- En Italia la tradición de las familias de titiriteros son patrimonio de la Humanidad
- Es una familia de titiriteros de carpa aguascalentense que va de feria en feria
De acuerdo a los vestigios históricos, la mayoría de las carpas de títeres se acabaron después de sufrir un incendio por accidente, en parte por aquellas catástrofes y en otra parte porque el peso de la historia se las fue llevando, las carpas se acabaron, sin embargo en Aguascalientes, existe un prodigio que debiera ser considerado patrimonio de la humanidad, la familia Flores.
Diego Ugalde fue quien participó en el proyecto La niña que mira desde la ventana, como parte de la inauguración de la obra impartió una conferencia donde habló de su experiencia con los títeres. Su principal preocupación antes de incluirse en este proyecto, fue saber si existía un vestigio de la tradición de títeres en el país, por eso su hallazgo más importante fue justamente el que encontró en Aguascalientes, con la familia Flores, que durante el tiempo de feria montan su carpa en el área de juegos.
Para los titiriteros la parte más importante de un títere es su alma, muchos son de espíritu fuerte o de alma delicada, no son los incendios lo que termina con ellos sino el olvido, por eso es que se vuelve tan valiosa la existencia de una carpa de títeres en medio de la “decadencia” de la cultura comentó Ugalde en su conferencia.
Los Flores, están dedicados a los títeres desde 1865, este oficio ha pasado de generación en generación, lo mismo están en Aguascalientes que en otras ferias contando la historia de la Virgen de Guadalupe, Lupillo Rivera, El barzón, hablan de historias que comúnmente la gente ya no cuenta, son un tesoro nacional.
Quienes se dedican a esto de los títeres, ya sea para fabricarlos o estudiarlos saben que en la mirada de cualquier titiritero hay una luz como la de los enamorados cuando mira sus “muñecos”, por esta razón se vuelve esencial hablar de los títeres y de quienes les dan vida porque hay miles de historias que las personas desconocen sobre ellos.
Hasta antes de encontrarse con la magia de los hermanos Flores y aún a pesar de ellos, para Diego los títeres mexicanos son como los jaguares, porque en ambos casos es prácticamente imposibles verlos en su hábitat natural, el jaguar está en el zoológico y el títere en el museo.
En este país, las únicas dos familias representativas por su participación en la tradición titiritera fueron los Rosete Aranda y los Carlos Espinal, ambas familias del siglo pasado dedicadas a ir por las ferias, aunque se intuye que no fueron solamente ellos quienes estaban dedicados a este oficio, sin embargo no hay registro histórico de los demás.
Diego se había ido al extranjero, particularmente a Italia para introducirse en el estudio de los títeres en cierta medida porque creía extinta esta práctica en México, por una “coincidencia” se cruzó en el camino de Sandra Rosales, quien lo invitó a participar en un proyecto relacionado con el tema para el que era necesario investigar para documentar el antecedente inmediato. En el proceso contaron con el apoyo de Zenaido Muñoz, que les dio luz sobre la existencia de una familia de titiriteros que se ponen durante la feria nacional de San Marcos.
Bastó esta referencia para que ambos fueran en la búsqueda de la carpa de la que incluso dudaron de su existencia porque no fue fácil localizarla, pero cuando de pronto en medio de la zona de los juegos mecánicos descubrieron una carpa a rallas, azul y amarillo, ambos se quedaron maravillados.
En algún momento esta misma familia fue descubierta también por Carmen Lozano en La Jornada Aguascalientes, que en la edición del 22 de abril del 2010, escribió:
“La tradición de la familia la gestionan hoy en día, los dos hermanos de Víctor, su tío y su padre. Cuentan que su vida discurre de feria en feria. La de Aguascalientes es de obligada referencia y asisten cada año. La familia es aguascalentense y recuerda con satisfacción cada vez que vuelve a casa. Sin embargo, son pocos los días que dedican a estar cerca. El trabajo los lleva a vivir recorriendo kilómetros en la carretera”.