Uno de los incentivos más importantes para los mediadores de las 100 salas de lectura que funcionan en Aguascalientes fue la entrega de acervos de libros tanto editados por CONACULTA como por otras editoriales, esto repuntó su nivel de actividad y entusiasmo. Fue un acervo de entre 100 y 105 libros muy completo y variado, entregados a mitad de año, que les trajo un nuevo aire. Este ciclo lo cierran con algo de incertidumbre por los cambios de autoridades a nivel estatal pero seguros de que su labor va más allá de sexenios, contó en entrevista Mariana Torres, quien es actualmente la coordinadora de las salas de lectura.
“Se hizo una labor de diagnóstico, de entrevistarlos y buscarlos, una de las cosas que más decían era la cuestión del acervo, esto inyectó energía, inyectó entusiasmo”.
“Hace unos días tuvimos una reunión y yo les comentaba pues que van a venir cambios, no sabemos bien a bien que va a suceder, una de las cosas que me dio mucho gusto es que ellos están muy claros en que independientemente de lo que suceda el trabajo que ellos están haciendo va a continuar porque eso no depende de administraciones, ni de sexenios, esto habla de que las salas están en un segundo aire”.
Hubo durante este año también integración de varias personas en los casos donde hubo mediadores que dejaron sus salas de lectura “huerfanitas”, estos espacios quedaron para nuevas personas integradas a continuar el trabajo que se venía realizando. Este espíritu fresco de los recién llegados generó frescura en el desarrollo del programa.
Los mediadores han tenido por su cuenta la iniciativa de ponerse en contacto con otros grupos e instancias para diversificar sus actividades e incluso están buscando espacios propios de intercambio, cada una de estas acciones les generan a los encargados una sensación de pertenencia y trabajo muy fuerte.
Otra de las motivaciones para los mediadores es que este año con motivo del quince aniversario del programa de salas de lectura editará una publicación de testimonios con quienes han sido los más “chambeadores” del programa que no han quitado el dedo del renglón, esto de alguna forma es un reconocimiento. Es una forma de generar reflexión y autocrítica, propicia que cada uno de ellos haga un alto y piense hacia dónde va.
Del total de las salas de lectura que están en funciones, el 80 por ciento se dedica a niños, las demás se reparten entre estudiantes, amas de casa y profesionistas. Desde el año 2005, en Aguascalientes no se han creado nuevas salas de lectura, este es un trabajo federación-estado y las salas de lectura tienen como objetivo lograr la apertura de más espacios, esto sin contar que hay alrededor de 40 personas que han manifestado su interés por trabajar una sala como esta.
Uno de los mayores problemas que se han visto reflejados en el funcionamiento de las salas de lectura es la constancia con los niños, que de muchas formas dependen de los adultos y la gratuidad de esta actividad cultural muchas veces hace que las personas las desprecien o al menos no les tomen la importancia que en realidad tienen. La lectura es un hábito que debe fomentarse para entonces generar un gusto.
El mérito de las salas de lectura en Aguascalientes es que las salas en los niños han sido una puerta hacia la posibilidad del contacto directo con los libros porque de otra manera este acercamiento es casi nulo; aunque se trabajo en un proyecto de bibliotecas de aula, salvo algunas excepciones, los maestros no hacen uso de los libro para trabajar con los niños. “Ese espacio del aula donde casi de manera obligada debieran tener un contacto con los libros no lo tienen”.
Otro de los logros es que los niños contagien a su familia, por cada niño de una sala hay dos lectores más en cada hogar, esta es una de las formas en como el fenómeno de la lectura se ha introducido en las familias.