1 de agosto de 2004.- Lorena corría de un lado a otro, desesperada, frustrada, gritaba en la López Mateos ordenando a un grupo de jóvenes priistas que hicieran algo, lo que fuera, por detener la avalancha azul que los había aplastado en prácticamente todo el estado: 10 de los 11 municipios y 18 de los 27 diputados perdidos para el ex partido aplanadora. Lorena presidía el PRI en ese entonces luego de haber quitado de la silla a Armando Guel, quien cayó cuando el entonces candidato, Óscar González decidió callar sobre sus verdaderos motivos para dejar la candidatura al gobierno estatal. Lorena se veía perdida y su futuro no se avisoraba de otra forma.
Sin embargo, en política no hay “muertos permanentes” y cinco años después de aquella derrota, “la Martínez” tiene frente sí muchas y buenas opciones para elegir. Ahora, además de tener una gran oportunidad de ser candidata al gobierno del estado y si no se da, de ser candidata potencial a la alcaldía de la capital o en el peor de los escenarios locales, podría coordinar a los diputados, a este envidiable ramillete, se le suma una invitación más: podría hasta ser la secretaria general de su partido a nivel nacional; efectivamente, Lorena fue invitada a esta posición directamente por la presidenta de su partido, Beatriz Paredes en caso de que ésta decida dejar la presidencia para coordinar su bancada en San Lázaro.
Lorena, nos comentan, desechó de tajo esta oportunidad, pues a su decir, esta posición la debilitaría más que fortalecerla en su máxima aspiración y también la que parece más certera; le quitaría tiempo y reflectores localmente, dejando el camino pavimentado a su más acérrimo rival por la gubernatura, Carlos Lozano.
Para mostrar brazo, brazo delicado pero no débil, la Martínez adelantó que en su informe estará nada más y nada menos que la secretaria general del PRD, Hortensia Aragón, la gobernadora de Yucatán, Ivonne Ortega y, por supuesto, la presidenta nacional de su partido, Beatriz Paredes.
Y si el futuro de Martínez para el sexenio que entra es promisorio, para el del gobernador, por lo menos, parece apacible. La fuerza que ha logrado acumular el gobernador, sobre todo a partir del segundo periodo de su administración, se ha visto cristalizada en eventos como el de ayer. En plena crisis económica, Reynoso anuncia una inversión millonaria al poniente de la ciudad, que incluye hasta la arena San Marcos, aquella que causó algunos malestares al mandatario por las presiones de la televisora, que lo acusó en la pantalla mientras Reynoso no les gestionó los terrenos que querían.
Su salida parece que será apacible y para eso ya la está “planchando” : lo mismo le coquetea a Martínez y le deja el primer plano en la inauguración del paso a desnivel, que empuja a su alfil, Raúl Cuadra para que haga campaña desde San Lázaro y ni qué decir de la relación amistosa que lleva con el senador Lozano, con el que prácticamente aseguraría continuidad en sus proyectos que dejará inconclusos, y que no son pocos, ni baratos.
Los diputados también parecen de un mismo tono, tanto los panistas como los priistas. No se aprecia que pueda haber algún exabrupto en el cierre de la administración y al contrario, sí apoyo y cordialidad a menos que algo extraño suceda y Martín Orozco pueda colársele al gobernador y echarle a perder el numerito.
Y al que al final le quitaron un poco de presión, aunque sea mediática, es al alcalde de Aguascalientes, Gabriel Arellano, pues ayer anunció que, por fin, su contralor Alejandro Regalado saldrá a dar la cara luego de que Arellano pusiera la suya por más de 15 días aplazando un día sí y otro también la rendición de cuentas entorno a su gasto en seguridad pública. Ojalá que tanto Regalado como el resto del gabinete de Arellano, salieran a dar la cara con la misma vehemencia con la que ya buscan su siguiente hueso y no precisamente con el actual edil, sino en otros rediles como el de Lorena Martínez y Carlos Lozano. Su gabinete está demostrando más hambre que compromiso, hambre que las tradicionales familias revolucionarias de Aguascalientes traen de varios lustros atrás