Comparten revisteros experiencias editoriales en medio de la cultura - LJA Aguascalientes
23/11/2024

En la edición 41 de la Feria del Libro se realizó un encuentro de revistas culturales, algunas institucionales, otras independientes, pero todas con una historia qué contar y donde hay similitudes como la necesidad de volverse un tanto comerciales, el aumento de la competencia en el mercado con la aparición de otras revistas y también sus diferencias de acuerdo a su propia historia.

Las revistas presentes en este encuentro fueron Código 06140, Luvina, Replicante y Parteaguas. En cada uno de los casos asistieron los directores o, en su caso el editor; ellos hablaron sobre las peripecias, el surgimiento, la elección del nombre de cada publicación, los antecedentes, las modificaciones que han vivido con el paso de los años y en algunos casos muy específicos, como Replicante, los proyectos anteriores que existieron antes de éste.

Ricardo Porrero, de la revista Código 06140, dijo que desde el
momento de su creación, se plantearon ser un medio abierto que
aprovechó los cruces de disciplinas artísticas, además de las
publicaciones comunes. La revista hace ediciones especiales, una de
arte en abril, una de moda y al final del año hacen una recopilación de
las manifestaciones que más le hayan gustado a los artistas.

Luvina es la revista de divulgación de la Universidad de
Guadalajara, con doce años de existencia que, aunque han sido
diferentes, la publicación guarda el espíritu que la vio nacer donde se
privilegia la literatura por encima de cualquier otro arte.

Con el formato que tiene ahora, la revista de apenas dos años es una
publicación trimestral, que publica a autores reconocidos en el ámbito
iberoamericano y también da cabida a escritores jóvenes que tienen la
posibilidad de darse a conocer a nivel nacional por la distribución,
comentó José Israel Carranza, editor de esta publicación.

Gustavo Vázquez, al hacer referencia a la importancia de las
revistas, comentó que generalmente los artistas no saben promoverse y
las publicaciones periódicas como éstas se vuelven un espacio para
darse a conocer en sus estados de origen, el país e incluso algunos
fuera de él, en el extranjero.

Por su cuenta, Parteaguas no tenía la intención de ser monotemática,
pero sí buscó abordar temas diversos desde perspectivas tan variadas
como los colaboradores que en ella participan: hablaron ya de futbol y
erotismo desde el punto de vista de la filosofía, la literatura, la
historia, la sociología.

Rogelio Villarreal, el más Replicante de los que en la mesa del
encuentro se encontraban, contó cómo hubo dos proyectos editoriales con
la misma visión de seriedad y contracultural como lo es el proyecto al
que ahora le han buscado un espacio aún en los Sanborn’s, sin importar
su nivel de irreverencia que no ha dejado atrás.

La primera revista iniciada por Rogelio fue La Regla Rota,
publicación de una generación emergente, atrevida y vulgar, pero muy
seria, que circuló durante cuatro años; luego vino La Postmoderna, que
desapareció hace cinco años y dio paso a Replicante.


Sin importar qué publicaciones son subsidiadas por alguna
institución educativa o cultural, la realidad es que todas las revistas
en algún momento de su existencia se han visto “obligadas” a
incursionar dentro del mundo de lo comercial, porque los apoyos en
general por una parte se minimizaron y tampoco podían ser la opción
para cualquier proyecto editorial que buscara conservarse vivo.

Ricardo Porrero lo planteó como una realidad para Código 06140 que
él tuvo muy presente desde un inicio, ellos buscaron a la iniciativa
privada no para recibir ayuda sino para invitarlos a participar del
proyecto.

José Israel, de Luvina, comentó que la tendencia hacia la
comercialización no debía ser sólo por la subsistencia económica, sino
también por la necesidad de buscar lectores y seguir siendo un espacio
donde los artistas puedan publicar su obra y hacerla circular porque
finalmente las revistas son entes vivos que requieren de un
mantenimiento y el dinero es esencial en este proceso.

Para Replicante, que fue siempre contracultural, el hecho de
incursionar en el mundo de lo comercial le valió la crítica de los
contestatarios, sobre todo aquellos más radicales; sin embargo, eso no
les impidió a sus promotores decidirse a elegir ese camino si querían
estar en manos de más gente y mantener vigente la publicación.

Finalmente los representantes de las revistas hablaron de las
posibilidades de que los impresos desaparezcan para volverse sólo
publicaciones electrónicas, vertiendo apreciaciones de todo tipo:
cuántas personas tienen acceso a internet, cuánto tiempo pasará para
que una revista impresa se vuelva meramente electrónica y también hubo
quien consideró que, sin importar qué tanto avance la tecnología, el
impreso no va a desaparecer porque existen lectores para las dos
plataformas.


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