En el año 2009 recibí la invitación de Sergio Reyes y Guadalupe Castorena a sumarme con ellos en la Asociación Movimiento Ambiental de Aguascalientes A.C, misma que acepté y he colaborado en la mayoría de las actividades y acciones que se han emprendido desde entonces, entre las principales: promover la educación y la cultura ambiental por medio de seminarios, talleres, conferencias y publicación de artículos; participar en mesas y talleres de trabajo para hacer propuestas acerca de los planes de desarrollo y ordenamiento territorial del Estado de Aguascalientes; colaborar en acciones legales a favor de la defensa de espacios naturales frente a la ya reconocida delincuencia inmobiliaria que se ha encargado de financiar campañas políticas a cambio de la entrega de suelo (https://www.eluniversal.com.mx/articulo/ricardo-raphael/nacion/delincuencia-inmobiliaria/); promover el cuidado, respeto y protección de los animales de compañía; fomentar el descrecimiento a través del trueque como un modelo alternativo de economía sustentable y cuidar de los árboles nativos resilientes.
¿Cómo comencé esta última actividad? En el 2018 participamos como Movimiento Ambiental en un concurso promovido por el Programa de Apoyo a las Culturas Municipales y Comunitarias (PACMYC) con la propuesta de elaborar un “Recetario del mezquite”, cuyo objetivo era rescatar algunas de las recetas culinarias tradicionales en las que se empleaba la vaina de este árbol. Nuestro proyecto fue aceptado y se nos entregó un apoyo económico para realizarlo, mismo que se empleó para comprar insumos y la publicación de la obra. Esta iniciativa buscaba justificar la importancia cultural de los mezquites frente a la creciente amenaza del gremio de la delincuencia inmobiliaria de acabar con ellos en sitios de su interés, como lo fue en su momento Cobos-Parga, zona en la que pretendían construir desarrollos inmobiliarios (14 mil viviendas de interés social), muy a pesar de la oferta disponible en la ciudad, que en ese momento rondaba en 50 mil casas abandonadas (esta historia atroz continúa hasta hoy en día en diversas zonas del estado y el país). Como sabemos, ese proyecto no prosperó gracias a la defensa social y gestiones gubernamentales que se hicieron, lo que condujo a que en el 2019 se decretara el Bosque de Cobos-Parga como área natural protegida estatal (https://www.aguascalientes.gob.mx/SSMAA/img/dependencias/SSMAA/Dto_cap_natural/PDF/Estudio%20de%20caso%20(3).pdf) y municipal (https://www.ags.gob.mx/cont.aspx?p=6580).
Ese es el origen de la aventura de cuidar los árboles nativos, y ésta continuó porque me di cuenta de que los mezquites, huizaches, varaduz, tepames, garruños y tronadoras, crecen en las banquetas, camellones y parques públicos de manera espontánea, como lo han venido haciendo por generaciones, pero los jardineros del municipio “los mochaban”, ya sea con las desmalezadoras o a machetazos. Entonces, me acerqué con Sarahí Macías Alicea, secretaria de SEMADESU en ese momento, y le sugerí hacer una jornada de capacitación para el personal de Parques y Jardines, a lo que accedió, y en el mes de abril de 2020 tuvimos este primer encuentro. Los comentarios de los jardineros ese día fueron que esos árboles no le gustaban a la población porque tienen muchas espinas y provocan lesiones a los niños y sus balones (los ponchan), que tardan mucho en crecer y “pa ningún lado”, que los automovilistas se quejan de que les rayan sus vehículos, pero lo principal para ellos es que esos árboles son muy difíciles de podar debido a las espinas y a la dureza de sus ramas, por eso mejor los cortan. Aprovechamos este encuentro para hablarles de los beneficios ecosistémicos de los árboles nativos a diferencia de los exóticos; de su capacidad de resiliencia frente a los plantados y de cómo son capaces de recuperar sus espacios naturales originales; además, de que no requieren mantenimiento de riego, sólo de poda una vez al año. Después de este intercambio de ideas nos dimos a la tarea de comenzar con el trabajo de tutoreo de los árboles nativos resilientes que estaban creciendo en ese momento en el camellón central y espacios laterales de la avenida siglo XXI (mejor conocida como tercer anillo) entre las calles Matías de la Mota y av. Constitución. Si usted pasa por allí hoy en día, ya no ve un camellón plano y sólo con pastito amarillo, sino una cantidad considerable de árboles, que no se plantaron, sino que nacieron, crecieron y siguen naciendo más por generación espontánea, tanto en el camellón central como en las orillas. Estoy seguro que ese encuentro entre sociedad civil y gobierno rindió sus frutos, pues he visto en distintos puntos de la ciudad que los jardineros municipales están respetando y cuidado estos árboles (las avenidas Colosio y Gómez Morín son un claro ejemplo de esto). Aprovecho la ocasión para ofrecer mi más sincero reconocimiento a Luis Mariano Esparza Ávila, director de Parques y Jardines del municipio de Aguascalientes, quien estuvo presente en esa primera jornada, así como Carlos E. España Martínez, secretario de servicios públicos del municipio de Aguascalientes, que han dado seguimiento y continuidad a este cuidado de los árboles nativos resilientes que crecen en diferentes espacios públicos de nuestra ciudad.
