El pasado 12 de febrero en un foro ciudadano sobre la seguridad en Campeche, Campeche, una de las personas del público pidió la palabra y dijo que el Ejército, la Marina y la Guardia Nacional habían fracasado en su tarea.
Argumentó que estas fuerzas, desde la llegada del actual gobierno, se hicieron cargo de la seguridad pública, no solo de la seguridad nacional, y en el tiempo que llevan no habían podido reducir los niveles de violencia sino que estos se han incrementado.
Esta persona tiene toda la razón, y los actuales niveles de violencia se mueven en los mismos registros del último año del gobierno del presidente Peña Nieto, que sumaron 36 000 homicidios dolosos.
En los primeros cinco años del gobierno del presidente López Obrador, se han producido más de 170, 000 homicidios dolosos con un promedio anual que ronda en los 36, 000 y una tasa de mortalidad de 28 homicidios por 100, 000 habitantes.
Con estos datos se puede decir, a lo mucho, que los crímenes dolosos no han aumentado, teniendo como referencia el último año de Peña Nieto, pero no se han reducido y continúan iguales.
Entre las razones que explican el fracaso de las Fuerzas Armadas está la estrategia de seguridad diseñada por su comandante en jefe, López Obrador, que se sostiene en dos grandes principios: no usar la fuerza pública porque esta genera más violencia y abrazos y no balazos.
Esta estrategia, con la que no están de acuerdo altos mandos en activo del Ejército, de la Guardia Nacional, brazo de éste, y de la Marina explican, sin duda, parte del fracaso. Por instrucciones de su comandante en jefe, las Fuerzas Armadas no combaten al crimen organizado, lo dejan hacer.
La estrategia ha propiciado que se recrudezca el enfrentamiento entre los distintos cárteles y los 176 grupos delincuenciales registrados en el país. Entre todos hay una disputa abierta por el control del territorio, las Fuerzas Armadas no hacen más que observar la confrontación entre estos.
Las Fuerzas Armadas, en el marco de la estrategia, no realizan trabajo de investigación y prevención. Solo se hacen presentes en el lugar una vez que estalló el conflicto y se reporta el asesinato de personas, por parte del crimen organizado, o como resultado del enfrentamiento entre los grupos delincuenciales.
Se podría también argumentar como razón del fracaso que las Fuerzas Armadas, todos los integrantes de la Guardia Nacional son soldados, no están capacitadas para actuar como policías, no saben realizar ese trabajo que requiere de un adiestramiento y capacidad específica que no tienen.
Ser militar y policía no es lo mismo, son perfiles personales y profesionales muy distintos. Para hacerse cargo de la seguridad nacional se requieren militares y para garantizar la seguridad pública es necesario policías altamente capacitados, bien remunerados y con buenas prestaciones de trabajo.
El fracaso de las Fuerzas Armadas ahora responsables de la seguridad pública, se expresa, como lo dijo el ciudadano de Campeche, en que no han podido reducir los niveles de violencia y el número de los homicidios dolosos. En el marco de la actual estrategia seguirán fracasando.
@RubenAguilar