Prisca Awiti es una judoca mexicana que ha dejado una huella imborrable en el deporte nacional. Nacida en Londres, Inglaterra, de padre keniano y de madre mexicana, originaria de León, Guanajuato; le inculcó en ella el amor por nuestras tradiciones desde temprana edad. Esta fusión de culturas ha sido fundamental en la formación de Prisca como persona y como atleta que ha representado a México en diversas competencias internacionales destacando por su técnica y fuerza en el tatami.
¿Cómo empezó en el judo?
Prisca Guadalupe Awiti Alcaraz, tiene una historia de superación que comienza con una simple discusión de hermanos. A los ocho años, mientras disfrutaba de la gimnasia, una disputa con su hermano, quien practicaba judo, la llevó a retarlo a demostrar cuál de los dos deportes era más difícil. Aquella apuesta infantil se convirtió en un punto de inflexión en la vida de Prisca. Con la determinación propia de su edad, decidió probar el judo y, para su sorpresa, se enamoró de este deporte, sin embargo, el destino tenía otros planes para la joven atleta. Tras realizar unas pruebas físicas, los entrenadores de gimnasia le comunicaron que, debido a su altura, tendría dificultades para competir al más alto nivel a partir de los 12 años. Fue un golpe duro, pero el judo, que era su deporte secundario, se convirtió en su preferencia.
Su decisión de representar a México
La decisión de representar a México fue una elección natural para Prisca. Los valores y la pasión que encontró en el judo mexicano resonaron profundamente con ella. Además, sentía una gran responsabilidad de honrar las raíces de su madre y de contribuir al desarrollo del judo en nuestro país: “Elegí México porque aquí encontré alegría. Aquí luchan con su corazón y lo hacen por su país. No es por dinero, sino porque quieren ver el país mejorar”, fueron sus palabras.
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En los Juegos Olímpicos de París 2024 la judoca mexicana logró algo inimaginable, algo que no estaba previsto: se coronó como la primera mexicana en ganar una medalla en este deporte en la historia de los Juegos, sin dejar de lado que es la medalla número 75 para México en su historia en los Juegos Olímpicos.
Sin duda alguna, una medalla de plata con sabor a gloria en la categoría -63 kg, en la que contaba con grandes rivales, como la principal favorita a la corona olímpica, la local Clarisse Agbenegnou, quien llegaba a estos Juegos como campeona en Tokio 2020; o su rival en la final, la eslovena Andreja Leski, subcampeona del mundo en 2023 y 2021.
En la final, la mexicana se había puesto en ventaja con un Waza-Ari a falta de más de tres minutos para el final, pero la eslovena respondió con un Ippon por inmovilización para consagrarse como campeona olímpica con un triunfo por 10-1.
Escuchar el nombre de Awiti Alcaraz es sinónimo de historia ya que consiguió el mejor resultado de México en un Mundial de judo en 2023 (quinto lugar) y fue la única representante mexicana en judo en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.
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