42 días para las elecciones más importantes de México | Bravuconadas por Mario Bravo   - LJA Aguascalientes
15/11/2024

El país entero avanza cada día con mayor atención hacia la culminación y definición del proceso electoral más importante de la historia moderna del país. Todos los actores del proceso están cada vez más a atentos al desarrollo de todas las campañas que se realizan a todo lo ancho y largo de México, por supuesto las que realizan los candidatos presidenciales encabezados por Claudia Sheinbaum, de la coalición “Sigamos haciendo historia”, integrada por Morena, PVEM y PT, frente a la candidata de la coalición “Fuerza y corazón por México” de Xóchitl Gálvez, que agrupa al PAN, PRI y PRD y Jorge Álvarez Máynes de Movimiento Ciudadano.

Es imposible negar lo determinante que ha sido la organización y participación de la sociedad civil en los albores de este proceso en torno a la defensa del Instituto Nacional Electoral, del Instituto Nacional de Acceso a la Información y hasta a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, de los embates del oficialismo encabezado por el titular del Poder Ejecutivo y todas las instancias que se agrupan en el seno de lo que se autodenomina la 4t, desde los grupos parlamentarios mayoritarios, las instituciones públicas que se erigieron en instancias de ataque o franca persecución a las personas identificadas como opositoras al proyecto impulsado desde Palacio Nacional, o bien que claudicaron dócilmente a los designios palaciegos. El rol de la sociedad civil ha sido determinante para impedir que el poder político oficial y sus instrumentos de control, se desboquen y arrasen con la legalidad democrática que ha sobrevivido al régimen encabezado por el presidente Andrés Manuel López Obrador. Pero ¿ha sido suficiente?

Las mañaneras son una cabeza de playa del actual régimen; desde esa palestra, un día sí y otro también, el presidente, ilegalmente, se inmiscuye en el proceso electoral en curso alegando derechos que supone legítimos, haciendo caso omiso a lo que determina la ley. El nuevo INE ha resultado ineficaz para controlar al poder, pretende regular sus acciones de una forma tibia y mojigata, al final de cada día, el presidente interviene y sigue tan campante.

Junto a las arbitrarias y prepotentes intervenciones presidenciales, podemos atestiguar el ambiente violento y pernicioso que se vuelca sobre el proceso electoral por la intervención de los grupos del crimen organizado, un dato: que entre el momento que se abrió el proceso electoral en curso, han sido asesinados 30 candidatos de prácticamente todas las fuerzas políticas participantes, lo que nos demuestra la vulnerabilidad de nuestra democracia y la incapacidad de la fuerza del Estado para contener o al menos inhibir las acciones violentas de el crimen organizado. Estados como Guerrero, Chiapas, Michoacán, Colima, Estado de México, Guanajuato, Oaxaca, Tamaulipas, Tabasco, Veracruz, entre otros, son escenario cotidiano de la inseguridad pública y la violencia asociada a las elecciones de este año. De los 10 estados señalados, 9 son gobernados por la 4t, principalmente por Morena, lo que deja muchas preguntas en el tintero respecto a su responsabilidad en los hechos violentos que afectan a sus poblaciones y territorios.

Por su parte, el Gobierno Federal, está enfocado en terminar las obras que marcaron toda su administración: la refinería Olmeca en Dos Bocas, Tabasco; el Tren Maya en el sureste mexicano; el Corredor Interoceánico y su línea Z de pasajeros, de Veracruz a Oaxaca, entre las iniciativas insignia del régimen, y en las que involucró de manera directa y arbitraria a las fuerzas armadas, primordialmente al ejército a cargo de la Secretaría de la Defensa Nacional, distrayendo su atención a funciones alejadas de las asignadas constitucionalmente; así que la seguridad de la población pasó a un segundo o tercer plano en las prioridades de este gobierno que ya se despide.

Regresando al tema electoral, resulta que prácticamente todos los grandes problemas nacionales, tienen un carácter transversal respecto al ánimo ciudadano, que finalmente tendrá la última palabra respecto a los resultados del 2 de junio. La inseguridad rampante y violenta, que atenta contra la integridad y la vida de las personas, contra su patrimonio y su necesaria tranquilidad; últimamente, y en vastas regiones del país, el tema de la carencia y calidad del agua, se ha vuelto un grave problema para la gente, sí para esa gente que habrá de votar y ahí encuentre una oportunidad para inconformarse; los servicios de salud pública, tan abandonados durante todo el presente gobierno lopezobradorista, y que dejó fuera de la atención a 50 millones de mexicanos, prácticamente, dejándolos abandonados a su suerte y a los consultorios y medicamentos de las farmacias de las poderosas franquicias.

Los actos de corrupción que según al presidente hace rato que ya fue “erradicada” del país, cada vez encuentra la forma de manifestarse y hacerse presente en el ánimo de los mexicanos: los negocios turbios de El Clan integrado por los propios hijos del presidente, José Ramón, Andrés Manuel y Gonzalo Alfonso, y sus socios y amigos, todos ellos relacionados al “negocio” del Tren Maya; los hermanos del presidente, Pio Lorenzo y José Ramiro, y sus sobres amarillos; la prima presidencial Felipa, y sus contratos con PEMEX. El Clan muy puntualmente se ha beneficiado con millones de pesos del erario asociados a las enormes inversiones de las magnas obras del régimen. A ello habría que agregar, las acciones de los allegados al gobierno de López Obrador, como la exsecretaria de energía, Rocío Nahle, con todas las adquisiciones de inmuebles y gasolineras al cobijo de su encargo; o los contratos del hijo de Manuel Bartlett; y el último, el exmagistrado Arturo Zaldívar, con una investigación abierta por el Consejo de la Judicatura Federal por diversos presuntos actos de corrupción.

Para sostener su proyecto de nación, el presidente López ha debido disponer de miles y miles de millones de pesos del presupuesto, y las cuentas ya no le dan, ha debido impulsar una iniciativa que le permita apropiarse de los ahorros de los mexicanos, en todo caso él ya se va, y los problemas recaerán en su sucesora. Así el escenario a 42 días del 2 de junio.

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