Por el libro de Anabel Hernández sobre el caso Ayotzinapa, el presidente Andrés Manuel López Obrador sugirió, aunque no dentro de su sexenio, que su informante dé pistas de dónde están los normalistas desaparecidos.
“Sería muy bueno, yo no lo voy a recomendar mientras estemos nosotros para que no vaya a decir la señora Anabel que la estamos persiguiendo, pero sería muy bueno citarla, ni siquiera citarla jurídicamente o judicialmente, formalmente, sino pedirle, porque su informante puede ayudar mucho a saber sobre esta situación, y sobre todo a encontrar, a saber, el paradero de los jóvenes, porque no es cualquier cosa”.
Esto luego de reiterar que la versión de que la desaparición y represión a los jóvenes en septiembre de 2014 pudieron sólo llevarla a cabo autoridades federales y militares y no las locales incluida la policía municipal, viene del libro de Hernández.
“Para sostener esa afirmación se necesitaba tener pruebas, y ellos las únicas pruebas que tenían fue lo que testificó la señora Anabel, que está en su libro y está también en ese juicio. Ella dice, por ejemplo, que había en Iguala en ese entonces un capo, un jefe del narcotráfico muy poderoso, que ni siquiera ha sido interrogado, ni señalado, ni mucho menos enjuiciado”.
Agregó que “según su informante de la señora Anabel, ese jefe de jefes era el que enviaba droga desde Iguala a Estados Unidos en camiones; que tenían una separación especial, como un doble piso”.
Sobre el juez de barandilla José Ulises Bernabé García, afirmó que existe un informe de Estados Unidos, pero consultará si se puede hacer público.
Pero adelantó que sus abogados eran estadounidenses, “no participó la fiscalía, ni siquiera le informaron. Todo el trámite se hizo allá en Estados Unidos, en el Departamento de Justicia, y allá se otorgó el asilo. Y se le entregó el asilo con una consideración, con una sentencia muy difícil de sostener, porque se requieren de muchas pruebas”.