- Este es el segundo concierto del VI Festival de música de cámara
- Además de la variedad en la música, ofrecieron gracia en sus intervenciones
Quién dijo que los músicos que interpretan música clásica no pueden ser un poco “irreverentes” como una forma de crear un estilo y de lograr la intervención de las personas a través del humor, de acciones que parecen inesperadas, que no lo son, pero aún así producen una sonrisa o una carcajada para después escuchar un quinteto de metales que por momentos por la variedad de los sonidos parecen una orquesta completa, ellos fueron Metales M5, en el segundo concierto del Festival de música de cámara en su sexta edición.
Por segunda ocasión, las amplias posibilidades de la acústica del teatro Víctor Sandoval favorecieron las opciones de disfrutar el sonido de esos alientos mágicamente interpretados por cada uno de los cinco integrantes de esta agrupación que anunció no es la primera vez que visita Aguascalientes.
Desde el principio de la velada se fueron marcando las posibilidades creativas de este concierto cuando aparecieron los músicos con un atuendo de personajes de la edad media, enormes pelucas y jugando entre sí para elegir cual era de cada quien, este juego de ir y venir terminó con cada uno de los músicos en un lugar específico para interpretar su propio instrumento. De ahí en adelante cada una de las piezas musicales requirieron un vestuario específico, más adelante se apagaron en su totalidad las luces del escenario y sólo quedó en el centro la luz de unas veladoras al centro, donde cada uno de los músicos llevaba encima unas largas capas negras de satín.
El espacio cambio de manera definitiva tanto en los tonos de la música como en las características del lugar por la iluminación, la luz volvió al centro de la escena y el ritmo se modificó. Después del tiempo del intermedio al momento de salir nuevamente al escenario, los músicos volvieron a sorprender al público que empezó a buscar con movimientos de cabeza de donde venía el sonido característico que anunciaba a la Pantera Rosa. Los músicos todos de negro, con una cola rosa y con tonos de blues que hacen recordar otros tiempos cuando esta era aún un dibujo animado sin sonido.
El anuncio anterior antes del intermedio fue que dentro del repertorio de la noche iban a interpretar piezas alusivas a algunas películas, enseguida de la Pantera rosa se escuchó la música característica de Star Wars que ha sido interpretada por diversos grupos y de igual manera hace volar por el espacio la imaginación de quienes la escuchan porque finalmente suena al universo.
Un momento muy emotivo para la noche fue cuando los músicos para interpretar una pieza se dividieron y empezaron a tocar entre el público; sólo se sabía la postura de cada uno de ellos por la luz que desde el escenario los distinguía en cada uno de sus puntos; las personas observaban en primera instancia al músico que les toco de cerca y luego buscaban entre la gente a los demás integrantes, seguro a más de uno le pasó que para escuchar la pieza completa con los demás sonidos debía cerrar los ojos para no sólo escuchar al músico que tenían más de cerca.
Luego de eso interpretaron un tango de Astor Piazolla donde nuevamente se dejaron ver la cantidad de posibilidades de los metales por la variedad de los sonidos que le dieron a ese tango los matices propios de esta música que refleja pasión, desgarre y hondura; finalmente estaba previsto en el programa ya anunciado que el grupo terminara con música mexicana que desde el principio los asistentes seguro esperaban porque al fondo del escenario había unos sombreros típicos que esperaron durante toda la velada para ser el cierre con broche de oro.
El tercer concierto programado para esta sexta edición del festival es del cuarteo José White, que será también en el teatro Víctor Sandoval, a las ocho y media de la noche, con un costo de entrada de 20 pesos, ellos han estado ya en varias ocasiones como parte del repertorio de conciertos de este festival.