Llegué al Teatro Aguascalientes como a las 20:05, no me gusta llegar tarde a un concierto, no sólo de la Sinfónica, sino de cualquier expresión musical, la impuntualidad es una soberbia y majestuosa falta de respeto, para la música y para quienes sí llegaron temprano, así que prefiero estar holgado en mis tiempos y no andar con prisas. Pues bien, me disponía a ingresar al inmueble, cuando tres personas, dos mujeres y un hombre se acercaron a mí para preguntarme cuál era el programa para esa noche, les dije lo que se iba a interpretar y las dos damas sonrieron y una de ellas comentó: “sin duda estará muy bonito, me gusta Rachmaninov”, correspondiéndole a la sonrisa le dije que estaba de acuerdo, y que las tres obras eran hermosas, el caballero que las acompañaba se integró a la conversación comentando: “es que ya no dan programas de mano”, bueno, en realidad consideré estéril decirles que al entrar al concierto el personal del Teatro entregaba unas tarjetas con un código QR para descargar la temporada completa, como una vez lo comenté en este mismo espacio, no todas las personas, sobre todo las de mayor edad, usan la tecnología, y no porque no puedan usarlo, sino porque no es parte de su realidad cotidiana, no crecieron con este recurso, y a pesar de todo lo que se diga, entiendo esto como una forma de discriminación, además de que para quienes somos incondicionales seguidores de la OSA, nos gusta coleccionar los programas de mano, y esto, evidentemente, ya no es posible, digamos, es una forma de archivar un poco de historia.
Pues bien, el programa anunciado para este cierre de temporada iniciaba con el Divertimento Sinfónico Ferial de Manuel María Ponce, un mini poema sinfónico lleno de referencias a una verbena popular en el atrio del templo en cualquier pueblo de México, aunque está inspirado en una tarde de domingo en Tehuacán, Puebla, de cualquier manera, el contexto es el mismo para cualquier pequeña población mexicana. Después del Ferial, disfrutamos del Concierto para guitarra del compositor brasileño Heitor Villa-Lobos, con la participación del maestro David García en el instrumento solista. Después del intermedio, se pagó una deuda pendiente con Rachmaninov, la Sinfonía No.3, si recuerdas, el año pasado el mundo de la música celebró los 150 años del nacimiento de este gran compositor ruso, considerado como un romántico tardío, y esta sinfonía, la tercera, era uno de los pendientes de la OSA, así que se programó en este cierre de temporada. El director para este concierto fue el maestro Román Revueltas, titular de la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes.
La semana pasada, en el octavo y penúltimo concierto de temporada, hubo un incidente que obligó a que el concierto iniciara 23 minutos tarde, el maestro Alfredo Rodríguez, principal de trompetas suplente, se vio atrapado en el tráfico en la Avenida Héroe de Nacozari como consecuencia de un accidente vial, fue imposible, considerando esta situación, poder llegar a tiempo al Teatro, y como su participación era fundamental, porque la sinfonía de Rachmaninov contempla partes de protagonismo para la trompeta, era imposible iniciar sin él, finalmente llegó y el concierto inició, como ya lo he comentado, 23 minutos tarde, estas cosas suceden y lo entendemos, no depende del músico, él está sujeto a otros factores fuera de su control. Pero ahora, en este noveno concierto y cierre de temporada otra vez hubo un retraso, en esta ocasión fue de entre 13 y 15 minutos, pero a diferencia de la semana pasada, ahora sí, salvo tu mejor opinión, creo que la razón es imperdonable. La indignación era evidente escuché a unas personas platicando cerca de mi lugar mientras esperábamos el inicio del concierto comentaban que, por el retraso en el inicio, los conciertos terminaban muy tarde, que de seguir así, era mejor ya no asistir, esto sería verdaderamente lamentable, y es que ahora el concierto inició tan tarde, según me informé, porque no funcionaba la consola de audio en la cabina del Teatro Aguascalientes y no se podían dar las llamadas, ¿te imaginas?, de verdad no lo puedo creer, bastaba con darle una señal a la maestra Eugenia Chumakova, que fungió como concertino ante la ausencia de la maestra Magdalena Hernández, concertino suplente, -recordemos que la plaza de concertino continúa vacante-, para que ella pudiera iniciar con la afinación y dejar todo dispuesto para que el maestro Revueltas se presentara en el escenario del Teatro Aguascalientes y comenzar puntualmente el concierto , es que son cosas que de verdad se pueden resolver con un poco de sentido común, aunque…, no sé si esto sea mucho pedir.
Como lo comenté al inicio de esta entrega, la impuntualidad, sobre todo cuando no se justifica, representa una terrible falta de respeto para el público, para los músicos de la orquesta, y claro, para su majestad la música. Esto hace que lamentablemente la gente se aleje de los conciertos. Recuerdo que cuando estaba el maestro Areán como director de la Sinfónica, los conciertos iniciaban a las 20:00 y se notó un sensible aumento en la asistencia al teatro, creo que es importante evitar que los conciertos terminen tarde.
Cómo quisiera que el motivo de estos comentarios de los conciertos de la OSA, fueran sólo para platicar cómo estuvo el solista, algún punto de vista sobre las obras, es decir, que fueran cosas estrictamente musicales, y no para hablar de estas pifias administrativas que no hacen más que poner en evidencia la falta de un personal capacitado que esté a la altura de nuestra amada Orquesta Sinfónica de Aguascalientes, por Dios.