Las lecciones de arte no son para hacer artistas sino para educar en una convivencia eficiente a las personas entre sí y con el mundo en el que se desarrollan, este fue sólo uno de los planteamientos que Leonardo Garnier comentó como parte de su conferencia denominada “Ética, estética y ciudadanía”.
Es decir que el ámbito educativo en general tiene un gran reto que es educar para la vida y es indispensable atender este gran reto y en ese proceso quienes lo ejecutan deben preocuparse no sólo porque el proceso educativo se dé, sino también por la búsqueda de lo verdadero, de lo bueno y lo no tan bueno, para entonces buscar que la educación proporcionada sea de lo mejor.
El proceso educativo debe propiciar que los jóvenes se creen un
criterio propio y con base en este planteamiento hacer ciudadanos que
más tarde cuando tengan una intervención directa con la sociedad en la
que viven, que sean capaces de aplicarlos para así crear una sociedad
crítica donde el nivel de vida pueda aumentar para todos.
Garnier puntualizó que se siente muy preocupado por la gente que
asegura y pregona que los valores se perdieron y no están más, esa idea
es falsa siempre y cuando no se pretenda proporcionar una educación
tomando en consideración los valores de hace 500 años porque esos sí
están perdidos o en otro lugar.
El término de desarrollo sostenido dentro de la educación se refiere
a educar en la cultura para los derechos humanos, donde la sociedad
descubra que se puede vivir en comunidad siempre y cuando se mantenga
el respeto entre las personas.
“Educamos para poder identificar y enfrentar la injusticia para
entender y comprender las formas más sublimes del arte, educamos para
que prevalezca la memoria el afecto y la razón, de manera que no se
repitan los errores del pasado”.
La ética que era una de las partes del título de su conferencia
magistral, no se puede aprender como mera información donde los
estudiantes ejerciten sólo conceptos que luego repiten mecánicamente,
ni siquiera como un conocimiento, la ética se aprende en la práctica,
en la convivencia, se vive como una creencia y como una convicción.
La ética se aprende enfrentando a los muchachos con dilemas éticos
de todo tipo, estos dilemas se le plantean a los jóvenes, no para que
decidan sólo hacer lo que se les da la gana, sino además de eso
reflexionar sobre eso, para que entonces ellos puedan construir
criterios éticos alrededor de cada una de sus decisiones.
La responsabilidad y los derechos sólo se aprenden cuando su
conceptualización va acompañada de la práctica y cuando se da la
práctica es necesario conceptualizarla, el proceso educativo requiere
de esta retroalimentación constante.
Para Garnier, el arte tiene que disfrutarse, apreciarse y
comprenderse o entenderse; muchas personas están acostumbradas a sufrir
con el arte lo consideran un trance doloroso, algo repetitivo y sobre
todo aburrido, cuando en realidad es todo lo contrario. Para que los
jóvenes puedan apreciar necesitan conocer para tener criterios sobre
los que basan ese ejercicio y no solamente rechazar a lo nuevo así como
así y quedarse con lo viejo.
Las obras de arte, les hablan a los “lectores”, para eso es
necesario conocer no sólo el manejo técnico sino también el contexto
histórico de la obra que se observa y dejar de pensar también que la
disciplina es sólo para las matemáticas y no para las artes, muestra de
ello es que sería más fácil recordar la historia con el arte.
La educación artística requiere de un esquema para que sea efectiva,
los colegios del mundo que tienen este tipo de educación han comprobado
que tienen mejor calidad, pero es necesario que los docentes
interactúen con los estudiantes para generar una dinámica de educación
integral.