Circulan muchos mensajes por la red virtual buscando hacer impacto en la vida real a través de influir en la decisión de voto este 1 de julio. Varios de ellos abusan de cifras para manipular la decisión de muchos con lo que la enorme mayoría cree conocer pero ignora: la economía.
Al igual que varias presentaciones en Power Point que se difunden con gráficas, fotos, y muchos datos, el video titulado ¿Votaras por Percepción o por Razón? es una de estas trampas informativas. La gente lo retransmite y difunde viralmente al creerlo honesto y válido, pero en realidad crea mayor confusión, engaña.
Poseer datos no implica necesariamente poseer información. Se llama sofisma a la razón o argumento aparente con que se quiere persuadir o defender lo que es falso. Por partes, estos son los principales sofismas.
Afirma que México no está tan mal después de 12 años de gobierno panista, el desempleo no llega a las cifras de otros países. Es falso que el desempleo en México sea del 6 o 7%, menor que el de España que rebasa el 20%. El desempleo en España se calcula de forma distinta a como se hace en México. Utilizando la metodología del INEGI para más o menos ser comparable con la europea, debe sumarse tres cifras: la de desocupación abierta, la del subempleo y la de las condiciones críticas de empleo. De esta manera, el desempleo en México asciende a 25% al primer trimestre de 2012
Asegura que gracias a la política económica, la inflación es más baja en estos 12 años que en los 20 años precedentes. La inflación en México no ha cedido por mejora de la economía, sino por una argucia técnica que nos provoca más daño. A una persona con fiebre no se le puede calificar como sana cuando le ha sido bajada la temperatura con hielos sin haber combatido la infección que provocó la fiebre. Bajar la inflación controlando el tipo de cambio es similar.
La estrategia “antiinflacionaria” se llama técnicamente anclaje. Esto desnivela todos los precios de la economía. Afecta en enorme medida a los sectores no ligados al sector externo. La inflación parece baja por cuando, por ejemplo, los productos importados suben 1% al año y los productos locales suben 8% al año. De esta manera, si la mitad de la canasta que mide el índice de precios al consumidor, contienen la mitad de importados y la mitad de locales, la inflación promedio será de 4.5% anual. Parece que está bien, pero los productores nacionales pierden ventas, cierran empresas y despiden gente.
El PAN no ha hecho mas que seguir la política económica implementada desde 1987. México adoptó desde entonces los lineamientos dictados por el Consenso de Washington. Ese modelo de política económica es el que causó las crisis de 1994-98 y continúa provocando hasta ahora la transferencia de recursos de la economía real (bienes y servicios) hacia la economía financiera (de los bancos y bolsa).
La situación económica actual es herencia de lo que se hizo en el pasado. La brutal política de shock que implementó De la Madrid y siguió Zedillo (ambos del PRI) provocaron alta inflación y devaluación en los años que gobernaron, pero fueron necesarios para que se estabilizara la macreconomía en los sexenios siguientes. Sin embargo, provocaron distorsiones en la microeconomía que sufre desde entonces toda la gente.
Los gobiernos emanados del PAN no tienen el “mérito” de la estabilidad macroeconómica, pero sí han sido culpables en no corregir los desequilibrios microeconómicos causados por el modelo económico. El empleo en México se ha perdido por culpa de ese modelo económico adoptado por los gobiernos del PRI desde 1981, mismo que pretende continuar en caso de recuperar la presidencia.
La única manera de recuperar los empleos perdidos y generar más a un ritmo acelerado es impulsando la economía local estimulando la demanda interna. Algo que no PRI ni PAN están dispuestos a hacer para no contravenir los acuerdos establecidos con los conglomerados financieros e industriales. Para crecer y generar empleos debe fomentarse el consumo de los productos y servicios hechos en México. Adoptando un proyecto de cadenas de valor ligadas a una o más actividades que funcionen como locomotora. Por ejemplo: Corea del Sur, cuyo ingreso per cápita en 1980 era casi la mitad del de México, apostó todo su desarrollo industrial a surtir con productos elaborados localmente y con tecnología propia a las industrias automotriz y la electrónica. Ahora el ingreso por persona de Corea es ocho veces mayor que el de México.
México necesita un cambio verdadero, comenzando por la eliminación de monopolios, por vía de la mayor apertura a la competencia. Primero, desarticulando con mayor competencia de calidad, el monopolio televisivo y luego, haciendo lo propio en las demás industrias, incluso abriendo el acceso generalizado a nuevas formas de generación de energía, en especial a la renovable.
Esto es lo que significa un cambio de modelo económico. Tres de los cuatro candidatos presidenciales no se han comprometido a cambiarlo.
Sin embargo, lo más importante será que los ciudadanos ejerzamos de forma organizada la fuerza que, exigiendo transparencia, deriva en rendición de cuentas y contraloría social. Ya se comenzó exigiendo a los cuatro candidatos su respuesta a los planteamientos que les presentamos desde la Cumbre Ciudadana www.cumbreciudadana.org. Si queremos políticos de calidad, debemos ser ciudadanos de calidad.
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