- El esfuerzo de PROARTE es muy loable pero está desvinculado
- Los adultos debe ponerle el ejemplo a los niños del gusto por la cultura
A través de la educación artística más que formar creadores debe pensarse en la conformación de públicos que es también una de las funciones de los creadores, ser observadores. Sin embargo, los esfuerzos están aislados, cada instancia hace lo propio y la falta una verdadera vinculación es lo que ha mermado el desarrollo del arte en la educación.
En México y específicamente en el estado la voluntad política no se ve reflejada en los presupuestos, pues de acuerdo a un registro de los recortes publicados en La Jornada en educación y cultura propuestos para el año entrante, aún cuando la titular del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA) insista en lo contrario.
Por otro lado faltan verdaderas políticas transversales dentro de educación y cultura, a nivel federal porque la cultura está subordinada a la Secretaría de Educación Pública (SEP) y por lo tanto no hay forma de imponerle a la Secretaría los programas relativos a la educación artística; a nivel estatal cada quien jala por su lado.
Cada una de las instituciones tiene sus programas, el ICA por una parte, el IEA por otra, no hay la suficiente vinculación, cada quien defiende sus méritos y sus logros; como ejemplo está el caso del teatro escolar en Aguascalientes o la falta de coordinación para hacer que los niños de las escuelas asistan a los conciertos didácticos de la Orquesta Sinfónica, en ocasiones sí hay estudiantes pero no tienen una estructura bien organizada, así opinó Edilberto Aldán, escritor y promotor de la cultura en la entidad.
Tanto las autoridades del ámbito de la cultura como de educación son los que deben sumarse para la conformación de una política cultural transversal y la asignación de presupuesto para el ámbito de la cultura en la educación, pero también debe integrarse la Secretaría de Finanzas o a nivel federal la Secretaría de Hacienda y Crédito Público que son finalmente quienes hacen la distribución de los recursos.
Mencionó también que aprovechando la infraestructura y oferta cultural del estado debieran también desde la educación básica comenzar con la formación de públicos, que los niños y adolescentes desarrollen un gusto especial por la muestra de danza, teatro, música que serían el público potencial cuando sean adultos. Es este también un compromiso de ambas instituciones.
Desde la perspectiva de Edilberto Aldán quien en algún momento fue parte del Programa de Educación Artística (PROARTE) se ha perdido la perspectiva de lo que en realidad debe ser la educación artística.
“De pronto se cree que el Estado, el gobierno tiene la obligación de generar creadores, es ir a darle una hora a los chavitos, una vez a la semana para que aprendan pintura, música algo de apreciación del arte, cuando el enfoque creo que nos podría ayudar sería generar públicos, no necesitamos generar creadores, lo que necesitamos es formar públicos”.
Un público no se conforma con una clase de arte, en una semana. El esfuerzo de PROARTE es muy loable, está muy focalizado en ciertas primarias pero sobre todo es una actividad que está desligada del resto de la dinámica de los niños dentro de las aulas, porque muchos lo consideran como el momento de “descanso” para los niños. La idea es enseñarlo a ver arte, a ser un espectador, generador desde la perspectiva como público.
No hay una relación entre la escuela y el arte, las visitas que se hacen a los museos o a las bibliotecas son cada vez más obligatorias porque en parte los profesores no han fomentado el autodescubrimiento de las actividades artísticas en los niños; “es decir no tienes que poner a un niño frente a un cuadro o frente a una obra literaria o una obra musical, ir a ver un concierto, sino darle la posibilidad de acercarse por sí mismo, de una forma placentera y lúdica”.
El argumento principal repetido en todos los foros para lograr que los niños se integren con la cultura es aprenderlo como un hábito desde su casa, a través de las propias prácticas de los padres de familia, la otra alternativa es una mayor preparación pero sobre todo disposición de los profesores.
“Los maestros regulares de educación básica dejan en manos de agentes externos como los de PROARTE la educación artística, entonces asumir el papel nada más de maestro de matemáticas, de español pues no se puede hablar de magisterios integrales”,
De lo contrario es imposible que un niño diga, a mí me gusta leer porque vi a mi maestro hacerlo o acercarse al arte, es así como los adultos fomentan en los niños las manifestaciones artísticas de una forma cotidiana. En este sentido el compromiso de los maestros es esencial porque son finalmente quienes más acompañan a los pequeños.
Si lo que ven en las demás materias realmente tiene un vínculo con lo que leen, miran. Lo que en realidad hace falta es vincular la educación artística con la vida cotidiana, entender que está en todas partes y ser una guía.
Para él, la cuestión de la educación artística no tiene que ver tanto con la asignación de mayor presupuesto, sino más bien una cuestión de política pública y de política educativa donde los maestros están obligados a hacer ejercicio.