“Sin despedida no hay reencuentro” - LJA Aguascalientes
16/11/2024

 Con la emoción a flor de piel y la entrega del premio Manuel M. Ponce al Cuarteto de guitarras Orishas, fue clausurado el domingo 25 de julio el Festival de Música de Cámara, que en su sexta edición, y a causa de una remodelación a la que está siendo sometido el Teatro Morelos, cambió su sede al ahora sí usado como Teatro, el que lleva el nombre de Víctor Sandoval.

 

Los más de 80 participantes inscritos, todas las clases que se impartieron, la calidad de los profesores, la gran afluencia de público que tuvieron los conciertos, pero sobre todo las expresiones de satisfacción por una semana intensa donde la protagonista fue la música de cámara, son prueba del éxito de un proyecto que cada año se consolida y se mejora.

 

Pero esto no es producto de la improvisación, sino de un objetivo claro que se han planteado los iniciadores y continuadores del Festival, y a la cabeza de ellos el maestro Rafael Machado, cuya constancia y entrega le han hecho merecedor del mejor reconocimiento, el de los estudiantes que una vez que deciden invertir tiempo, dinero y esfuerzo en este Festival en particular, se van contentos de su elección.

 

En una charla al finalizar el evento, Rafael Machado, principal motor del Festival, se dijo sentir, como cada año, envuelto en una mezcla de alegría, por la forma especial en la que se da la interacción del gran grupo que se logra integrar, y de tristeza, por la despedida. Lo que le queda claro, como a muchos, es la convicción de que el Festival debe continuar, “creo que es útil tanto para Aguascalientes como para todos los estudiantes de música del país… estudiantes y profesionales, porque aquí también asisten integrantes de orquestas sinfónicas de otros estados que creen en la superación profesional… además se difunde el conocimiento desde Aguascalientes hacia todo el país… porque aquí convergen… tanto alumnos y maestros del país como invitados extranjeros”.

 

Coincido con el maestro cuando menciona que cualquier ciudadano de Aguascalientes debe sentirse muy orgulloso de este Festival, pues su énfasis en el aspecto académico le ha granjeado un reconocimiento a nivel nacional y, de forma incipiente, en el extranjero, “ya se habla de él como un referente de este tipo de festivales en México, entonces es un gusto y un orgullo muy grandes; cada año hay que redefinir cosas, hay que mejorarlo, hay que ver qué nos falló, qué podemos mejorar, esto nunca termina, mañana comenzaremos a planificar el del próximo año”.


 

Sin duda, como Machado lo expresa, el apoyo que brindan las instituciones que participan en el proyecto es muy importante, en este caso la Universidad Panamericana y el Instituto Cultural, pero lo son más, como dijo en su momento Horacio Franco, la creatividad y el interés que se les ponga a un Festival que como éste, cuenta con más ganas que dinero, y desde ya se decide la fecha para el siguiente, se comienza a pensar en los maestros invitados y se gestiona con los manejadores su presencia, y se buscan nuevas propuestas que resulten atractivas, ya que “hay mucha competencia de festivales en México y el extranjero, el estudiante tiene que sacar muchas cuentas, pero además tiene que interesarle artísticamente nuestra propuesta para elegir a dónde se va en el verano”.

 

Insisto en lo lamentable que es la ausencia de participación de los músicos locales. Contamos con una Orquesta Sinfónica y nos lamentamos de lo vacío que luce el Teatro Aguascalientes en los conciertos de temporada, sin embargo se pueden contar con los dedos de una mano los integrantes de esa agrupación que asistieron a los conciertos del Festival; seguramente, como expresa Rafael Machado, Concertino de la Sinfónica, “influye la personalidad de cada quien, el sentido de superación que tengan los músicos profesionales… pienso que las escuelas de música en Aguascalientes tienen que mejorar muchísimo, creo que también es cuestión de tiempo dar resultados académicos, en cuestión de música los resultados siempre se ven a largo plazo… pienso que los jóvenes músicos de Aguascalientes no le deben temer a exponerse a este tipo de competencias, porque tampoco deja de ser una competencia, creo que hay que querer primero, prepararse y entonces responder a la convocatoria que hacemos cada año por el mes de marzo, ojalá en el futuro Aguascalientes tenga una más nutrida participación, yo lo deseo y en lo que pueda ayudar aquí estoy”.

 

Finalmente el maestro dijo que entre las cosas que se pueden mejorar del Festival están el énfasis en la participación internacional, pero sobre todo en la promoción en todos los niveles, desde el local, “es una cuestión de enfoque, de ir a buscar una meta… hacer todo lo necesario, sortear todos los obstáculos que puedas y llegar a donde quieres”.

 

Con un concierto a cargo del Cuarteto José White, grupo residente, y el guitarrista Rodrigo Neftalí, comenzó el adiós al Festival 2010, después el suspenso por la entrega del premio, que se quedó en nuestro país, en el Distrito Federal -recordemos que el año pasado se fue a Argentina-, los aplausos, los abrazos, las felicitaciones, y claro, los discursos, el último de los cuales, el emotivo, fue ofrecido por Rafael Machado, quien cerró diciendo: “sin despedida no hay reencuentro”. Por eso entre abrazos, fotos, intercambios de correos electrónicos de último minuto, fue despedido el Festival de Música de Cámara 2010, que así nos deja en espera del reencuentro, en su séptima edición.


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