La importancia del debate | La Columna J por Roberto Ahumada - LJA Aguascalientes
15/11/2024

“Podré no estar de acuerdo con lo que piensas, pero daría mi vida por defenderlo”: Voltaire.

Estimado lector de LJA.MX, con el gusto de saludarle como cada semana, quiero aprovechar esta ocasión para abordar un tema que es fundamental y de vital importancia, el pensamiento crítico sin duda alguna se ha difuminado y desconsiderado. Todo apunta a que las nuevas generaciones tienden a creer todo lo que es publicado en redes sociales, aunado al procesamiento de información de la inteligencia artificial, ambos reducen el alcance del pensamiento y la duda filosófica.

El debate es pensamiento crítico, y es que sin duda alguna en las escuelas tradicionales es un tema que no se promueve y no se fomenta, es por ello que cuando alguien en nuestro país intercambia ideas sobre política, religión, economía, comúnmente el desenlace de ese intercambio es incordio y estridente.

Cuando se piensa que se tiene la razón, la mente cierra sus posibilidades, y niega la posibilidad de aprender algo nuevo, no obstante, cuando se tiene la apertura para entender el alcance de la propia idea, entonces existe una loable posibilidad para abordar bajo otro clisé la temática expuesta.

Citaba Voltaire sobre la trascendencia de la tolerancia: “podré no estar de acuerdo con lo que piensas, pero daría mi vida por defenderlo”.

El debate está ligado de manera implícita con el pensamiento crítico, es decir, en el momento en el que una persona formula un planteamiento representado por una tesis, por un tipo de pensamiento con una dirección, entonces bajo el clisé de la dialéctica se presenta una antítesis, la cual bajo un desarrollo retórico promueve de un modo natural y dinámico la generación de una síntesis. 

Los griegos se sorprendían con el hecho de que por todas partes se encuentra el cambio, el movimiento. Tal y como refería el filósofo oscuro de Éfeso, Heráclito, a quien se le conoce como el padre de la dialéctica, ya que establece el movimiento y el cambio por posturas en contra sentido. 

Uno de los puntos polémicos sobre esta temática tiene que ver con que en la escuela tradicional no se enseña ni se fomentan este tipo de ejercicios, por el contrario, debatir parecería ser un tema de controversia y de animadversión, si alguien piensa distinto a mí, entonces es mi enemigo, pero tal y como mencionaba Mark Twain: “Cuando todos piensan igual, es porque nadie está pensando”.

La dialéctica fue desarrollada por un filósofo idealista, Hegel, quien supo comprender el cambio operado en las ciencias. Volviendo a la vieja idea de Heráclito, comprobó, ayudado por los progresos científicos, que en el universo todo es movimiento y cambio, en tanto que para este proceso denominado debate, no deberían de existir absolutos y momentos definitivos, esto conlleva a la percepción que existe un pasado y un porvenir en las posturas y en la información.


Un espacio en donde se generan cierto tipo de polémicas en torno a los temas en boga, son las redes sociales, no obstante, es evidente que únicamente es un modo de opinión limitado y obtuso, el cual magnifica el argumento ad hominem, y da una clara denotación del sesgo de juicios a priori, los cuales lejos de ser espacios para debatir, se vuelven en espacios de catarsis de proyección psicológica, los cuales promueven la disrupción de la objetividad de la información y la consecuencia positiva de un intercambio de opiniones.  

Otra dimensión en la que el debate es casi una vergüenza es en el ámbito político de nuestro país, las personas que representan a los ciudadanos, llámeseles legisladores, quienes poseen un principio de deliberación y exponen de manera desarticulada. Es lamentable que el argumento e intercambio de ideas se convierta en verborrea populista que alude a la pertinencia mediática. En tanto que la tolerancia se difumina, se pierde, se diluye en una dinámica obtusa y obcecada.

Aprender a debatir es crucial porque desarrolla el pensamiento crítico, mejora la comunicación y fomenta la empatía al entender y considerar puntos de vista opuestos. Además, incrementa la confianza en uno mismo, potencia la capacidad de persuasión y enseña a resolver conflictos de manera constructiva. La práctica del debate también amplía el conocimiento y la comprensión del mundo, lo que resulta especialmente valioso para funcionarios de gobierno al permitirles articular políticas efectivas, negociar con otras partes y representar adecuadamente los intereses de sus electores.

Estimado lector, hoy más que nunca es sumamente necesario tener al debate como un ejercicio loable que engrandece la oportunidad de analizar otras posturas por medio de la dialéctica.

“Si pienso que ya sé, entonces no hay oportunidad de aprender, si pienso que no sé, entonces hay oportunidad de poder aprender”. 

In silentio mei verbal, la palabra es poder. 


Show Full Content
Previous Datos económicos de México Cómo Vamos | El Apunte por Eugenio Herrera Nuño
Next Arte, universidad y Objetivos de Desarrollo Sostenible en Aguascalientes por Jaime Lara Arzate
Close

NEXT STORY

Close

Datos duros, por Martín Barberena Cruz

03/06/2015
Close