Hay una nueva generación de cineastas que están trabajando en donde se deja entrever la forma en que la pluralidad en los temas a tratar y en la forma de abordarlos se ha ido haciendo cada vez más evidente, es a través de esos directores que están haciendo sus óperas primas y están construyendo una nueva etapa para el cine, comentó el novel director Alejandro Ramírez, que fue invitado para el Primer Festival Internacional de Cine Cinenaguas.
Alejandro Ramírez es parte de una nueva generación de cineastas que han hecho que la pluralidad entre de a poco con la encomienda de instalarse, a través de los directores que están haciendo ahora sus óperas primas; desde su experiencia esta visión se origina desde la misma formación académica que ellos tienen, muchos son egresados de comunicación que luego fueron al extranjero a estudiar, regresaron y eso les ha dado una perspectiva de un cine más comercial, interesante, que conecte con el público sin que por eso pierda la esencia del autor.
“Es padre porque ves películas ya no centralizadas en el tema
urbano, sino películas que suceden en Zacatecas como Quemar las naves o
la Oveja Negra en un pueblo del estado de México y ves una pluralidad
de temas y eso es muy interesante”.
En el caso de Todos hemos pecado, es una historia de realismo
mágico, es un cuento y su director advirtió a los espectadores de
antemano que si estaban esperando ver una ficción o una cruda realidad
entonces sentirían todos defraudados, pues el filme es un cuento donde
el que lo mira puede enamorarse, llorar, sentir nostalgia, reír y es lo
que en lo personal lo llevó a realizar este filme, una película que
habla de amor.
Además de la presentación del filme, Alejandro Ramírez participó
como tallerista dentro del festival, sobre esa experiencia comentó que
se quedó muy sorprendido por tener 62 alumnos que fueron muy plurales
entre sí, “generalmente cuando vas a un taller y tienes muchos alumnos
todos quieren ser directores de cine y acá es un taller donde hay
actores, hay quienes quieren ser directores de fotografía, hay varios
que quieren ser directores de arte, guionistas, hay mucha materia prima
de donde echar mano para crear una industria de Aguascalientes”.
Dejó en el aire el deseo de que como resultado del taller haya una
integración de los jóvenes que en él participaron, que se conocieron
ya, puedan hacer equipo y de ahí producciones para participar en
festivales, así como que sean ellos quienes impulsen Aguascalientes
como un espacio generador de cine para el estado y el país.
Reconoció, como ya lo había hecho Gabriel Retes, que hacer cine está
cada vez más cerca de nuestras manos y Aguascalientes tiene mucho qué
decir a través de gente local interesada en retratar las historias
acontecidas en este espacio para llevarlas a otros rincones, desde la
mirada de un oriundo.
Destacó la importancia de los festivales por ser la principal
plataforma para que el cine mexicano “agarre vuelo” pueda no sólo estar
dentro de las salas comerciales del país sino que los realizadores
puedan hacer redes con otros festivales internacionales en otros países
para que así como España, que tiene 88 festivales de todo tipo, México
que es muy rico en cultura y no se puede quedar atrás.
“Creo que ahí vamos porque tenemos el Festival de Guadalajara,
Morelia, Aguascalientes, Guanajuato, Chihuahua, Zacatecas, Monterrey,
Cancún, ojalá el año que entra celebremos nuevos festivales y que el de
Aguascalientes crezca y sea un festival cada vez más grande y no sólo
una fiesta para los que venimos de fuera sino una fiesta para celebrar
junto con los aguascalentenses”.
Puntualizó Alejandro Ramírez que lo que le hace falta a los
festivales es apoyo del público para que llene las salas y del gobierno
que es el principal patrocinador para que la producción y los
festivales existan, para que sumadas se haga por ejemplo en el caso de
Aguascalientes un segundo festival.
