No cabe duda que es en los lugares más extremos donde mejor conviven los distintos, la desgracia común hace que los enemigos al menos se miren a los ojos con algo de compasión y siempre hay manos “amigas” que se tienden o cuando menos hay tiempo para contar las historias y que alguien las escuche. Cada quien su vida es una puesta en escena original de Luis G. Basurto, bajo la dirección de José Claro Padilla.
La obra cuenta la historia de una noche de día último del año, en un cabaret, donde las mujeres venden sus cuerpos, los políticos esconden sus vicios, los inconformes con la vida se embriagan para olvidar y siempre hay un cantinero que busca poner el orden para que todos convivan dentro sin la intervención de la policía.
Cada uno de los personajes es muy peculiar, representa muy específicamente una personalidad y una forma de vida, hay más de una mujer prostituta pero cada una de ellas con un carácter, un pasado y un presente muy distinto; está la mujer entrada en años que siempre quiere contar historias verdaderas o falsas de lo que fue su vida, está la pícara mal humorada, la que es mujer de uno de los clientes y así, todas parecen iguales pero son en realidad muy particulares.
Las historias de esas mujeres mezcladas con las de los hombres que van ahí, para llorar sus penas, desahogarse, evadirse o simplemente pasar un rato ameno, hacen de aquella noche de fin de año una verdadera fiesta que va del llanto por la desgracia y la muerte de Mundo hasta el baile y los abrazos a las 12 de la noche porque es cambio de año.
Es una obra extensa en elenco y tiempo de duración, escudriña en las vidas de todos los personajes en escena y para eso se ayuda en gran medida de los efectos de iluminación; a través de la luz el espectador sabe de quién es la voz en determinado momento.
Para romper un poco la tensión narrativa y como parte de la historia de noche, de un cabaret hay varias intervenciones musicales donde todos los personajes agarran a su propia pareja y disfrutan al ritmo de cumbia o salsa, cada vez que terminaba un baile la historia continuaba en un lugar distinto donde se había quedado antes de la intervención musical.
El escenario es en todo momento el mismo y sin embargo, la narración de la vida de los personajes habla de espacios que no se miran a simple vista pero que cada quien podía imaginarse para hacerse una idea de porqué cada hombre y mujer de ahí enfrente eran de determinada manera.
Esta puesta en escena estuvo sólo con tres funciones en el teatro Antonio Leal y Romero, lo obtenido del costo de la entrada fue para beneficio de la Casa Terán. La última de estas representaciones fue la número 46 pues ya se había presentado durante una larga temporada en el foro alternativo Al Trote.
En este espacio de manera constante se tiene una programación de teatro local y de otras ciudades, este espacio cultural está ubicado sobre la calle Álvaro Obregón 236, en el centro de la ciudad.
