadores(as) de México en otros países.