- Gabriel muestra músculo
- Con Lorena sí, con Carlos no, dicen en su equipo
- Listas, licencias de tres diputados priístas
El evento político más relevante del día de ayer no fue, como se esperaba, la reunión de los aspirantes a la gubernatura por el PRI con el Comité Ejecutivo Nacional, en la que, finalmente, no les fueron entregados los resultados de la supuesta encuesta levantada el fin de semana.
No. Los comentarios se centraron sobre una comelitona a la que convocó el presidente municipal Gabriel Arellano, con más de 2,000 líderes de colonia, y con decenas de líderes seccionales, para anunciarles que sigue firme en su intención de obtener la nominación tricolor al palacio mayor.
El de ayer, dicen en el “gabrielismo”, es el evento culminante con el que el aún alcalde pretende mostrarle músculo a su cúpula nacional, y por ello, en el templete lo acompañaron personajes representativos de la nomenklatura tricolor.
En representación del “granadismo”, estuvo Gustavo Granados Corzo, director de Desarrollo Económico en el municipio. Por el grupo de Augusto Gómez Villanueva, participó Juan Manuel Gómez, secretario de Desarrollo Social municipal. Representando al “olivarismo”, estuvieron el diputado José Robles y el secretario del ayuntamiento, Adrián Ventura, quien también es el favorito para relevar en el cargo de alcalde a Arellano. Y por el grupo de Fernando Palomino, estuvo Mario Guevara Palomino, quien aspira a una diputación local.
Con esa alianza, dicen los “gabrielistas”, Arellano demuestra que tiene con qué dar la batalla interna a Carlos Lozano y Lorena Martínez. Con la segunda, aseguran, no tendrían problema en llegar a un acuerdo, pero cada día insisten con más fuerza en que si tratan de “imponer” a Lozano desde el CEN, este grupo respaldará a Arellano “hasta donde tope”, para evitarlo.
Por lo pronto, no terminamos de entender el galimatías priísta. Vaya democracia tan rara; llena de meandros, recovecos, entradas sin salida, eufemismos, muchos eufemismos, llegando a tal punto que sólo ellos saben cuál es la verdad.
A ciencia cierta, en este momento ¿Quién sabe cuál será el método de selección del PRI? ¿La encuesta? ¿El eufemístico candidato de unidad? ¿El legendario “dedazo”? ¿Convención de delegados libre? ¿Convención de delegados manipulada?…
Para tratar de entenderlo consultamos a un priísta experto en desenredar bolas de estambre tricolores y lo que nos explicó fue lo siguiente: hasta el momento el Consejo Político Nacional del PRI no ha decidido el método de selección de candidatos del tricolor en Aguascalientes.
Este Consejo Político estaría sesionando entre mañana y el viernes para aprobar, entre otras cosas, el método para Aguascalientes, aseguró la fuente consultada. En caso de que, como se supo, las encuestas dieran un empate técnico entre Lorena Martínez y Carlos Lozano, sería muy difícil bajar a cualquiera de los dos y hacer al otro que le levantara la mano al triunfador.
Entonces, en el PRI tendrían que irse por “dedazo” o por convención de delegados, en cualquiera de los dos casos, el Consejo Político tendría que aprobar también ese método esta semana, pero ahora, en caso de elección por consejo político, tendrían que cabildear al candidato de la preferencia, lo que indudablemente costaría tiempo, dinero, mucho dinero o en su defecto ofrecimiento de posiciones y mucho esfuerzo de desgaste interno.
Vista desde fuera, la elección priísta no está, a estas alturas, ni medianamente resuelta, pues también se asoma en la sombra del gabrielismo, que amaga con no bajarse del tren sino hasta que de plano los arrojen.
Ya que en las que él organiza no tiene tanta convocatoria, Benjamín Gallegos se apareció ayer en la concurrida rueda de prensa donde un ciudadano de Jalisco ofreció a los aguascalentenses las pruebas de que no participó en el famoso jueves negro.
¿Acto anticipado de precampaña? No. El aspirante panista a la gubernatura del estado acudió para cantar ante los medios que él es dueño de la refaccionaria a la que Rigoberto Soto venía el 15 de febrero de 2007 y que apoyó a su jefa permitiéndole hacer y recibir llamadas para procurar que lo dejaran libre.
Gallegos Soto, que nunca hizo uso de su “popularidad” en los casi tres años que el muchacho pasó detenido, sí salió ayer para aclarar su participación en los hechos, de la cual nadie estaba enterado hasta que se le vio llegar; esta aparición resultará más perjudicial que benéfica para su imagen, pues la impresión que dejó fue que quiso “colgarse” del suceso para figurar.
En otro de los casos sonados, el de Martín Orozco, parece no haber avance. Aunque desde el Poder Judicial aseguran que ya debe estar por salir y tanto los medios como los interesados presionan a su titular para que defina cuándo, desde el equipo del panista nos dicen que esto se va a alargar de una o de otra manera y no días, sino incluso algunos meses.
De ser así, dicen, esto permitirá que Orozco se registre, contienda en la interna y sea candidato del PAN, o al menos le da muy buenas posibilidades, aún cuando el expediente no salga de juzgado.
Si sale, como salga, mejor aún, consideran, puesto que hay ya una orden de suspensión que entraría en efecto en cuanto se girara orden de presentación; o bien, si se regresa al ministerio público, éste tiene hasta seis meses para seguir el proceso, meses durante los cuales el panista puede seguir contendiendo.
Mientras tanto, en el grupo parlamentario del PRI ya discutieron lo de las licencias; se van tres, de seguro, en unas dos semanas: Baudelio Esparza, Martín Chávez y Francisco Guel, a buscar las alcaldías de Asientos, Jesús María y San Francisco de los Romo, respectivamente.
Ellos ya cuentan con el visto bueno de toda la bancada, que a la vez está que no encuentra cómo ponerle los pies en la tierra a Tagosam Salazar y José Robles, que insisten en su calentura por buscar la presidencia que Gabriel Arellano está que deja y no deja.