Esta actividad de cuidar árboles nativos la hemos seguido realizando apasionadamente mi esposa y yo durante este tiempo, e incluso la hemos inculcado en nuestras hijas, con prioridad en el Parque México, pero sin limitarnos a éste, sino que la hemos puesto en práctica en distintos camellones y banquetas de la ciudad. La razón principal por la que lo hacemos es porque vemos que muchos huizaches y mezquites no se podan, debido a ello crecen sin forma, principalmente hacia sus costados, lo que genera algunas de las molestias ciudadanas referidas; así que en nuestros tiempos libres (días de descanso) nos vamos a podar/proteger árboles, en especial cuando ya les hemos venido dando seguimiento. Esto estábamos haciendo el pasado domingo 31 de marzo en avenida independencia, a la altura de la empresa Flextronics, cuando de pronto llegó una agente de policía a pedirnos el permiso para hacer esta actividad (quiero pensar que atendiendo a una denuncia ciudadana de alguien que pensó que estábamos cortando los árboles, lo que es comprensible, pero ojalá a esa persona le llegue de alguna manera este artículo y se dé cuenta que no estábamos haciendo algo malo, al contrario, estamos protegiendo esos “seres monstruosos” que tantos beneficios nos dan, pero debido a su “aspecto y peligrosidad” corren el riesgo de ser cortados previa solicitud ciudadana). Yo le comenté a la agente que no lo tenía por escrito, pero que contaba con el visto bueno de los titulares de las instancias gubernamentales respectivas (SEMADESU, SSMAA, PROESPA) acto continuo se le explicó y mostró lo que estábamos haciendo, y al parecer la convencimos de que no estábamos haciendo nada malo y expresó muestras de simpatía, al menos eso fue lo que creímos mi esposa y yo, ¡PERO NO! se comunicó con la secretaria de Medio Ambiente (suplente) del municipio de Jesús María, Carmen Tello Saldierna, quien llegó a increparnos; ante lo cual nos presentamos respetuosamente mi esposa y yo y le dimos una explicación de lo que estábamos haciendo, es decir, del porque estábamos podando y sujetando con lazos algunos mezquites en ese camellón, mismos que venimos cuidado su crecimiento desde varios años atrás, y dado que comenzaban a caer sobre el arroyo vehicular es necesario podarlos y levantarlos para evitar que provoquen un accidente, ya que tapan la visibilidad, y esto es razón suficiente para que se solicite su derribo. Ella insistió en que estábamos cometiendo un delito y que incluso nos podía llevar presos, ya que le corresponde al área de servicios públicos de Jesús María hacer ese trabajo, no a la ciudadanía, ya que el espacio público, nos dio a entender, es propiedad del gobierno en turno, por tal motivo estábamos atentando contra su propiedad; además puntualizó que ni el secretario de Servicios Públicos del municipio de Aguascalientes, Carlos España; ni el Procurador de PROESPA, Héctor Anaya; ni la secretaria de la SSMAA, Sarahí Macías, tienen autoridad ni injerencia en Jesús María. A pesar de ello insistimos en que, si estábamos haciendo esa protección de los árboles en esa avenida es porque el personal de parques y jardines generalmente no lo hace, entonces nosotros lo hacemos de manera altruista. En fin, no pudimos hacer que comprendiera lo que hacíamos y el beneficio que esto tiene.
A manera de conclusión de lo ocurrido, sólo puedo decir que no sé qué hacen personas en esos cargos (aún siendo suplentes), si no hacen bien su trabajo y tampoco permiten que ciudadanos con conocimiento y experiencia, con conciencia ambiental y sensibilidad por la vida (representada en los árboles nativos que nacen en los espacios públicos) colaboren en acciones de cuidado del entorno natural de nuestra ciudad, y que, por el contrario, usen su cargo para amedrentar.