Los pueblos indígenas frente al extractivismo en el Estado de Guerrero; una lucha por la vida | por Daniela Alanis Hernández y Victor Hugo Salazar Ortiz - LJA Aguascalientes
23/11/2024

La onceava conferencia del Seminario Permanente de Ética Ambiental y Animal organizada por el Departamento de Filosofía de la Universidad Autónoma de Aguascalientes fue celebrada el pasado viernes 8 de diciembre del presente año. La plática de esta ocasión fue impartida por el Mtro. Raúl Avelino García, Doctorante en Filosofía e Historia de las Ideas, quien nos habló acerca de “Los pueblos indígenas frente al extractivismo en el Estado de Guerrero; una lucha por la vida”.

La ponencia abordó cuatro puntos principales: (a) biodiversidad y deterioro en América; (b) pueblos ancestrales y biodiversidad; (c) extractivismo en la región montaña de Guerrero y (d) caso de San Miguel del Progreso. Respecto al primer tema, el Mtro. Avelino explicó que la diversidad biológica tiene una función en los procesos climáticos de todo el planeta; por ejemplo, contribuir al reciclaje natural, purificar el aire, polinización, etc. Al respecto señaló que, dado que América Latina posee una gran biodiversidad y riqueza en variabilidad genética, esto convierte a nuestro continente en un punto clave dentro del ciclo biológico de la Tierra, misma razón por la que el deterioro de sus áreas naturales tendrá consecuencias que llegarán más allá de sus fronteras. Esto se debe, como lo indican algunos estudios, a que la presión sobre el medio ambiente se ha incrementado debido al consumismo y el aumento de la población, provocando la reducción de los bienes naturales, mismos que se les da el nombre de reserva como si la naturaleza solo fuera un almacén para cubrir las necesidades humanas de las grandes metrópolis. Aquí es donde entran en escena los pueblos indígenas, pues, la mayoría de las áreas mejor conservadas a nivel mundial han sido protegidas por pueblos originarios, ya que ellos siguen viendo a la naturaleza como su hogar, la que los dota de lo necesario para poder subsistir. Esta no es algo ajeno, como lo es para los habitantes de la ciudad, por el contrario, es un hábitat que debe ser compartido fraternalmente con todas las especies vegetales y animales que cohabitan con ellos. 

Como indicó el investigador, la relación que la sociedad capitalista ha construido con la naturaleza es una de dominio, opresión y explotación; es decir, el capitalismo es incompatible con el ambiente porque representa para este solo un objeto del que se pueden obtener ganancias, además de que su dominio, de acuerdo el Mtro. Avelino, “incluye inevitablemente el dominio de los hombres”. Esta relación agudiza la explotación laboral y el desplazamiento de la población que habita en sitios que son de interés para “las oligarquías capitalistas y los gobiernos que permiten la voracidad del corporativismo multinacional”. En este sistema, la naturaleza constituye una fuente inagotable de acumulación de capital económico y de propiedad privada, pero esto conduce al ecocidio, figura que ya aparece en las leyes y constituciones. En este sentido, sale a relucir que las leyes no son neutrales, pues parece que siempre están a favor de aquel que tenga poder económico, aun así, existen movimientos impulsados por los pueblos ancestrales que le han hecho frente a los abusos de poder de estas entidades y han logrado detener, de manera local, sus intenciones de apropiación, convirtiéndose así en paradigmas de la defensa en la vida en el planeta.

A continuación, el Mtro. Avelino comenzó el segundo tema explicando que México es uno de los más megadiversos del mundo, lo que lo convierte en un foco para el extractivismo en busca de materias primas, en especial de sus minerales. Si bien se ofrecen muchos territorios en bandeja de plata a las empresas, son aquellos donde habitan los pueblos indígenas los que suelen ser los más conservados. ¿No basta esto para voltear a ver a estos pueblos y aprender de su concepción de la vida, diametralmente opuesta a la visión occidental capitalista de desarrollo donde lo único que importa es el derroche? El ponente opinó que esta forma de ver el mundo se debería acuñar a nivel regional y nivel país, por el cuidado del medio ambiente, de nuestro hogar, además de promover la inclusión y el respeto por los indígenas, quienes tristemente “viven en un país inexorablemente racista, que los orilla y los despoja y los mira con descrédito”, aunque “los esfuerzos epistémicos y políticos nos están obligando a ver de otra manera estas regiones”.

A pesar de que los efectos del calentamiento global son claros, no se le da la importancia debida desde el ámbito político, por el contrario, a quienes alzan la voz les juzga como “románticos” que hablan de sueños imposibles de lograr. A pensadores como Descartes y Newton, que promovieron el antropocentrismo y defendieron que el hombre debía dominar a la naturaleza, no se les critica; en cambio, a estos pobladores se les ha llamado “seres irracionales, sin inteligencia, subdesarrollados”. Aquí, el investigador lanzó la siguiente pregunta: “¿Quiénes, en este sentido, serían ‘superiores’: quienes propugnan por el desarrollo del mundo a pesar del daño, o quienes están a favor de su protección desde hace milenios?”.

Prosiguiendo con el tercer punto, el maestro nos explicó que la región montañosa de Guerrero tiene una gran riqueza natural y mineral, por lo que empresas canadienses han puesto la lupa sobre ella. Entre el 2005 y 2010, el gobierno federal otorgó 200 mil hectáreas de territorio indígena a empresas extranjeras con la esperanza de que trajeran desarrollo para el país. Sin embargo, “al no tomar en cuenta la opinión de los pueblos, se violó el derecho a la consulta”, por lo que el lenguaje del derecho se volvió pertinente; los pobladores se dieron cuenta de ello y comenzaron la defensa del territorio, pues estaban seguros de que estos proyectos traerán daños y no beneficios.

Al respecto de esto, el Mtro. Avelino expuso el cuarto punto, apoyado de un informe del 2016 aportado por el Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, el caso de San Miguel del Progreso, pueblo indígena tlapaneco que se defendió contra las empresas mineras. En el año 2011, se corrió el rumor en la comunidad de que su territorio sería concesionado para ser explotado por una empresa minera, pero no es sino hasta el 2013 que recibieron la notificación oficial, después de que los pobladores solicitaron la aclaración ante las autoridades. La comunidad impugnó esta decisión, lo que dio paso a un largo proceso para lograr detener del proyecto. La lucha contra el gobierno, que demostró ser un lacayo del sistema extractivista, llegó a su fin cuando las empresas desistieron para evitar la revisión de la constitucionalidad de la ley minera. En 2017, se declaró el amparo ante la libertad de terreno, por lo que el territorio quedó blindado de cualquier intención extractivista; a pesar de ello, las amenazas siguen latentes, pues, hasta la fecha, sólo se han cancelado 22 concesiones de las 44 que existían en toda la región de la montaña. Aun así, la comunidad sigue luchando, siendo el único caso de tal impacto a nivel nacional.

El Mtro. Avelino terminó su intervención señalando que “los pueblos indígenas son un ejemplo de cómo vivir en armonía con la naturaleza”. Además, indicó que es fundamental comprender cuál debe ser la relación del ser humano respecto a la naturaleza para evitar toda forma de ecocidio y destrucción. Les recordamos que la grabación de esta plática la pueden encontrar en el canal de YouTube Seminario Permanente de Ética Ambiental y Animal con el siguiente link: https://youtu.be/G5IypQn9Yi0?si=nmsCfLSRBenqpo6C



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