- Es necesario hacer un trabajo constante de planeación hasta lograr el financiamiento
- Tanto en el DF como en los estados hay formas de conseguir el dinero necesario
Quien no hace cine es realmente porque no quiere, fue el argumento en el que coincidieron los productores invitados a discutir sobre el tema del financiamiento y desarrollo de la industria cinematográfica del país como parte del Festival Internacional de Cine, que fue inaugurado este miércoles pasado, en su sede del auditorio Doctor Pedro de Alba, de la Universidad Autónoma de Aguascalientes (UAA).
Para hablar del aprovechamiento de los recursos económicos para el cine participaron en la mesa, Édgar Barrón, productor de la película Mi último día, Mitzuko Villanueva, de la película La noche del pirata, Juan Pablo Cortés de Martín al amanecer y Ximena Urrutia.
Todos ellos coincidieron que incluso quienes realizan cine desde los estados tienen muchas posibilidades para hacer películas, tanto aludiendo a los fondos gubernamentales a nivel estatal, como nacional e incluso en la iniciativa privada que parece siempre un ámbito más difícil, pero en realidad un productor debe fomentar sus relaciones públicas de forma tal que sea capaz de tener varias puertas abiertas para hacerse de recursos que inyecte no sólo para la realización del filme sino para continuar una labor aún en el proceso de distribución.
Ximena comentó su experiencia como productora de documentales, desde su perspectiva aunque efectivamente hay falta de equipo en algunos estados que debe conseguirse en otros lugares, sin embargo quien no hace cine es porque realmente no quiere, la contraparte es estarse quejando todo el tiempo sin buscar otras alternativas incluso en el extranjero a través de las instancias, asociaciones o grupos de cineastas en otros países, interesados en generar alianzas.
Por su parte Édgar Barrón, originario de Nayarit dio la perspectiva de lo que implica vivir en un estado donde no conocen lo que es un cortometraje y él se vio en la necesidad de salir de su ciudad de origen para hacer algo de cine, aunque ahora ha vuelto en varias ocasiones para realizar varios proyectos.
Para ellos además de conseguir un presupuesto para un filme, los productores deben encargarse de hacer rentable al momento de la distribución el trabajo logrado con lo que ayudan al mismo tiempo en generar o fortalecer una industria cinematográfica. Donde por una parte se piense en producciones de arte para participar en festivales y ser exhibidas para públicos más específicos y al mismo tiempo producciones que se ubiquen más fácilmente dentro del ámbito comercial.
Dependiendo de cada película, el productor debe ingeniarse las rutas para conseguir el presupuesto necesario para la realización, no en todos los casos es igual. Existen las opciones de las becas, los fondos, el apoyo de los gobiernos locales, las empresas, pero para cada caso las posibilidades son distintas.
Aunque no ahondaron en el tema de la distribución o la exhibición, sí criticaron el diez por ciento de espacio que por default tiene el cine mexicano dentro de las cuatro mil 500 salas de exhibición que existen en todo el país; mientras que una película mexicana circula con 60 copias, Harry Potter llega a México con 900 copias.
Esta fue la segunda mesa de lo que denominaron el congreso de cine donde abordaron el tema del cine en Aguascalientes, la producción en México, la prensa cinematográfica, el cortometraje en México, el cine latinoamericano y los actores mexicanos. Además de la proyección de largometrajes programadas por las tardes y este sábado con un homenaje para Alberto Estrella.