Llegué al Teatro Morelos a las 20:10, el concierto estaba programado a las 20:30, ese es el horario habitual de las presentaciones de la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes. Cuando llegué vi dos filas de considerable tamaño esperando entrar al concierto así que me formé y el tiempo de espera fue rápido, el acceso se hizo oportunamente, pero el problema vino justo al entrar, presenté mi credencial del INAPAM y me dijeron en la puerta que no había problema, pero que tenía que esperar en el vestíbulo a que primero entraran los de boleto pagado, y lo entiendo, esto no es problema de las personas que están recibiendo en la puerta a quienes llegamos a los conciertos, ellos sólo obedecen indicaciones, el problema es, claro, de quienes toman este tipo de decisiones que son, por supuesto discriminatorias. Evidentemente la planta baja, eso que conocemos con el nombre de luneta, se llenó rápidamente y muchos adultos mayores tuvieron que subir las escaleras para acceder a los palcos con las dificultades que esto representa, muchas personas mayores tienen dificultades para subir las escaleras, o simplemente ya no pueden hacerlo, y no me dejarás mentir, en los bancos, tiendas de autoservicio, en cualquier lugar en el que se presta un servicio, las personas con cualquier tipo de discapacidad, de la tercera edad o mujeres embarazadas tienen un trato preferencial, pero en el Teatro Morelos se nos pidió que esperáramos a que primero entraran los de boleto pagado, esto nadie me lo contó, lo viví en carne propia, el próximo mes de marzo cumplo 61 años por lo que yo ya soy de este sector de la población llamado “adultos mayores” o “de la tercera edad”, así que me pidieron que esperara en el vestíbulo del teatro. Estuve poco tiempo, si acaso cinco minutos, y me dijeron que ya podía entrar, por supuesto que externé mi desacuerdo, pero de poco sirvió.
Otra cosa que también considero discriminatoria es que, en lugar de los programas de mano que son un artículo de primera necesidad, se entregan unas tarjetas con la imagen de Anton Bruckner, el compositor festejado este año por el bicentenario de su nacimiento, en letras muy pequeñas en la parte inferior de la tarjeta está el programa a ejecutarse ese día, y un código QR para descargar toda la primera temporada de este año 2024, pero a las autoridades del ICA, ¿qué les hace suponer que todas las personas tienen acceso a la tecnología o que todos la saben usar?, muchas personas mayores, de esas que tuvieron que esperar en el vestíbulo del Teatro Morelos a que primero entraran los de boleto pagado, no tienen en sus celulares esta aplicación, y aunque por increíble que pueda parecernos, muchos, de verdad, no usan el teléfono celular, y si esto no es discriminación, dime entonces ¿qué es?
Pero hablando estrictamente de la cuestión musical, veía comentarios en el Facebook de la propia Orquesta Sinfónica de Aguascalientes que cómo era posible que siendo éste el mejor programa se realizara en un espacio reducido como lo es el Teatro Morelos. En realidad, no se trata del mejor programa de la temporada, lejos de serlo, sin duda es el más popular, pero no el mejor. Cierto es que el Teatro Morelos es un espacio hermoso e histórico para la cultura en Aguascalientes, y claro, en la historia política de nuestro país, pero su capacidad de alrededor de 400 o tal vez 450 personas lo hacen insuficiente para un concierto sinfónico, no sólo por la capacidad, sino por el espacio en el escenario. Este recinto cultural me parece ideal para conciertos de música de cámara, para jazz o algún otro tipo de expresiones musicales que no rebase una veintena de músicos en el escenario, pero no es funcional para un concierto sinfónico, y aquí viene el tema del que tanto hemos hablado, la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes, Embajadora Cultural del Estado y recientemente votada a favor la iniciativa en el Congreso del Estado para ser finalmente, y con todo merecimiento, nombrada Patrimonio Cultural Intangible de Aguascalientes, necesita y merece una casa propia, ahí está la Sala de Conciertos, cuyo nombre oficial es justamente, Sala de Conciertos de la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes, en el Complejo de las Tres Centurias, pero con serios problemas de acústica que no permiten una digna audición musical, es necesario que se arregle y se le entregue a nuestra máxima entidad musical, digo, nuestra Sinfónica lo merece, ¿estás de acuerdo?
En el aspecto estrictamente musical, en realidad no me considero fan de la maestra Elena Durán, no me gusta su estilo y tampoco el repertorio que suele ejecutar, ella es originaria de la ciudad de Oakland, California en Estados Unidos, pero sus padres son de Aguascalientes, por lo que tiene una natural cercanía con nuestra ciudad, no obstante que no es de mi completo agrado, hay que reconocer que hizo un buen trabajo al ser convocada como solista en la flauta, y trabajando en la segunda parte con la principal de la sección de flautas de la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes, la maestra Megan Maiorana, además de la dirección del maestro Jorge Vázquez, que sin tener en su atril un repertorio que lo comprometiera más a fondo, supo arropara a las dos solistas y permitirles el protagonismo para el que fueron invitadas.
Mañana viernes 1 de marzo se realizará el sexto concierto de temporada con un programa compuesto por la Sinfonía No.9, Op.95 en re menor conocida como Desde el Nuevo Mundo del compositor bohemio Antonin Dvorak, el programa lo completan Tres pequeños poemas de Amadeo Roldán, y Tres versiones Sinfónicas de Julián Orbón, dirige el maestro Iván Prado. La cita es a las 20:30 horas en el Teatro Aguascalientes. Por ahí nos vemos si Dios no dispone lo contrario.
