¿Quién llenó la plaza el sábado? - LJA Aguascalientes
22/11/2024

“Mi hermano, mi líder, mi jefe, mi maestro …”. Cualquiera que reconozca ese tipo de frases podrá identificarlas claramente con el lenguaje que el PRI construyó en este país a lo largo de su historia. Pero más allá de la gracia que esas floridas palabras causa, resalta que al ser el lenguaje parte de la cultura, esas expresiones propias de la política evidencian una cultura política muy particular de nuestro país. Una cultura, en donde los mensajes cifrados, y entre líneas, son lo más importante en los discursos y conversaciones que se dan en la vida pública.

Tal es el caso del evento del sábado pasado, organizado por Augusto Gómez Villanueva (padrino político del alcalde Gabriel Arellano), en el que la diputada federal priísta Beatriz Pagés dictó una conferencia que se anunciaba sería sobre periodismo, pero que terminó siendo una sentida arenga para el priísmo.

Los hechos que resaltaron, fueron los siguientes: la asistencia de Carlos Lozano, la intención clara del equipo gabrielista de irrumpir y generar liderazgo en la vida partidista y la clara priorización, entre el círculo de GAE, de la candidatura de David Hernández Vallín. Ahora, como dijo Jack el destripador, vayámonos por partes:

Primer Tercio

Augusto Gómez Villanueva, uno de los aguascalentenses con mayores posibilidades históricas de haber sido Presidente de la República, manda preguntar a Carlos Lozano, si quiere tomar la palabra al concluir Pagés. Lozano contesta que sí. Astuto, como es el senador, toma de la bolsa interior de su saco una tarjeta y esboza algunas ideas. Reparte halagos para los presentes, no muy extensos, y luego manda dos mensajes.

Uno. A través de una sutil anécdota, en la que compara la conferencia de Pagés con la última corrida de José Tomás en Aguascalientes, señalando que “así como hubo plaza llena por José Tomás, hoy hay plaza llena por Beatriz Pagés”. El mensaje: Lozano no asistió para hacer migas con el gabrielismo ni con su dirigencia estatal, y el evento no fue un éxito de ellos. Lozano asistió, debemos atender, a mostrar que está comprometido con el PRI, más no con los actores que ahora lo dirigen en el estado.

Dos. Retomando el concepto que Pagés recomendó a la dirigencia nacional, a “no poner la otra mejilla”, frente a los ataques, Lozano advierte: “Yo tampoco pondré la otra mejilla; a quienes me ataquen, les voy a responder”. Mensaje para los enemigos internos, que a decir del senador, construyen una campaña de desprestigio en su contra. Además de ello, se suma a las descalificaciones a la estrategia que ha emprendido Beatriz Paredes, líder moral de la diputada Lorena Martínez. (Por cierto, nos comentan que Lozano tiene razón en estar preocupado por la presencia de Héctor Macías, de quien dicen aprendió a hacer campañas sucias al lado de Isidro Pastor, en el Estado de México)

Segundo Acto

Augusto Gómez Villanueva toma el micrófono y agradece con loas al senador Lozano. Manda elogios también al ex gobernador Refugio Esparza, a David Hernández Vallín, y a Víctor Sandoval, ahí presente, y en su opinión, principal promotor del Museo Posada, recinto de la conferencia. “La presencia de Lozano sella la unidad en el PRI”, señala, para pasar a preparar el escenario para que cerrara el acto Gabriel Arellano, a quien presentó en la forma que se solía presentar al jefe político de la entidad en tiempos del PRI.  El mensaje de Don Augusto: “El jefe, ahora, es Gabriel”


Tercer Acto

Habla Gabriel Arellano. Retoma la analogía de la plaza, y agradece a Augusto Gómez diciendo que él “siempre llena la plaza”. Mensaje a Lozano (a quien halagó con más enjundia que nunca): la plaza la llenó este equipo, no te equivoques.

El otro mensaje se centró en David Hernández Vallín, de quien dijo, debe ser el protagonista y el personaje en torno al cual “todos trabajemos” para que llegue a San Lázaro. A sus cercanos, días antes, los reunió para decirles que el distrito 2 era prioritario. Y es que las encuestas, que hace unas semanas favorecían al PRI, hoy muestran una elección muy cerrada con Alfredo Reyes.

¿Cuál fue la decisión del juez de plaza?

Habrá que preguntar entre los priístas. Por lo pronto parece configurarse un recrudecimiento en las luchas que anteceden a la sucesión del 2010.  Por lo pronto, nos aseguran, Gabriel Arellano gana enteros por su activismo. En reciente congregación de los Caballeros de Colón (a quienes Fernando Guzmán reveló que el asesinato del Cardenal Posadas había sido fraguado por Salinas), el alcalde recibió la más sonora ovación, según nos cuenta un asistente, que por cierto, ha mostrado más afinidad por Lozano que por Arellano históricamente.

Pero el alcalde no debe confiarse, nos aseguran, pues la carnicería que se vive al interior del Ayuntamiento ha llevado a más de dos a plantearse la posibilidad de migrar hacia la tercera vía de esta contienda, Lorena Martínez, a quien ven que está “en lo suyo”. Corridón, en el PRIcolor, con tres matadores de primer nivel.

P.D. No cabe duda de que la deliberación pública de la que aquí hemos hablado engrandece a quienes participan de ella y no a quienes se abstienen de la misma. El reciente debate entre el académico Otto Granados Roldán y el diputado Antonio Ortega Martínez así lo demuestra, cuyo último capítulo se publica hoy, en La Jornada Aguascalientes. Señala Granados que él no propuso una intervención, sino que una reportera de este diario le insistió en entrevistarlo. Que no tengan duda, ni Granados ni Ortega ni ningún otro actor de la vida pública de la entidad, que mientras sus reflexiones sean de esa importancia, el equipo de La Jornada Aguascalientes buscará sus opiniones con insistencia. Enhorabuena.

P.D. 2. El contra-ejemplo de ese tipo de discusión se recibe, en voz baja, desde los círculos que se auto-denominan “rojillos”, y que critican la pluralidad de La Jornada. Rojillos, que trabajan soterradamente a favor de intereses políticos particulares, o que quisieran que publicáramos y pagáramos los costos de sus denuncias anónimas (como que les descuentan el salario para algunas campañas), pero que jamás darían la cara, porque la adicción a la compensación por no hacer nada no se los permite. A esta redacción no ha llegado prueba de desfalco, exceso, ilegalidad alguna, debidamente probada, que no se haya publicado, pese a la impertinencia comercial que represente. ¿A quién le falta compromiso?


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