Sr. Director:
En relación con la denuncia penal en contra de Martín Orozco Sandoval, leo en
“La Purísima… Grilla”, el señalamiento, muy acertado desde mi punto de vista, de
que hasta el momento nadie ha precisado a cuánto ascendió el menoscabo patrimonial causado al municipio o el enriquecimiento ilícito alcanzado por el ex-presidente
municipal. Personalmente, tengo otras inquietudes que quiero poner a su consideración:
1.- Si efectivamente se cometió un delito patrimonial en contra del municipio, ¿por qué
denuncian dos regidores a título particular, y no el Ayuntamiento como ente jurídico? Y
en tal caso, ¿no incurre por lo menos en responsabilidad administrativa el servidor público
que, debiendo presentar u ordenar la presentación de la denuncia, no lo hace?
2.- Si realmente fue ilegal la transmisión de la propiedad del inmueble, del municipio a un
particular y de éste a otro particular (la asociación constituida por Martín Orozco), ¿no
sería pertinente que el propio Ayuntamiento iniciara un proceso civil para anular esos
actos y recuperar la propiedad del predio que “indebidamente” se enajenó? Y si ya se
inició este proceso, ¿por qué no lo ha cacareado tanto como la denuncia penal? ¿Por-
que no es tan “sabroso”?
3.- A los participantes de este enredo que han acudido a los medios diciendo que Orozco
cometió “un robo en despoblado” sin decir (y sin saber) qué cantidad de dinero se embolsó,
y a los que dicen que la denuncia no tiene trasfondo político, no sé muy bien en dónde
encasillarlos: o son tan ilusos que de veras creen que nos tragamos el cuento, o son tan
cínicos que lo que menos les importa es que nos lo traguemos. En uno y otro caso, es
deprimente que quienes pretenden representarnos y gobernarnos exhiban tanta bajeza
intelectual y moral.
4.- Martín Orozco también es un iluso o un cínico si pretende que creamos que, entre todos los predios disponibles en el municipio, no había ninguno otro con las características
que él deseaba. Es decir, que también aquí hay intereses que (por algo) no quiere revelar.
Sin embargo, creo que de todo lo que se ha ventilado, podríamos hablar de actos oscuros
y éticamente censurables, pero no de delitos.
Atentamente
Martín González