- Reynoso, fiesta en sus propios terrenos
- El príncipe Cepeda en Aguascalientes
- El proceso de la campaña priísta
Ni César Nava, ni Luis Armando Reynoso Femat, aceptan la ruptura, pera las omisiones y los mensajes entre líneas algo dejan ver. Por un lado se reúne Nava con Martín Orozco y su grupo en los terrenos de la Feria Nacional de San Marcos, reunión a la que también estaba invitado el gobernador de Guanajuato, Juan Manuel Oliva, pero debido al fallecimiento de un amigo cercano, tuvo que declinar. Pero al que de plano no consideraron fue al gobernador Reynoso, quien aceptó no haber sido requerido en la comilona celebrada en un restaurante el perímetro ferial, pero les envió buenos deseos, “que se diviertan”.
Manifestó no estar acongojado por ser relegado y desairado por la dirigencia de su partido a quien dijo haber invitado a la feria, ya que la tarde de ayer se la pasó con “invitados distinguidos”, entre ellos el matador de toros José Tomás, el cantautor español, Joaquín Sabina y el controvertido obispo de Ecatepec, Onésimo Cepeda.
Quien a decir de una nota publicada en el semanario Proceso, el lunes será objeto de una nueva investigación en la PGR a manos de la familia Azcárraga, quienes no se explican de dónde sacó 130 millones de dólares para prestarle a la fallecida Olga. El obispo Cepeda, en entrevista dijo no leer Proceso por salud mental, además se hizo el desentendido de la información que circuló en la citada revista, donde se hace referencia que presuntamente lavó dinero del narcotráfico.
Acusación que negó rotundamente, señaló jamás haber lavado “un solo centavo”, que no conoce a ningún narco “por lo menos conocido, si conozco a unos que se las truenan”, señaló que ya quisiera su dinero, claro, para hacer buenas obras, agregó. Suponemos que los 130 millones de dólares en efectivo que prestó a una miembro de la familia Azcárraga, los usó para “hacer mucho bien”. Se dijo tan seguro, que manifestó que los que lo acusan “están escupiendo al cielo y les va a caer en la cara”, “en mi tierra dicen, el que obra mal se le pudre todo… el que obra bien, no le tengo miedo a nada”.
Los que ya andan preparando todo para la inclusión de votantes son los priístas, entre las estrategias que comenzarán está la de una “gran consulta ciudadana”, la cual tiene como objetivo recabar todas las inquietudes de la sociedad civil.
Esta campaña va a estar dividida en cuatro etapas: escuchar, responder, trabajar y comprometerse. En la primera quieren juntar al mayor número de personas para que les diga por dónde "hay que darle" en campaña, es decir, que a través de “charlas de café” y reuniones vecinales la gente les diga su mayor preocupación.
Después, en la fase de responder, estarán recabando todas las expresiones en una gran base de datos para que en la tercer etapa que es la de trabajar, un grupo de expertos sobre la materia pondere y dé soluciones posibles a cada una de las problemáticas.
Y, finalmente, en el compromiso, lo que ya está de moda, la firma ante notario de las propuestas que los candidatos podrán realizar en caso de quedar como representantes del gobierno por el que compiten.
La apuesta pareciera sensata, sólo falta conocer cuánta representatividad pudiera tener, debido a la poca motivación que pudiera tener la gente para asistir a este tipo de foros proselitistas.
Ayer, quedamos de dar continuidad a la información que llegó en torno a un análisis de la campaña priísta hecha por gente del CEN de ese partido. Por los hechos ocurridos ayer mismo en la Plaza de Toros, el espacio para esta columna se redujo. Esperaremos a mañana para mostrar la opinión de miembros importantes del PRI, sobre la campaña de Carlos Lozano de la Torre.