Ingresan con una actitud de niño los adultos para poder ver Amoratado - LJA Aguascalientes
23/11/2024

  •  Títeres y marionetas divirtieron a adultos, los hicieron llorar de la risa
  •  En cada uno de los personajes había muchas diferencias entre sí
Amoratado se presentaba en el programa como un espectáculo de títeres para adultos, cualquiera pudiera por principio cuestionarse porque para los mayores y no para todos, será que toman temas que los pequeños no pueden ver, no entienden o simplemente es que a los grandes también en momentos les gusta ser pequeños, conmoverse, reírse y sobre todo darse cuenta que con personajes como la Parka hay poca diferencia entre la risa y el llanto.
 
La mayor habilidad de Marcelo Peralta para seducir al espectador sin una sola palabra parece ser el movimiento de las manos que se vuelve vida independiente de él, vida en una mujer, en una bruja que de un salto se monta en su escoba para irse de viaje o una mujer que seductoramente se convierte en flor y termina por devorarse a un curioso que se acerca de más.
 
La primera etapa de las historias de Amoratado fue en un espacio más onírico y apartado de la realidad que las de la segunda sección, con mínimos elementos, poca y variada luz para cambiar los estados y dar matices a los movimientos elegantes de las marionetas y los títeres.
 
El silencio se rompió sólo en un par de ocasiones cuando Marcelo presentó a los personajes que fueron parte de cortas historias de reflexión, amor, vida y muerte, las historias parecen sencillas, los personajes también lo son. Un escultor hecho de una mano con un guante blanco y con unos ojos enormes moldea su pieza, parece de mármol, aunque en realidad es otra mano con un guante blanco; su creación termina siendo él mismo.
 
Cada acompañante del argentino tenía su propia personalidad. De origen es el mismo creador, son los movimientos del mismo artista, pero los rostros, los brazos, el material en el que están moldeados sus cuerpos son muy variados. Los adultos entonces tienen que dejar de ser serios, formales o cuadrados para volverse moldeables, capaces de reírse de cosas tan sencillas como que un títere se da cuenta de que lo es, primero le causa sorpresa, algo de tristeza y finalmente le da risa.
 
La Parka estuvo sentada todo el tiempo en el escenario disimulando que lo era, de principio parecía un hombre de espaldas puesto en cuclillas, pero de pronto se desdobló y se volvió una mujer de rebozo que lloraba y lloraba por la muerte de su madre, la muerta decía acordarse de que cuando niña le cantaba una canción y quería escucharla de nuevo pero a causa del fallecimiento de esa mujer tuvo que ser ella quien recordó tarareando, fue ahí cuando empezó el llanto, el que al final se convirtió en risa.


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