- Un grupo de 158 mexicanos llegaron el 15 de octubre a Madrid desde Israel mediante el puente aéreo implementado la Fuerza Aérea Mexicana
- A su arribo, algunos compartieron su testimonio de los momentos vividos desde que iniciaron los ataques de Hamás hace una semana
Un grupo de 158 mexicanos arribaron este domingo al aeropuerto Adolfo Suárez-Madrid Barajas, en las dos aeronaves de la Fuerza Aérea Mexicana que participan en el puente aéreo dispuesto para sacarlos de Israel, en momentos en que va escalando la crisis en la zona tras los ataques de hace una semana perpetrados por Hamás y con la dura respuesta militar israelí.
El Puente Aéreo coordinado por las Secretarías de la Defensa y de Relaciones Exteriores, permitió la extracción de 80 hombres, 69 mujeres y 9 menores, mexicanos en cuyos testimonios el común denominador es la desazón por el miedo que han vivido en los últimos días de hostilidades bélicas y por sentirse arrancados de su vida cotidiana.
Así lo relata Aarón Cher, mientras su esposa y sus dos menores muestran el cansancio en el rostro. Él aún se siente en shock por el miedo y por haber abandonado a toda prisa su departamento, “porque es aterrador despertarse a las 3 de la mañana por el sonido de las alarmas y escuchar estallidos en el aire. Es terrible, no hay forma de describirlo”.
Originario del Estado de México, Aarón dice que, en el norte de Israel, donde vivían, están empezando a complicarse mucho las cosas. Y se muestra compungido por haber tenido que abandonar su vida cotidiana y su casa de un momento a otro. “Es terrible dejar nuestra casa, porque era nuestra casa, y tener que dejar todo, dejar el departamento así sin más; la comida en la estufa, en el frigorífico, todo”.
Hasta ahora, ni él ni su familia saben cuál es el paso que sigue en su plan. No lo tiene claro, ni han tenido tiempo de definirlo, porque “esta fue una salida de emergencia, no con fines turísticos, pero trataremos de solucionarlo, para regresar a nuestra seg…, nuestra primera casa, que es México”.
Issac, su pareja Esther y su hijo Moshe es más parco, aún está conmovido por la situación. “Vamos a México, y veremos cuando se pongan mejor las cosas, regresamos (a Israel)”, explica saliendo como todos por la puerta 1 de la Terminal 1 del aeropuerto madrileño, por donde los condujeron las autoridades.
Sobre la tensión e inseguridad que se vive ahora en Israel, explica, “depende de la zona donde estés, en el sur es más peligroso. En Jerusalén nos enteramos por la activación de las alarmas, el primer día como cuatro horas seguidas estuvieron las alarmas, como de 8:00 a 12:00 (horas)”.
Paula Flores Sánchez, carga a su hijo de brazos que llora por el cansancio del vuelo y las gestiones para abandonar el aeropuerto madrileño, y llora mientras llama a su familia en México, para avisarles que ya aterrizó en Madrid. “Mi esposo me preparaba, me daba las instrucciones básicas, yo le explicaba de las alarmas sísmicas en México y él me explicaba cómo reaccionar cuando se escuchaban las alarmas ante la inminente caída de bombas, tenemos que saber reaccionar, tenemos que movernos, pero no salir por la peligrosidad”, dice.
Mientras al lado están dos amigas suyas con las que estará dos días en Madrid, antes de seguir su camino a México, explica, “yo me pasé tres días en el búnker sin salir”, con su hijo. Paula es una de las mexicanas que tendrán una tarifa preferencial para volar con Iberia, la aerolínea que accedió a la petición de la embajada mexicana en Madrid, para conseguir una tarifa accesible para volar a estos mexicanos en dificultades.
Paula Klug, es una joven de la Ciudad de México, que tenía escasos dos meses de haber llegado a Israel junto con un grupo de amigos, para hacer servicio humanitario. “Yo soy de la Ciudad de México, estaba en Israel un año con mis amigos haciendo servicio humanitario, conociendo, porque son mis raíces, llevaba dos meses y ahorita tuve que irme”.
Relató que en los dos aviones militares todos tuvieron que dejar un asiento de en medio vacío, pero que, aun así, gente que no estaba registrada pudo abordar el vuelo para salir de Israel. De hecho, la embajada de México en España informó que en el puente aéreo se incluyó a un ciudadano brasileño y a uno venezolano que deseaban salir de Israel, y se les dio cabida en los vuelos.
Paula sostiene que está valorando mientras la acoge una amiga en Madrid, cuál es la decisión que toma, porque la embajada les ayudó a buscar vuelos a México con tarifas más económicas y algunos hoteles y albergues con disponibilidad con costos económicos.
Otro mexicano de origen judío que salió después de que el martes pasado una aerolínea le cancelara su vuelo, explica que estaba de visita en Israel, principalmente para despedir a un amigo en su sepelio después de su reciente fallecimiento.
Explica que él no lo vivió con demasiada alarma, porque estaba hospedado en la vivienda de amigos en un kibutz al norte del país, “pero si se siente feo, muy raro saber que todo está vuelto cabeza. Estábamos preocupados, con los noticieros 24 horas para saber las últimas noticias”.
Él particularmente está de acuerdo con la respuesta israelí. “Va a sonar feo, pero yo creo que está bien, hay muchas cosas que pasan y el país se queda callado, muchos ataques terroristas, que el mundo condena por Israel defenderse”. Por otro lado, explicó que deja muchos amigos en Israel y que el ambiente era “gente temerosa, asustada, porque la gente no sabe lo que va a pasar”.