Rápidas variaciones de naturaleza desconocida es uno de los libros de Edilberto Aldán que al estar a la venta en una librería según dijo Luis Cortés deberían tener una advertencia como “no abra este libro en el trabajo o si tiene que levantarse temprano” porque él es de las lecturas que una vez iniciada no se puede dejar hasta terminar, como una adicción de esas que engrandecen el alma.
Edilberto estuvo acompañado en la mesa por dos amigos, pero sobre todo como él lo reconoció por dos buenos lectores que durante las noches de creación a través del Messenger son quienes reciben sus cuentos, los devoran y luego hacen sobremesa de las impresiones que les causó el proceso de digestión y que en gran medida tuvieron oportunidad en esa noche de exponer frente a todos los presentes para escuchar la disertación sobre Rápidas variaciones.
Desde la apreciación de Luis Cortés, Aldán es lo mejor que le ha pasado en su vida como amigo y dentro de la narrativa de Aguascalientes es también una de las mejores cosas que ha sucedido en el estado. Para Joel Grijalva el elogiar el texto más reciente del escritor no es sólo cuestión de buen gusto para una noche de presentación, es realmente una manifestación resultado de una apreciación luego de una lectura.
Grijalva generalmente al ser parte de una presentación hace referencias cinematográficas, este es un libro de tres secciones que aunque no debieran se relacionan entre sí, conforman un conjunto muy interesante aún cuando no lo tienen como una obligación; cada uno de los cuentos que lo conforman resisten muchas lecturas, casi cualquier tipo de lector podrá encontrar en los textos algo para sí; son textos que no se resisten a las múltiples lecturas y al análisis.
Uno de los cuentos que fue incluso el leído por el propio autor fue La fama vulgar que narra el destino de un hombre dedicado a escribir que no puede nunca concluir sus cuentos con un final feliz y sin duda se da cuenta que eso no sucederá nunca.
En el libro existen temas recurrentes, el rencor, la frustración, las mentiras contadas por alguien que de inicio se sabe mentiroso, lo considera como una cualidad y lo refleja en sus textos; eso le implica al lector la tarea de descifrar si lo que lee es verdad, es mentira, sucedió, fue algo que el escritor se inventó o que yo estoy percibiendo equivocadamente.
La intervención de Joel cerró con una cita de Voltaire que invitaba a volver de moda el hecho de pensar y aseveró que quizá Aldán sea parte de una nueva generación que fomente justamente este ejercicio del pensamiento.
El autor más allá de hablar sobre la creación de su propio libro, habló más bien del porqué invitar a Joel y Luis como presentadores de su libro más reciente, primero por ser sus amigos y después precisamente por ser buenos lectores, finalmente prefirió sólo leer precisamente La fama vulgar mientras todos en silencio esperaban cada uno de los sucesos que iban aconteciendo.