- A Cuadra le dicen que “antes no”, y ahora tampoco
- Legislando en el confesionario
- Aclaran desde cabildo
Los boletines que están enviando desde la oficina de prensa del Diputado Raúl Cuadra son para Ripley. Insultan al menor de los intelectos.
Que ayer inició su primer (y última, porque nos va a dejar colgados) consulta ciudadana en Asientos. Y lo que le dijeron ahí, y que su propio boletín consigna, contradice la campaña con la que Luis Armando Reynoso Femat (su jefe, amigo, o padrino, diría Lorena Martínez) presume los logros a 5 años de su gestión.
Que los centros de salud no tienen “ni los médicos ni los medicamentos” que “a veces” (porque hay que dejar en claro que no siempre requiere uno de médicos o medicinas) se requieren, le dijeron a Cuadra en Asientos. Y se lo repitieron, afirman, habitantes de El Polvo, Ciénega Grande, Villa Juárez, Las Fraguas, Francisco Villa, y la colonia Emancipación. Es decir: unanimidad en las deficiencias de la salud que brinda el gobierno.
Cuadra contestó que en el gobierno federal ya “se han iniciado” (después de 9 años del PAN en Los Pinos) “programas de mejora al servicio de salud”. Pero para que ni se emocionen, les advirtió que “mientras esos cambios se ven reflejados” (o sea, que quizás no les toque verlos reflejados nunca), él va a “gestionar recursos” para que en Asientos haya centros de salud dignos. O sea que la consulta, en esta ocasión, le sirvió para entender que tiene que “gestionar recursos”. ¿No sabía Cuadra que esa era una de sus mínimas obligaciones, como diputado federal?
Mientras tanto, nuestros “otros” legisladores (los locales) ya están proyectando que Aguascalientes sea el estado 18 en cambiar sus leyes para proteger “el derecho a la vida desde su concepción”. Al mismo tiempo, muchas de las mujeres aguascalentenses, sobre todo jóvenes, están buscando opciones seguras para practicarse abortos, en concreto, en el Distrito Federal.
Pretender que por decreto se terminen los problemas de educación sexual que hay en nuestra sociedad es, por decir lo menos, retrógrada. El discurso moral de protección a la vida es rebasado una vez sí y otra también por la realidad. Mientras más se endurezcan las penas, menos claridad se tiene sobre la real dimensión de los problemas. Es decir, entre más dura sea la pena, mayor será el mercado negro de practicantes de abortos.
Y esto trae un efecto dominó: el mercado negro es más caro, por lo tanto, quien más dinero tiene, tendrá opciones más salubres para practicarse los abortos, mientras que, como siempre, las mujeres más pobres, son las que están en un mayor riesgo porque a menor paga, es peor el servicio, en otras palabras, los pobres, como siempre, son los que ponen los muertos.
Los priístas, recién convertidos como por arte de magia a “social-demócratas”, es decir, ahora son “neoprogesistas” prefieren no pronunciarse sobre el tema, bajo el argumento poco creíble que por un acuerdo de bancada permanecerán en silencio hasta que la discusión tome relevancia (para ellos, porque para cientos de mujeres embarazadas el problema es más que coyuntural).
Los panistas, pensando que lo políticamente correcto es defender con garrote el derecho a la vida, se olvidan o prefieren no pensar, en que cientos de mujeres buscan lugares clandestinos para practicarse interrupciones de embarazo, con todos los riesgos que eso tiene. Seguramente ni saben que cuatro de cada diez mujeres pobres que abortan tienen secuelas negativas físicas y sicológicas. Nuestros legisladores hacen las leyes, como siempre, sin pensar en los que menos derechos tienen.
Más allá de las cuestiones morales, incluso más allá de los discursos feministas, están las realidades que podrían las estadísticas. Es necesario saber con exactitud el número de parejas o mujeres solas que deciden no tener a los productos para saber qué políticas públicas se deben implementar para tratar de evitar que esto suceda. Resulta estúpido pensar que hay mujeres que abortan porque quieren abortar. La mayoría de las mujeres abortan porque no les queda otro remedio, por temor a ser estigmatizadas o por temor al rechazo o a la muerte social.
Lamentable pues, que las políticas públicas sigan supeditadas a cálculos políticos, electorales, para ser más precisos. Y recalcamos: mientras el pensamiento de las elites siga respaldándose en simplísimos cálculos de oferta y demanda electoral, nuestra sociedad seguirá sufriendo por falta de educación, de leyes adecuadas y de derechos, como en este caso, en materia de salud.
Para rematar el tema, una pregunta: ¿Cuántas mujeres van a la cárcel, año con año, por abortar? ¿Cuántas van a los cementerios? ¿Cuáles son mayoría?
Jorge Rodríguez Nieves, uno de los mejores jefes de prensa en Aguascalientes (trabaja para el cabildo de la capital), solicita a La Purísima una aclaración, en relación a los bustos que construirá el ayuntamiento de la capital:
“Aprovecho para comentarte que la propuesta del regidor Hornedo no es un capricho familiar o un gusto que el Cabildo le quiso hacer. El parentesco del regidor con el homenajeado con un busto en el Jardín del Estudiante es en tercer grado y de hace tres generaciones, por lo cual es un tanto relativo. Lo cierto es que tanto Vicenta Trujillo como Gómez Hornedo aportaron de sobremanera a la educación moderna en Aguascalientes y ellos, como quizá muchos otros, merecen ser reconocidos de esta manera”. Servido.
P.D. El boletín de Raúl Cuadra no menciona si los pobladores de Asientos explotaron en júbilo cuando les comentó que había aprobado aumentar los impuestos (IVA, ISR, IETU, IDE). Seguramente porque no se los comentó, o porque las opiniones al respecto no fueron “políticamente” correctas. Del otro lado de la cancha, Hernández Vallín y Margarita Gallegos Soto utilizan la técnica del avestruz, mientras Arámbula, “Lula” y Nancy, el cuento de la responsabilidad patriotera. ¡Qué bonita familia!. Es la historia de los bellos dur-MIENTES.
