La arquitectura, desde el paradigma tradicional, es una disciplina que se ocupa del diseño de espacios en las edificaciones. Entre sus preocupaciones centrales está la innovación integrando formas y estructuras vanguardistas; pero recientemente está sumando también el uso de materiales más sustentables y estructuras que se adapten al cambio climático. En este sentido nos referimos a la arquitectura sustentable.
La arquitectura sustentable tiene como objetivo contribuir a la disminución de los impactos antropogénicos de la arquitectura tradicional. Este enfoque es el resultado de las necesidades tanto dentro del gremio constructor, como fuera de este. Dentro, porque es una autocrítica que responde al mal uso de técnicas y materiales de construcción que históricamente ignoraron los daños a la naturaleza; y fuera, porque se ha visto que los métodos con los que se fabrican los materiales de construcción, altamente procesados, contaminan y deterioran los ecosistemas.
Además, hay que señalar que es mundialmente reconocido que la industria de la construcción es una de las principales fuentes de contaminación ambiental, tal y como se muestra en el artículo “Evaluación de los impactos medioambientales de los proyectos de construcción”, publicado en 2014 por los investigadores Adnan Enshassi, Bernd Kochendoerfer y Ehsan Rizq (https://shorturl.at/oqrtC), quienes concluyen que “la generación de polvo, contaminación acústica, operaciones con remoción de la vegetación y la contaminación atmosférica son los impactos ambientales más significativos de los proyectos de construcción”. Este estudio pretende motivar al gremio de la construcción a generar un cambio de paradigma que integre los ecosistemas a los proyectos arquitectónicos, en lugar de mutilarlos. En este sentido, la arquitectura sustentable, o también llamada arquitectura verde, aparece como una alternativa que, al mismo tiempo que redime sus malas prácticas de construcción, contribuye a la lucha contra la contaminación y la adaptación al cambio climático.
Pero ¿cómo está contribuyendo la arquitectura sustentable a proteger el medio ambiente y a la promoción de construcciones adaptadas al cambio climático? Lo está haciendo mediante el uso de materiales menos procesados, como la piedra que, al proceder de la tierra, permite que su extracción sea directa, por lo que no necesita ningún proceso industrial; otro es el bambú, que absorbe en un año, hasta 21.41 toneladas de CO2, y que en palabras del biólogo Emilio Mendoza Avilés: “es un recurso estratégico para los países industrializados que combaten los efectos negativos del cambio climático, así mismo, […] puede ser una herramienta para el almacenamiento de carbono a gran escala” (https://shorturl.at/ceNQ5); también las pinturas ecológicas hechas con cola vegetal, cal, silicato potásico y arcilla, las cuales, en contraste con la pintura convencional, no derivan de compuestos orgánicos volátiles producido por químicos y sintéticos petroleros; y, finalmente el concreto hecho con desechos de celulosa y ceniza de caña que, según un estudio emprendido por un grupo de investigadores de la Universidad del Papaloapan, tiene una resistencia 300% superior al concreto tradicional.
El empleo de estos materiales hace frente a sectores de la construcción que tienen un fuerte impacto negativo sobre el ambiente natural y la salud humana, como lo es el caso de las ladrilleras y la industria del cemento. En el artículo “Revisión del impacto del sector ladrillero sobre el ambiente y la salud humana en México” (2022), se demuestra que “las zonas ladrilleras presentan altos niveles de contaminación ambiental y existe un vacío de los efectos en salud en estas poblaciones” (https://shorturl.at/gnDK6). No está de más señalar que la producción del cemento es responsable de entre el 4% y el 8% del CO2 mundial; superado únicamente por la del carbón, el petróleo y el gas, como fuentes principales del efecto invernadero.
Un ejemplo de aplicación de la arquitectura sustentable se encuentra en las construcciones de la Escuela Rural Productiva, ubicada en Tepetzintla, México. Este espacio es el resultado de la colaboración entre las arquitectas que conforman el Comunal Taller de Arquitectura y los estudiantes del Bachillerato Rural Digital No.186, quienes, al tomar el Taller de Capacitación Técnica en Bambú y bajo la asesoría del colectivo, lograron construir este lugar con el empleo de materiales locales. También otros grupos de arquitectura como Colectivo MX y Colectivo C733 dan cuenta de una forma innovadora de adoptar el uso de nuevos recursos de construcción en nuestros espacios arquitectónicos los cuales pueden integrarse a nuestro entorno natural.
Lo anterior da cuenta de la importancia de replantear los métodos y los materiales de construcción que se han empleado en el paradigma tradicional de la arquitectura, en beneficio de nuestros ecosistemas.