- Son dos actores en escena que viven en carne propia la privación de la libertad
- Están programadas quince funciones de la obra, en el foro Tercera Llamada
Cuando en la historia se trata de la defensa del honor, lo mismo da si lo discuten dos presos en una minúscula celda de una prisión es La Isla que en la condena de Antígona. El espíritu ávido de libertad se defiende de igual forma, es capaz de recrear lo inexistente. Una profunda reflexión que nace desde los abismos es justamente la que pone en juego la obra de teatro La Isla con las actuaciones de Rodrigo Pérez y Beto Béjar, bajo la dirección de Ian Hoppenstedt.
La noche de ayer este grupo de jóvenes hizo el pre estreno de su obra La Isla que narra la historia de un par de presos que se conocieron justo después de ser sentenciados, lo que sigue luego de ese primer encuentro es una serie de desafortunados hechos que sólo podrían ocurrirles a dos hombres que por la defensa de sus ideales han sido condenados a prisión.
Un hecho que pareciera lejano porque los presos políticos son parte de la historia de muchas latitudes es en realidad una discusión que sigue vigente a cada segundo de la vida, en cualquier parte del mundo donde las personas se encuentren, qué pasa cuando es mucha la desesperación, cuando las emociones y los sentimientos se viven al límite.
Esta es una de esas historias donde las ironías y la actitud despectiva de un ser humano hacia otro causa gracia por principio, pero en cuestión de segundos se convierte en un momento de llanto o cuando menos de silencio profundo, de esas ocasiones donde el pecho se vuelve un hueco y en él caben revueltos miles de pensamientos.
La pérdida de la libertad figurada o explícita ha sido desde siempre para el ser humano un estado que gusta de representar porque a través de él aflora el amor más cercano y el odio más explícito, los mejores amigos pueden declararse sin temor a equivocarse un desapego que ralla en el desconocimiento y ambos polos desgarran el alma.
Sólo dos actores, una escena físicamente diminuta igual que la celda donde están los presos, un público que está a dos pasos para cualquiera de los costados del escenario, muchos pares de ojos mirando desde ahí abajo esperando encontrar esperanza o muerte, pero no zozobra, pero eso no le toca decidirlo a los presos. Ellos sólo cuentan los días y hay alguien más que tiene el poder de decisión incluso sobre sus vidas.
Esos personajes principales tienen un nombre John y Winston que a través de compartir el mismo espacio comparten una profunda amistad, luego de tres años de estar juntos en la misma celda, John recibe la noticia de que le quedan tres meses en ese lugar, sin embargo Winston estará recluido el resto de su vida porque cumple cadena perpetua, aún con los pesares a ellos les queda ánimo para mostrar a los demás presos la puesta en escena, El juicio y castigo de Antígona.
La Isla estará en escena durante quince funciones programadas para los días jueves, viernes y sábados a las 8 y media de la noche y los domingos a las siete de la tarde, el costo de entrada es de 50 pesos con un descuento de 35 pesos para maestros, estudiantes e INSEN.
