Este fin de año se van a cumplir 30 años del levantamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), que el pasado domingo 12 de noviembre anunció que cambia su estructura organizativa en los territorios que ocupa en Chiapas.
Es su respuesta a la crisis de inseguridad y violencia que enfrenta la región. En versión de las autoridades zapatistas de Chiapas están en un completo caos y señalan que “las presidencias municipales están ocupadas por lo que nosotros llamamos sicarios legales o crimen desorganizado”.
En las principales ciudades “hay bloqueos, asaltos, secuestros, cobro de piso, reclutamiento forzado, balaceras. Esto es efecto del padrinazgo del Gobierno del Estado y la disputa por los cargos que está en proceso. No son propuestas políticas las que se enfrentan, sino sociedades criminales”, en clara referencia a las elecciones de 2024.
El Estado más pobre de México, dice Pablo Ferri, periodista de El País, que como nadie cubre lo que acontece con el movimiento zapatista, sufre el enfrentamiento entre organizaciones criminales en la parte fronteriza con Guatemala, en la selva Lacandona, en la región de los Altos y en la zona de Palenque.
Y añade que el tono de los mensajes del EZLN es de desesperación. Ellos sostienen, en tono alarmante, que el capitalismo, está como loco, robando y destruyendo. En el futuro “vienen muchas desgracias, guerras, inundaciones, sequías, enfermedades, y en medio del colapso tenemos que mirar lejos”.
En su comunicado del pasado domingo, el EZLN informa a través del subcomandante Moisés, “la desaparición de los Municipios Autónomos Rebeldes Zapatistas y las Juntas de Buen Gobierno”, conocidos como caracoles, las bases civiles del movimiento.
Y anuncia que la nueva organización del zapatismo en las comunidades se centra en lo local. La nueva estructura del movimiento se basa en Gobiernos Autónomos Locales (GAL). Se establece un GAL en cada comunidad donde habitan bases de apoyo zapatistas.
Los GAL, que son el núcleo de la autonomía, serán coordinados por los agentes y comisariados autónomos y están sujetos a la asamblea del pueblo, ranchería, comunidad, paraje, barrio, ejido, colonia, o como se autonombre cada población.
Es responsabilidad de los GAL “buscar la forma de cumplir con sus necesidades en Salud, Educación, Justicia, Alimentación y las que se presenten por emergencias ocasionadas por desastres naturales, pandemias, crímenes, invasiones, guerras, y las demás desgracias que depare el sistema capitalista”, según el comunicado.
“Esta nueva etapa de la autonomía se hace para enfrentar lo peor de la Hidra, su bestialidad más infame y su locura destructiva. Sus guerras e invasiones empresariales y militares”, señala el subcomandante Moisés en el comunicado. Habrá que dar seguimiento al impacto de esta nueva estructura organizativa.
@RubenAguilar